A estas alturas de la realidad a nadie le debe quedar duda del tipo de gobernante que es Miguel Barbosa Huerta: prepotente, arrogante, vanidoso, desorbitado en su autoestima, hambriento de poder, pero sobre todo malísimo para gobernar.Los resultados que ha dado a poco más de un año en que se adueñó del poder para "gobernar" el estado de Puebla son nefastos.Datos no muy lejanos indican que en Puebla más de 3 millones 800 mil personas viven en situación de pobreza; al final 2019 se perdieron 74 mil 820 empleos respecto a la PEA; en los primeros meses del 2020 la capital se convirtió en la urbe con mayor inseguridad, pues el 92 por ciento de los habitantes dijo sentirse vulnerable y que la inseguridad no descendería muy pronto.
Estando así las cosas hay que preguntarnos: ¿qué ha hecho el gobernador de Puebla? Y al ver la profundidad de esta pregunta podremos responder que ha hecho muy poco o casi nada.Hay cero apoyo para la población más vulnerable, ya no se construyen hospitales ni escuelas, ya no se hacen introducciones de agua potable, drenaje y electrificación, ya no se pavimentan ni se arreglan calles, más bien, eso se le quitó a la población dándole a cambio un supuesto apoyo económico que el gobierno federal le entregará en una tarjeta cada cierto tiempo, en términos generales, a cambio de 26 pesos diarios.
Los resultados negativos vinieron a hacerse más grandes y evidentes con el surgimiento de la pandemia de covid-19 en territorio poblano, pues desde un principio Barbosa demostró una total indiferencia ante esta tragedia engañando a la población dándole recetas sacadas de una mente que no funciona bien y haciendo comentarios absurdos.¡Literal, el caldo salió caro! A consecuencia del crecimiento de la pandemia y el confinamiento establecido por las autoridades el fervor de la inconformidad social ya existente también creció significativamente: cerraron locales, restaurantes y hoteles, lavanderías, mercados, tianguis, las fábricas cesaron sus labores, y todo esto dio origen a más de 82 mil desempleados (contabilizados apenas hasta finales del mes de marzo) en todo el estado.
A mitad de la pandemia y con el desempleo sintiéndose en los estómagos de los miles de poblanos afectados, la gente misma desesperada por no tener empleo ni mucho menos comida para alimentar a la familia y sobrevivir al "quédate en casa", decidieron organizarse y emprender una campaña para exigir ante el nulo apoyo del gobierno estatal un programa de distribución de alimentos, "los trapos blancos" llamados así por los mismos medios de comunicación.A esta campaña se unió el Movimiento Antorchista para lograr que el gobierno volteara a ver a los manifestantes, y después de casi dos meses de denuncia se logró el resultado necesario la repartición de las despensas del gobierno del estado a esas personas necesitadas.
Casualmente en este contexto se suscitó un caso excepcional.El equipo de reparto de las despensas (equipo formado por el mismo gobierno estatal) se dirigió a una colonia ubicada al norte de la capital poblana donde se disponían a realizar entrega únicamente a gente previamente seleccionada, es decir, solo a unos cuantos.De inmediato los habitantes que estaban siendo ignorados decidieron hacerle frente al equipo mencionado para exigir que se realizará un reparto de despensas todos, o sea, parejo.Como era de esperarse los "guardianes" del programa se negaron y la gente enfureció hasta el punto de que la situación se iba a salir de control.Varios compañeros antorchistas también habitantes de esa colonia intentaron calmar la situación, pero el enojo de los habitantes era demasiado y fue necesaria la presencia de Rosario Sánchez Hernández, líder Antorchista reconocida y respetada en el norte de la capital, ella logró controlar todo el asunto.
Ante esto, ahora resulta que Miguel Barbosa Huerta le ha dado instrucciones a la Fiscalía de Puebla para que gire una orden de aprehensión contra Rosario y otros compañeros acusándolos de robo de despensas.Primero ¿dónde están las evidencias señor gobernador? ¿Cuántas despensas se robaron, dónde las guardaron? ¿Eso fue planeado para darle un golpe político a la organización que usted tanto odia? Segundo, esta acusación es una total falacia pues dicho robo nunca existió, y gracias a las palabras del chofer que formaba parte de ese equipo de reparto sabemos que Rosario y los demás compañeros acusados son completamente inocentes.Tercero, debo dejarle bien claro, señor gobernador, que esas despensas no son suyas ni del gobierno, son despensas adquiridas gracias a los impuestos y contribuciones de todos los poblanos y como tal es su deber devolvérselas ahora que más son necesarias.Cuarto, le recomiendo que vigile a sus funcionarios que se han encargado de realizar las entregas de despensas, pues ellos mismos han realizado una sigilosa selección de personas que se han visto beneficiadas más de tres veces, aclaro que eso no tiene nada de malo, pero ¿y las miles de familias que solo recibieron una despensa o las otras miles de familias que no han recibido nada? Ahí le encargo señor gobernador.
Haciendo uso de un razonamiento correcto podremos concluir en que Barbosa pretende a como dé lugar y al precio que sea acabar con todo el antorchismo.Por eso aprovecho para hacer el llamado a todos mis compañeros antorchistas para defender a nuestra organización de estos y otros golpes políticos que Barbosa es capaz de hacer.También invito a todos los poblanos a que reflexiones acerca de este peculiar fenómeno porque el que encarcelar con delitos prefabricados a una líder antorchista significa que la 4[k1] [k2] [k3] T repudia el que el pueblo se una y se organice para conseguir mejores condiciones de vida, quizá hoy sea Rosario Sánchez Hernández pero el día de mañana puede ser todo aquel que no esté de acuerdo con el gobierno de Barbosa, es decir, podrán meter a la cárcel a cualquier persona.Los antorchistas confiamos en las leyes y la justicia de nuestro país, pero desaprobamos que estas sean manipuladas para encarcelar a personas inocentes.Le exigimos al gobernador Barbosa y a todo Morena que detengan sus ataques contra el pueblo organizado, y si insisten en darle puñaladas al pueblo el pueblo se las devolverán más pronto que tarde.
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