MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La Paz, desabasto de agua y nuevo proyecto político

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La actual crisis de desabasto de agua en La Paz, Baja California Sur, muestra, a quien lo dudaba, la incapacidad gubernamental municipal y estatal para resolver un problema ya muy viejo, que ha llegado a niveles alarmantes, cada vez más graves y, como siempre, las clases trabajadoras y proletarias son quienes más la sufren.

En seis años de alcaldías morenistas, el problema sólo se ha agravado. Hace unos días los piperos anunciaron un incremento del 40 % en sus precios y cada vez es mayor el número de personas que se ve obligada a comprarles agua. Un 27 % de los paceños no tiene toma de agua en casa.

Las fugas de agua en todo el sistema de distribución cuando entraron a gobernar los morenistas eran de 40 %; cuatro de cada diez litros se perdían. 

Un plan verdadero de solución a nuestras carencias de agua requiere a la vez de la urgente protección de los mantos freáticos y su recarga en la naturaleza, en los que se debe invertir ingentes recursos.

Hoy… es igual (El Sudcaliforniano, 20 de julio de 2024). Tan igual como los gobernantes de antes y los de hoy: son los mismos que hace años, décadas, sólo han cambiado de color de partido, pero defienden los intereses de las mismas clases poderosas, a las que nunca les falta el agua en sus fraccionamientos exclusivos.

El Sudcaliforniano del día mencionado dice:

“En las últimas semanas, la falta de agua en colonias de La Paz está llegando a extremos sin precedentes; familias que deben de bañarse con agua de garrafón, acudir con familiares o con amigos a lavar la ropa, colocar depósitos en los patios para almacenar el líquido, comprar agua a pipas de particulares, y limitar la poca que reciben para las necesidades más elementales” (subrayado del autor).

Se reportan cada vez más colonias que no sufrían de falta de agua y ahora sí. El Universal señaló el 14 de julio de 2024 en la nota: “Se agudiza crisis de agua en La Paz, BCS; cierran purificadoras”, que racionan su servicio, largas filas que antes no se veían, en todas las zonas de la capital abundan las quejas ante la falta de presión o la falta de agua en la llave, quejas de restauranteros y cierre forzado de varios por ese motivo.

Más allá de promesas y discursos, esta es la realidad del obradorato gobernando.

La estructura de Gobierno y su funcionamiento no tuvieron con Morena ni con los anteriores gobernantes ningún cambio, es el mismo esquema de siempre en el organismo que opera el servicio de agua municipal según la nota “OOMSAPAS LPZ eroga millones en nómina mientras ciudadanos compran agua en pipas”, de Border Hub, del 13 de mayo de 2024.

Luego de recordar que en 2005, cuando era alcalde el actual gobernador, se creó el Organismo Operador Municipal del Sistema de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento La Paz, “dotado de personalidad jurídica y patrimonio propios, con libre administración de su hacienda, cuyo objetivo primordial es prestar servicios públicos municipales eficientes”, el medio citado indica que “OOMSAPAS La Paz ha tenido un presupuesto asignado de 388.6 millones de pesos para el año 2022, mientras que para 2023 contó con 458.1 millones.

Y en lo que se refiere a las cantidades de dinero que cobró, dice: “Mientras, la recaudación en los últimos cuatro años del organismo fue por mil 523.6 millones de pesos”, para luego señalar que de 2013 a 2023 más de la mitad de sus egresos fueron para pagar su nómina, es decir, a sus burócratas, funcionarios, ejecutivos y trabajadores, y tan sólo el 7.8 % fue gastado para inversión pública, es decir, para dar mantenimiento, renovar y ampliar la red de distribución, más toda la infraestructura que ello es requiera. En los hechos, pues, una cantidad insignificante, sólo para remendar tuberías.

Con ese mínimo gasto social no es de extrañar la descripción que hace el primer medio citado del estado en que se encuentra la infraestructura hidráulica de La Paz:


“…sumamente deteriorada; algunas válvulas ya no sirven y en algunos tramos los tubos tienen más de 50 años y algunos son de asbesto, un material en desuso, señalado como nocivo para la salud”.

Los medios citados proporcionan abundantes datos de mala administración financiera en el organismo municipal operador de agua, así como oscuras cuentas sin aclarar y no aprobadas.

El “mejor” plan emergente que da el oficialismo es distribuir… ¡pipas de agua!, que son totalmente insuficientes, y para ello sobreexplota los pozos existentes que le quitó a los piperos privados con el argumento de que se estaban surtiendo de manera irregular con tomas clandestinas; grave acusación.

Pero el caso es que la medida está causando, por un lado, el aumento de precios, es decir, cava un hoyo grande para tapar uno más pequeño. Por otro, la sobreexplotación causará daños impensados a la población en poco tiempo al causar la invasión de aguas saladas del mar a los mantos freáticos. Las ineficacias ahogan al régimen; no da una.

Lo que se requiere es un verdadero plan que vaya a la raíz del problema para beneficio del pueblo, no ocurrencias.

No sólo estamos hablando de una administración honesta y sana, sino de verdaderos cambios estructurales en la forma de gobernar, además de inversiones titánicas para renovar las redes de distribución totalmente y acabar con el desperdicio de agua gigantesco por fugas.

Asimismo, una redistribución racional del agua para salvaguardar las actividades productivas y de servicios hasta donde lo permita la felicidad del pueblo, sobre todo del más humilde.

También, una renovación del equipo humano dedicado al servicio de operación del agua sin menoscabo de los derechos laborales y la incorporación de miles de jóvenes ingenieros, arquitectos y técnicos con una mentalidad solidaria y patriótica de servicio a su pueblo.

Un plan verdadero de solución a nuestras carencias de agua requiere a la vez de la urgente protección de los mantos freáticos y su recarga en la naturaleza, en los que se debe invertir ingentes recursos, así como un mecanismo político y administrativo que garantice la participación real de científicos y universidades en el diseño de las medidas concretas que requiere la nación.

Esta tarea necesita además una reforma política que devuelva a los estados y municipios, mientras tengan que existir, la capacidad de obtener recursos federales mediante asignaciones presupuestales que les capaciten para enfrentar todos estos gastos en conjunto con la federación. 

Los recursos deben salir de una profunda reforma fiscal que eleve racionalmente los impuestos a quienes más riquezas tienen y más ganan, es decir, a los grandes ricos, y no a los más pobres, como siempre se hace, en vista de que no pueden dichos recursos brotar por obra de una varita mágica, sino de donde están acaparados, justo como el agua misma.

El reto que tienen los mexicanos de cuna humilde y los oprimidos en general, es que todo esto no lo hará nadie si no lo hacen ellos mismos. No lo harán tampoco las ayuditas de unos cuantos pesos bimestrales o trimestrales que reparten los gobiernos; esas son sólo arena en los ojos para que les demos gracias eternas por oprimirnos y explotarnos, para que les aplaudamos cuando nos avienten una mugre gota de agua impura.

Tantos años de fiascos, fraudes, decepciones y engaños que nos han dado las clases ricas, vestidas con diferente color de camiseta política según la ocasión, ya nos deben aleccionar y abrir los ojos; ellos no lo harán, prefieren sus riquezas y sus privilegios. 

Tenemos que organizarnos, estudiar y luchar para tomar el poder político y desde allí, democráticamente, realizar estas reformas, impulsar un nuevo proyecto político. 

Organizados, lo podemos todo. La otra es que nuestros descendientes se maten entre sí por una gota de agua, eternamente, sin paz.

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