En el último censo poblacional del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), de 2020, México rebasó los 126 millones de habitantes. Para este año, otros organismos afirman que ya alcanzamos los 130 millones de mexicanos, lo que coloca a nuestro país en el número 11 en el mundo por el número de su población y somos la economía número 15 a nivel internacional.
Sin embargo, la enorme riqueza creada por millones de trabajadores mexicanos, a la hora de repartir los frutos, provoca una enorme injusticia, pues los grandes oligarcas capitalistas, en contubernio con el gobierno en turno, protegen las enormes ganancias y lo hacen de tres maneras, primera, frenar un verdadero aumento salarial que mejore la vida de las familias trabajadoras; la segunda, que los más ricos de este país no paguen los impuestos acordes con las grandes ganancias que acumulan y la tercera, que el presupuesto federal este destinado fundamentalmente para beneficiar a las grandes empresas y que se hagan los recortes necesarios para disminuir la inversión en obras para el pueblo, como es en salud, educación, vivienda e infraestructura básica.
Esta unión entre los capitalistas y la clase gobernante ha llevado a una situación desesperada para millones de mexicanos tanto de la ciudad como en el campo, México está en los últimos lugares con los peores salarios del mundo, los servicios de salud están colapsados por la pésima administración, no hay medicinas ni personal suficiente, ni equipo médico en hospitales y centros de salud, el desempleo, la inseguridad, y los altos costos de la canasta básica, sólo se explican por las razones antes expuestas.
Esta situación nacional se refleja en cada uno de los estados de la república, en diferentes grados; en el caso de Durango, con una población de poco más de 1 millón 800 mil habitantes, según el último censo del INEGI, está considerado dentro los estados con más rezagos sociales, pero vayamos a los números.
Se considera a 715 mil 539 duranguenses en situación de pobreza, de esta cifra 79 mil 603, en pobreza extrema. Según la definición de extrema pobreza, son los que sufren de dos o más carencias sociales, pero principalmente que el salario del trabajador no alcanza para darle los tres alimentos diarios a su familia, en situación de vulnerabilidad por ingreso se consideran a 228 mil 828 personas, quiere decir que su salario apenas le alcanza para medio llevar la vida, pero con cualquier percance que le presente, por ejemplo, la enfermedad de un miembro de la familia provoca el rompimiento de su economía familiar y a 430 mil 765 son vulnerables por carencias sociales, en total son cerca 1 millón 400 mil duranguenses que no tienen asegurado un bienestar para sus familias y representan el 74.36 por ciento de toda la población del estado.
De los 39 municipios en los que está dividido el estado de Durango, 13 de ellos disminuye su población y tenemos el caso extremo del municipio de San Pedro que cuenta con solo 1,633 habitantes, la razón es obvia, la población emigra de sus lugares de origen por falta de fuentes de empleo.
Durango está dentro de los 11 estados más pobres del país, del norte es el que cuenta con la menor población, solo para darnos una idea, la ciudad fronteriza de Tijuana del Estado de Baja California, tiene más habitantes que toda la población del estado de Durango, según datos del Instituto Estatal de Atención al Migrante y su familia, asegura que en Estados Unidos (EE. UU.) radican más de 1 millón de Duranguenses, por lo que es obvio que la obligación del estado de brindar trabajo a sus ciudadanos, el pueblo mismo lo ha resuelto, enviando las remesas a sus familias.
El censo de población y vivienda 2020 nos señala que en el estado existen 455 mil 989 viviendas, cerca de 30 mil viviendas no cuenta con agua potable, 79 mil no tienen drenaje, 7 mil 900 viviendas no cuentan con energía eléctrica, más de 22 mil viviendas tienen piso de tierra, más 12 mil sus techos son de material endeble y más de 74 mil sufren de hacinamiento.
En rezago educativo, el censo menciona que son 312 mil 984 niños y jóvenes del estado que sufren esta situación, más de 423 mil habitantes, no cuentan con servicios de salud y casi 350 mil durangueños no tienen acceso a una alimentación nutritiva y de calidad.
Ante esta situación tan alarmante, no encontramos la preocupación por atacar sus causas, el gobierno federal se ocupa y presume de que realiza recortes a los presupuestos que se deben dirigir a los más pobres, su política de austeridad está dañando a los más necesitados, cada vez queda más claro que este gobierno no es la solución que muchos esperaban.
Se requiere de una política de gobierno que tenga 4 ejes de acción; 1) que aumenten los salarios, lo necesario para que una familia tenga una vida digna, que el trabajador pueda alimentar, vestir y educar a sus hijos; 2) que se implementen las medidas necesarias para la creación de millones de empleos para que nadie se quede sin la posibilidad de contar con un ingreso; 3) que el gobierno rompa su pacto con los poderosos de este país y que los obligue a que paguen los impuestos acordes a sus fabulosas ganancias que obtienen con el sudor y el esfuerzo de los trabajadores; y 4) que lo recaudado de los impuestos se apliquen en lo fundamental para el beneficio de los más marginados de este país, que se refleje en el aumento de los presupuestos en salud, vivienda, educación e infraestructura básica, solo con estas medidas podemos identificar a un gobierno preocupado por el bienestar del pueblo de México
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