Recientemente se escucha sobre un regreso a clases, sin que nadie pueda hacer algo, pese a que no se tienen las condiciones óptimas en las escuelas, muchas de ellas están en malas condiciones, les falta reparación de la infraestructura, luz eléctrica y un elemento esencial que es el líquido que toda institución debe de tener, que es el agua, acaso nuestras autoridades piensan que los padres de familia debe de poner todo eso, por lo visto así es, no quieren asumir su responsabilidad ya que solo repiten sobre el regreso a clases pero no mencionan la cantidad de presupuesto que se destinarán para la reparación de centros educativos y equipamiento de materiales de limpieza, para que los maestros puedan tener seguro a los estudiantes.
Los cuales son enviados a un lugar en donde se considera que es muy seguro (segundo hogar), señora secretaria de Educación, con qué cara les diremos a los padres de familia, que sus hijos se enfermaron dentro de la escuela o que no tenemos lo más básico para poder atenderlos y que es obligación de ellos, crear las condiciones para que sus hijos estén bien dentro de las aulas, ya que nuestras autoridades no se hacen responsables por la salud de sus hijos.
Sabiendo que es obligación del gobierno brindar lo más necesario, en el caso de los estudiantes, para evitar un rebrote mayor, se les debe vacunar a todos ellos, debido que este virus de la variante denominada Delta es mucho más contagiosa y afecta sobre todo a menores de edad. A pesar de que se difundió en el diario el financiero en junio pasado, donde el Comité de Moléculas Nuevas (CMN) de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) aprobó para uso de emergencia la vacuna anti-Covid de la farmacéutica Pfizer para los adolescentes de entre 12 y 17 años, el gobierno encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador ha dejado entrever que no se realizará el proceso de vacunación para este grupo etáreo, con el argumento de que las farmacéuticas “solo quieren hacer negocio”. Y que “México no puede ser rehén de este tipo de empresas”.
Al primer mandatario y al responsable de la gestión de la pandemia en México, Hugo López-Gatell, se les “olvida” que las niñas, niños y adolescentes también son susceptibles de enfermarse de covid-19, que un contagio en ellos puede agravarse y morir, sobre todo con las nuevas variantes del coronavirus, como la Delta. Claro está que no es un error, como tristemente hemos visto tanto en el país como a nivel mundial a los gobiernos no les preocupa la salud del pueblo trabajador, De verdad, el gobierno quiere ‘ahorrar’ al no vacunar este grupo vulnerable de la población; con datos oficiales de julio pasado, se habían confirmado 3 mil 736 casos de adolescentes de entre 12 a 17 años, que es el doble del que se registró en el mes inmediato anterior. Aquí vemos lo que en un tiempo el presidente dijo, “que la pandemia, a la 4T le había caído como anillo al dedo”
Así es, entre el 12 de abril de 2020 y el 25 de julio de 2021, la Secretaría de Salud (SSa) informó que se han contagiado del nuevo coronavirus SARS-CoV-2 un total de 57 mil 490 menores de edad, y de este grupo, lamentablemente han muerto en el país 595 menores de edad, sobre todo en el rango de los cero a los seis años de edad.
Por lo tanto, el pueblo en general y los padres de familia en particular, debemos exigir que el gobierno, tanto federal como estatal, deben aplicar un plan efectivo de atención, primero a la salud de los niños y jóvenes con un pan de vacunación urgente, y segundo, destinar un presupuesto para la rehabilitación de las escuela y dotarlos de los materiales y equipos indispensables para evitar contagios; ese debe de ser nuestra exigencia, estamos de acuerdo que la educación se imparta de manera presencial, pero que haya una seguridad en la salud de los estudiantes, eso es lo que debemos exigir, es una obligación del gobierno atender esta demanda y es un derecho de los mexicano de exigir que así sea. Porque las escuelas, en este momento, sería un foco de contagio, y no debemos caer en la trampa del gobierno de la, mal llamada, cuarta transformación.
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