Los antorchistas nos hemos manifestado por la grave preocupación por esta situación, si bien ha tocado el tema de la prevención, así como el apoyo al personal de salud, pero sobre todo ha expuesto las consecuencias que ha traído la contingencia sanitaria, que ha afectado a las familias más pobres del país, dejándolas al margen de la hambruna, pues debido a esta situación miles perdieron su trabajo, otros padecen la disminución de su sueldo con hasta el 70 por ciento, y otros tantos que se dedican al empleo informal, no han podido salir de sus casas para poder emplearse y ganar algo de dinero para mantener a su familia.
Ante este panorama, el pueblo se ha unido a la protesta nacional que Antorcha ha convocado para solicitar al Gobierno federal que implemente un programa de distribución de alimentos para todos, y así logren subsistir al confinamiento obligatorio que han anunciado organismos y autoridades como la Secretaría de Salud y el mismo presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, quien hasta el momento no ha atendido el llamado urgente de la ciudadanía, que ha manifestado de diferentes maneras, a través de las redes sociales, videos, cartulinas y movilizaciones, su evidente necesidad de adquirir apoyo con despensas.
AMLO, durante estos últimos meses en lo que va de la pandemia, solo se ha limitado a pedirle a la población que se quede en casa, a lo que las familias mexicanas le han cuestionado ¿Cómo nos quedamos en casa sin trabajo, sin dinero, sin comida? ¿Por qué no nos han apoyado? ¿Dónde quedaron sus compromisos de campaña con los pobres? ¿Dónde quedó "el primero los pobres?, etc. Si bien es cierto que ya se ha anunciado la "nueva normalidad" que entró en vigor el pasado primero de junio, sin embargo, las familias aún no se sienten seguras ante esta situación, pues en varios estados de la república se encuentran en semáforo rojo, y según la clasificación de colores ante la contingencia, el semáforo de nivel de riesgo aborda cuatro actividades: económicas, escolares, gubernamentales, recreativas y sociales; al estar esos estados en rojo, las únicas que reanudaron operaciones son las económicas, esto debido a las condiciones de incremento de casos confirmados y hospitalización que se registra en las entidades, que hasta el momento tiene registrados miles de casos positivos de covid-19 y miles defunciones.
Con lo anterior, es incierto saber cuándo terminará la contingencia, la reactivación del comercio en general, el inicio del ciclo escolar, la regularidad en el uso del transporte público y los servicios de salud, etc., mientras tanto los más desprotegidos siguen en el umbral del olvido, enfrentándose a una evidente falta de apoyo por parte del ejecutivo federal. Pero después de que termine el confinamiento ¿qué pasará? Es erróneo pensar que todo se solucionará al finalizar la contingencia, pues miles continuarán sin empleo, sin recursos para poder comprar alimentos o recibir atención médica. Para muestra, hay miles de casos que se han dado a conocer, padres de familia manifestándose, desesperados por conseguir alimento para sus hijos, niños desnutridos, enfermos, adultos mayores olvidados sin recibir medicamentos en sus centros de salud; un repunte en los delitos que afectan en forma directa a la sociedad, como es el secuestro, la extorsión o el robo en sus diferentes modalidades, esto por la falta de empleos y la crisis económica, así como un aumento en los casos de suicidio las consecuencias están visibles, son diez estados con mayor porcentaje de su población en pobreza tras covid-19, de acuerdo al estudio "Magnitud del Impacto Social de la pandemia en México, y Alternativas para Amortiguarlo", del Centro de Estudios Educativos y Sociales, en México se esperan 12.2 millones de pobres adicionales a nivel nacional, si el gobierno federal no implementa medidas económicas de apoyo ni políticas de disminución.
Entre marzo y junio del 2020, se perdieron millones de empleos formales y se contempla una caída anual del Producto Interno Bruto (PIB), lo que implicaría un aumento en la pobreza de millones de personas principalmente la clase baja y la clase media. Los datos anteriores prevén una grave crisis para el país mexicano, una crisis que ya llegó y continuará embistiendo a los más pobres, sumando más personas a la miseria; familias enteras se han pronunciado ante la falta de apoyo, cada estado se ha sumado a la petición nacional de alimentos, pero no hay respuesta a su llamado. Ahora y después de la contingencia se necesitará que los gobernantes atiendan las necesidades de la población, que cada día se ve más hundida en la hambruna, la enfermedad, el desempleo y la inseguridad.
El peligro para el país crece y crece cada día más, que talvez mucha gente no lo percibe; pero es inmenso el hacer que el pueblo mexicano se conforme con el hambre, con la miseria, con la pobreza y con la ignorancia de siglos en la que siempre hemos vivido. Basta que con eso; hagamos el discurso más limpio y claro, para que el pueblo mexicano entienda la verdadera situación y para que el pueblo se sume a una unidad nacional que tenga como propósito de conquistar a la mayoría de la cámara de diputados, cuando menos del congreso federal, del congreso de la unión, pero sí se puede en los estados, también. Tenemos que dar la pelea todos, tenemos que controlar y tenemos que limitar el poder de morena. Nadie que sea mexicano de verdad puede aceptar esta situación; por lo que urge un cambio de rumbo, un nuevo proyecto de país como el único remedio que las actuales circunstancias admiten y reclaman. Estamos de acuerdo en que todos los que pensamos lo mismo estamos obligados a unificarnos en torno a ese nuevo proyecto de país y a formar un frente único para conquistar el poder y poner en ejecución el nuevo proyecto.
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