MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Los dueños de las ideas

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Hay quienes piensan que las ideas que nuestro maravilloso cerebro emite, son producto nuestro y de nadie más, y en ese sentido, que nuestras decisiones también son ordenadas por nuestra voluntad, pues mucho se nos dice que somos el producto de nuestras decisiones. En el libro de Martha Harnecker, titulado ¿Qué es la sociedad?, encontré una explicación muy interesante acerca la infraestructura y superestructura de una sociedad, tema que quiero compartirles.

Ella explica que toda sociedad es una organización compleja en la que existen dos niveles: un nivel económico, la forma en que los hombres producen los bienes materiales y las relaciones que se establecen entre ellos en el proceso de producción al que se le denomina infraestructura y un nivel jurídico−político-ideológico que se le llama superestructura. Estos, se combinan para mantener el funcionamiento de la sociedad en su conjunto.

Pero el nivel económico, es el nivel fundamental, y es este el que determina todo el funcionamiento de la sociedad. Esto quiere decir que los dueños de los medios con que se produce todo, todo, todo lo que la humanidad ha creado en su existencia; es decir, minas, tierras, materias primas, máquinas de todo tipo, barco, trenes, etcétera; tienen por ende un poder inmenso porque tienen el poder económico.

Muchos de ustedes pensaran, que es así porque ellos se lo han ganado, pero, aunque hay casos excepcionales, de manera general, no es así, la riqueza solo se produce con trabajo. De esta manera, inevitablemente se forman dos clases sociales en el mundo, estos dueños que ya mencioné y por el otro lado, todo aquel que trabajará para producir la riqueza, con su esfuerzo, con su energía e inteligencia.

Si la riqueza solo se produce trabajando, ¿por qué los que trabajan y trabajan no pueden hacerse ricos? Pues justamente porque la clase dominante se ha apropiado los medios de producción y las materias primas. Pongamos un ejemplo para clarificar. Una persona de un pueblo, ha sido dueña por muchos años, de una mina que aún no ha sido explorada por el gobierno. Y su familia le ha dicho que por ese motivo es rico, pues ciertamente a la mina puede sacársele mucho dinero. Y él ha creído eso.

Pero, esta persona, no cuenta con ningún tipo de herramienta para trabajar la mina, no cuenta con una empresa donde tenga a su mando trabajadores, no tiene tractocamiones, excavadoras, ni cuenta con capital para explotar la mina, y mucho menos con los permisos del gobierno para hacerlo, pues tendría que ser de la clase de empresarios millonarias para poder pagar una serie de permisos y convenios.

Por tales motivos, a esta persona, que pasa admirando su montaña e imaginando una vida en abundancia, solo le queda esperar a que un empresario capitalizado, se instaure en su montaña y con sus máquinas y su gente pueda extraer los minerales que tiene la mina, y aspirar cuando mucho a un puesto privilegiado en la empresa, pero nunca ganar más que él, aunque trabaje toda su vida.

Es así como la brecha entre ricos y pobres se va agrandando. Los pobres no tienen nada más que sus ganas, sus energías, para trabajar. Y esta situación lo obliga a trabajar bajo las condiciones que su patrón le ponga, aunque sean injustas, como un salario que no le alcanza. Si este ejemplo lo imaginamos a gran escala, podremos entender que esta es la situación que acontece a nivel mundial, la clase adinerada y poderosa, condiciona la forma de vida de la clase trabajadora, que es en realidad la que produce la riqueza. Esto ha venido repitiéndose desde hace muchos años. Pero hoy en día la clase trabajadora mundial, es mayoría, un 99% de la población, contra el 1% restante que son los dueños de la mayor cantidad de dinero que los trabajadores producen.

¿Qué pasaría si está mayoría se uniera para mejorar sus condiciones de vida? Lo primero que descubriría es su gran poder colectivo, y seguramente exigirían mejores salarios, una jornada laboral menos agobiante, un mejor servicio médico, mayores prestaciones, más vacaciones, mejor educación para sus hijos etcétera, pues siendo mayoría tendrían el poder del número. Por lo tanto, la unión de todos los trabajadores y sus familias, y en general toda la clase oprimida por los ricos; representa un verdadero peligro para la hegemonía mundial.

Siendo los dueños del dinero del mundo, como nos lo dijo Martha Harnecker, determinan la superestructura: las leyes, la política, y la ideología, reproducida a través del sistema educativo, de la religión, de los medios de comunicación masivos, de los periódicos, y ahora en la actualidad, a través de las redes sociales. De esta manera, la clase poderosa reproduce intencionalmente un ideario popular, donde se salvaguarde su supremacía, donde la clase explotada, o sea todos los trabajadores, se dividan lo más posible.

 Así se explica que los planes y programas de estudio, pasen por la mente y manos de los empresarios, y que el fin de que los mismos no sea la superación del hombre, sino preparación para la vida obrera. Así se explica que desde la religión se promueva como moralmente bueno, trabajar y obedecer sin preguntar. Así se explica también el tipo de Estado que tenemos y en defensa de quién esta.

¿Qué pasaría si está mayoría se uniera para mejorar sus condiciones de vida? Lo primero que descubriría es su gran poder colectivo, y seguramente exigirían mejores salarios, una jornada laboral menos agobiante, un mejor servicio médico, mayores prestaciones, más vacaciones, mejor educación para sus hijos etcétera, pues siendo mayoría tendrían el poder del número.

Que las leyes estén hechas, no para proteger a las mayorías de las injusticias, sino para privilegiar a la clase poderosa.  Así se explica también la división de la sociedad en pequeños grupos, organizados para defender los derechos que consideran más apremiantes. Y tenemos entonces, a la comunidad gay y todas sus ramificaciones, a las mujeres feministas, a los del PRI, a los del PAN, a los de Morena, a los del PRD, por citar solo algunos ejemplos, luchando con su vida; lo que considero muy valioso, sin embargo, segura estoy de que unidos y organizados luchando por mejores condiciones para nuestra clase, lograríamos más.

Por lo tanto, es válido concluir que las ideas que nos hacen actuar de tal o cual manera, y que nos las ofrecen mediante películas, noticias, series de televisión, canciones, videos, grabaciones, literatura, tik toks, etcétera, no son exclusivamente propias, ni mucho menos genuinas, sino que son totalmente inducidas con el objetivo de mantenernos impávidos ante una cruel realidad que nos afecta a la mayoría, para mantenernos sometidos, y sobre todo entretenidos en nimiedades de todo tipo, lejanos de la verdad. Por eso no debe extrañarnos, que las canciones de hoy dicten la conducta de los jóvenes que la escuchan. O las novelas de canales televisivos más populares, dicten la manera en que deben relacionarse las parejas.

Advertir la mañosa y grosera forma de dividirnos e incluso de echarnos a pelear, no es nada sencillo, pues son tan sutiles, que la pasamos por alto; pero poner todo en tela de juicio y analizar sus propósitos seguramente nos servirá. Seguir buscando la verdad y compartirla con quien menos sabe y menos tiene. Y tomar en cuenta que somos más los de la clase desprotegida y oprimida, y juntos podemos romper las cadenas que por siglos nos han mantenido a ras del suelo, para crear un mundo más justo para todos.

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