Aunque el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, afirme que el país va camino a la recuperación económica y que se proyecta un crecimiento destacable, la realidad que viven los mexicanos, especialmente los que menos tienen, arronjan otros datos, el incremento a productos de la canasta básica, el aumento a la energía eléctrica, las gasolinas, insumos y servicio, aunado a la nula recuperación de empleos perdidos a consecuencia de la pandemia de la covid-19, auguran momentos difícil por los que tendrán que atravesar los mexicanos.
Ya se ha dicho que la pandemia por covid-19 generó un aumento en el porcentaje de la población que se encuentra en condiciones de pobreza laboral, que no puede adquirir la canasta alimentaria con su ingreso laboral, situación que padecen las familias quintanarroenses, que además lamentan el abandono en que los dejaron los tres órdenes de gobierno, que optaron por perder recursos que no aplicaron en obras que destinarlo en ayuda humanitaria.
Es sabido que datos de entes relacionados con la medición de bienestar en el país, afirman que de las 32 entidades federativas, 31 reportaron alzas en el porcentaje de población en condiciones de pobreza laboral; la excepción fue Zacatecas. De acuerdo con el Índice de la Tendencia Laboral de la Pobreza (ITLP), que emite el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), entre el primer y el tercer cuarto del año pasado, las entidades con los aumentos más significativos fueron Quintana Roo (23.1 puntos porcentuales), Ciudad de México (16.7), Tabasco (15.9), Baja California Sur (15.4) y Sonora (14.7).
El índice relaciona el comportamiento del ingreso laboral de las personas frente a los cambios en el valor de la canasta alimentaria, es decir, la línea de pobreza extrema por ingresos, por lo que el indicador muestra el poder adquisitivo de este ingreso laboral y lamentablemente los quintanarroenses encabezan la lista de quienes han perdido mayor poder adquisitivo lo que impactan en sus niveles de vida, o sea en nuestra entidad cada vez hay más pobres y el índice sigue a la alza, aunque las autoridades digan lo contrario. Estos datos evidencian que se incrementa la población que no puede adquirir la canasta alimentaria. La gente tiene graves problemas para llevar el alimento a la mesa familiar, no hay empleo y lamentablemente las acciones de apoyo de los gobiernos son insuficientes por no decir inexistentes.
Preocupa la situación que se vive en Quintana Roo, donde el gobernador Carlos Joaquín González, a pesar de los graves índices de desempleo, los altos casos de contagiados por la covid-19, no proporciona la ayuda humanitaria para evitar que la gente salga a la calle a conseguir alimentos, se ha negado sistemáticamente a repartir canastas alimentarias y por el contrario sólo advierte que la entidad está “en riesgo inminente de regresar al confinamiento por el ascenso de casos de covid-19”. De continuar esa tendencia de nuevos casos covid-19, Quintana Roo podría retornar al semáforo rojo y también las medidas de restricción a la movilidad ciudadana, ordenando el “Quédate en casa”, pero sin alimentos y sin nada de ayuda por su parte.
Preocupa la situación económica en Quintana Roo, el desempleo que golpea a la entidad afecta también a las finanzas del Gobierno del Estado y prueba de ello son los mil 108 millones de pesos menos que se ejercen en este 2021 en comparación a 2020, pues han disminuido los ingresos del orden federal y recaudación propia proyectada para 2021. El presupuesto del gobierno estatal asciende a 34 mil 85 millones de pesos, de los cuales (para que se dé una idea del apoyo al impulso laboral) solo se destinó el 3.3 por ciento al turismo como motor de economía laboral, apoyo a fuerza laboral e inversión; de lo restante, el 45.7 por ciento fue para el gasto social a salud, educación, protección y asistencia social; y el 25.4 por ciento a seguridad pública, legislación y justicia.
En Quintana Roo la situación es de alarma, los datos que tiene el presidente López Obrador de recuperación económica sin duda no aplican a esta entidad y la verdad no hay visos de que las cosas vayan a mejorar en el corto o mediano plazo, no cuando se anuncian más casos de covid-19 y la amenaza del color rojo en el semáforo covid-19 acecha a los quintanarroenses.
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