El pasado 27 de enero, la gobernadora del estado de Chihuahua, Ma. Eugenia Campos encabezó la sesión del Consejo Estatal de Salud, con la finalidad de tomar una decisión sobre la exigencia de algunos sectores que solicitan el regreso a clases presenciales. El periódico digital Omnia del 27 de enero dice: “En atención al aumento de contagios por Covid-19 en el estado de Chihuahua, la gobernadora Maru Campos encabezó esta tarde la sesión del Consejo Estatal de Salud, en el que se determinó por mayoría de votos el seguimiento a clases virtuales durante dos semanas más, así como el reforzamiento de las medidas preventivas y el aumento en la comunicación de riesgos de la pandemia”. Es decir, la decisión de los expertos en salud, y los encargados de las políticas en el estado decidieron por mayoría de votos salvaguardar la integridad física de los menores. Esto a pesar del clamor de cientos de padres que han insistido en la urgencia de regresar a clases. Se convierte en una disyuntiva para el gobierno tomar una decisión muy importante.
Son diversos los factores que se tienen que tomar para decidir lo más conveniente para los chihuahuenses. Primero, me parece que en efecto, las condiciones no son lo suficientemente loables para que se manden a los niños a las aulas, porque hasta el momento el gobierno federal no ha autorizado la vacunación de esos niños, y por tanto, el contagio sería inminente. En segundo lugar, porque el gobierno federal ha mantenido en el abandono a las instituciones, las cuales han sido víctimas de saqueos y vandalismos. Además de que hay poca solidaridad de la federación con los estados y municipios para dotar de materiales higiénicos a esas mismas instalaciones. No es un tema que se desconozca que el gobierno federal ha minimizado las consecuencias de los contagios masivos, es más, llegaron a proponer como la mejor medida la inmunidad de rebaño.
Solo como botón de muestra, pondré como referencia dos opiniones políticas de autoridades que toman decisiones que tienen que ver con la vida de los mexicanos. Ante esta decisión de no regresar a clases, la gobernadora de Chihuahua dijo: “Seamos solidarios. No generemos división; mejor trabajemos juntos, pongamos nuestra energía y nuestra generosidad, para dotar a quienes lo necesitan, de lo necesario para tener un regreso a clases sin riesgo. No existen las condiciones requeridas para el regreso a clases presenciales, puesto que las niñas y los niños también pueden contagiarse con la enfermedad y la salud de los infantes es primordial para el gobierno del estado. "Llamo a la empatía de los chihuahuenses puesto que las niñas y los niños que acuden a las más de 4 mil 200 escuelas del sector público, no han recibido vacuna y muchos de estos planteles no poseen el equipo, ni la infraestructura necesarios para prevenir el contagio”. Por otro lado, con motivo de esta declaración en Chihuahua, la secretaría de Bienestar en el estado, difundió un mensaje de Delfina Gómez, titular de la SEP, que reza lo siguiente: “Las escuelas del país son espacios seguros y no representan un factor de riesgo en la transmisión del virus Covid-19 o de cualquiera de sus variantes”.
Compare usted estimado lector. El análisis de la situación en el estado que lleva a tomar una decisión mesurada para evitar contagios y decesos en los niños, mientras por parte de la federación se promueve veladamente otro contagio de rebaño para crear inmunidad. Esta ha sido la política de la 4T ante el problema de salud a nivel nacional. El mismo presidente de México llamó a los mexicanos a no temer por su salud por esta enfermedad que dijo “no era más grave que una gripa”. (La Opción de Chihuahua, 24 de enero de 2022) encabeza su portal “Hospitalizan a 19 niños por Covid; 3 están graves”. Vale la pena preguntar ¿Qué sucederá si el regreso a clases provoca un contagio incontenible? ¿Habrá suficientes camas? ¿Habrá suficientes ventiladores? ¿Habrá suficiente medicamento? ¿O tendremos que ver con mucha tristeza un incremento en decesos de infantes? Estoy convencido de que la decisión que toma el estado de no regresar a clases presenciales tiene razones de sobra. En cambio, me sumo al llamado que miles de estudiantes han hecho para que el gobierno federal implemente un programa nacional de vacunación a niños. Que no se escatimen recursos en la adquisición de vacunas para nuestros niños. Reza un dicho: “de que lloren en mi casa a que lloren en la suya, mejor en la suya”, pero aquí sería preferible que no lloren en la de ninguno, pues estamos hablando de niños que aún tienen toda una vida por delante. Sería mucha negligencia del gobierno federal mandarlos al contagiadero.
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