México y algunos países en "vías de desarrollo” llevan varios meses lidiando con las peores consecuencias de la covid-19: hospitales abarrotados, varios miles de muertos, economías frenadas, aislamiento y distanciamiento social, sumados a la incertidumbre sobre cuándo vamos a poder volver a la normalidad. Este escenario ha llevado a destacados intelectuales y líderes sociales a manifestar por diversos medios sus reflexiones y coinciden que todos estos problemas vienen desde antes de la pandemia. Señalan que el coronavirus y sus impactos sólo evidenciaron aún más los problemas económicos mundiales.
Se trata de la crisis del capitalismo con su inseparable destrucción del medio ambiente, el estado de excepción y sus mecanismos represivos, la vigilancia y el control social, entre otras cuestiones que la covid-19 ha dejado en evidencia e intensificado. Una verdadera tragedia que azota a los pobres de siempre, a los trabajadores y las clases más desfavorecidas de todo el país. De acuerdo con los especialistas, la crisis de salud ha evidenciado la fragilidad de muchos países, entre ellos México en cuanto a la infraestructura sanitaria y, sobre todo, por las contradicciones en los sistemas social, económico y político.
Muchos mexicanos desde hace años nos dimos cuenta de que la desigualdad era alarmante y la pandemia solamente la ha acelerado y evidenciado. Según informes del Coneval, hay 9.8 millones de nuevos pobres en México por la pandemia, uno de cada cuatro mexicanos padecería ahora una pobreza extrema por ingresos. De acuerdo con datos de un estudio realizado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señala que la crisis de una vivienda digna en México ha elevado los brotes de contagios de la covid-19 ante el confinamiento, sobre todo en las zonas de pobreza y familias de escasos recursos. La crisis sanitaria afecta mayormente a la población vulnerable de México: 71% de las personas fallecidas vivían en condiciones de pobreza.
Los jóvenes mexicanos han sido los más afectados por la pérdida de empleo que dejó la crisis sanitaria. Entre marzo y diciembre del año pasado, 440 mil 047 jóvenes de 15 a 29 años perdieron su empleo formal y no lograron recuperarlo. La mitad de todos los empleos que se perdieron en 10 meses, 839 mil 804 fuentes de trabajo formal, según estadísticas oficiales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), pertenecía a un joven menor de 29 años.
Por su parte, la OXFAM informa que si se utilizara la riqueza acumulada durante la pandemia de las 12 personas más ricas de México, se podría cubrir dos veces el gasto programado del IMSS en 2021 en servicios de salud y alcanzaría para comprar las dosis suficientes para vacunar a toda la población mexicana. Desde el inicio de la emergencia sanitaria, la fortuna de las 10 personas más ricas del mundo ha aumentado en 500 mil millones de dólares. Esta cantidad sería suficiente para financiar una vacuna universal y garantizar que nadie caiga en la pobreza a causa de la pandemia.
Como se ve el fondo de la situación económica, social y política que estamos viviendo en medio de la pandemia sigue siendo el modelo económico neoliberal. Por lo que a los mexicanos que buscamos un México mejor nos debe quedar claro que para evitar una catástrofe ya sea por los cambios climáticos y las desigualdades sociales, las soluciones no pueden estar en un rediseño o refundación del capitalismo, ni mucho menos con maniobras distractoras como el desgastado discurso del supuesto combate a la corrupción que maneja el actual Gobierno federal.
El remedio tampoco puede provenir de los poderes formales y fácticos que hoy gobiernan a nuestro país y al mundo, porque su política y sus intereses están con los señores de la banca y los monopolios transnacionales. La solución que los pueblos necesitan y esperan tampoco puede consistir en resanar y rellenar las grietas más visibles del modelo económico actual.
La salida debe ser radical, estructural y sólo puede ponerla en práctica un gobierno surgido del pueblo trabajador y educado, organizado y fundido en un solo bloque monolítico, con sus propios hombres y mujeres, sobre todo de jóvenes, los retoños nuevos y vigorosos de ese mismo pueblo, educados y organizados para la lucha por una patria mejor para todos. La verdadera solución consiste en sumarse a esta tarea, fortalecida con nuestra juventud mexicana, que tiene que poner en juego todo su vigor físico, toda su inteligencia y toda su capacidad de iniciativa, características propias, naturales a la edad juvenil. ésta es la tarea que tiene por delante el pueblo trabajador de nuestra patria.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario