MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Los jóvenes sí son el futuro de México, no una promesa vacía

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  • Una mirada crítica a las condiciones reales que enfrentan millones de jóvenes y al papel que juegan en la transformación social del país.

La juventud carga con un potencial inmenso, pero también con una realidad que muchas veces la margina. Mientras algunos repiten que los jóvenes son el futuro, miles enfrentan abandono, explotación y olvido.

La frase de “los jóvenes son el futuro de México” se ha convertido en una de las expresiones más comunes al referirse al potencial que representa la juventud: energía, capacidad de aprender cosas nuevas y entusiasmo para emprender diferentes actividades. Y de tanto repetirla, llegamos a asumirla como una verdad incuestionable.

El futuro de este país está en los semáforos limpiando parabrisas, haciendo malabares, vendiendo dulces; en el campo trabajando de sol a sol; en las tiendas vendiendo desde muy temprana edad su fuerza de trabajo.

Sin embargo, pocas veces nos detenemos a reflexionar si los jóvenes realmente están en condiciones de ser ese pilar fundamental que el país necesita, no solamente en el futuro, sino desde ahora. Vale la pena preguntarnos: ¿cómo está la juventud en México? Basta con salir a la calle y mirar alrededor para que la respuesta nos salte a la vista.

El futuro de este país está en los semáforos limpiando parabrisas, haciendo malabares, vendiendo dulces; en el campo trabajando de sol a sol bajo las inclemencias del tiempo; en las tiendas vendiendo desde muy temprana edad su fuerza de trabajo.

Y eso sin contar la gran cantidad de jóvenes que a diario son reclutados para engrosar las filas del crimen organizado, otros tantos perdidos en las drogas, ensimismados en las redes sociales, absortos en todas las distracciones que están a la orden del día y los alejan de la realidad que los rodea. Es así como se está formando al “futuro de México”.

Pero, ¿por qué sucede esto?, ¿por qué, a pesar de que es un sector tan importante en el desarrollo del país, se les tiene en el olvido?

No se trata de un descuido por parte de quienes gobiernan; en realidad, es exactamente lo que buscan. Porque lejos de aplicar políticas atinadas a la realidad, se proponen planes sin intención de revertir la drogadicción, la falta de empleo, los salarios miserables, el trabajo infantil. No, nada de eso.

Lo único que se dice a toda voz es que, en la segunda fase de la construcción de la 4T, los jóvenes son lo primordial; por eso se les entregan sus becas directamente.

Pero en las calles el panorama no mejora; más bien, empeora. Mucho de ese dinero es utilizado precisamente en lo que mencionábamos líneas atrás.

Para cambiar esta realidad, es necesario un cambio profundo, al grado de que no sea un privilegio de unos pocos asistir a una escuela en buenas condiciones, con laboratorios equipados donde puedan hacer ciencia y desarrollar tecnología; que el acceso a la cultura no sea un sueño solamente, y que todos, desde niños, puedan tener un maestro de música, de poesía, de danza, de oratoria o de canto. Todo eso se puede lograr.

Ya vimos en días pasados un evento en el que la gran mayoría de los participantes eran niños y jóvenes. La XXI Espartaqueada Cultural Nacional, que se realizó en Tecomatlán, Puebla, fue una muestra de lo que deberían estar haciendo los hijos del pueblo trabajador.

En ese evento desfilaron por las calles miles de niños y jóvenes procedentes de todo el país, cargando sus vestuarios y sus sueños para llevarlos al escenario.

Artistas procedentes de colonias, de comunidades y de todas las edades se pudieron ver a cualquier hora del día, en espera de mostrar el trabajo que durante meses prepararon.

La juventud es poderosa, solo falta encaminarla y hacerle ver su realidad, que comprendan que para los gobernantes no son ni serán una prioridad mientras el pueblo no sea quien gobierne. Y cuando eso suceda, no será solamente el Movimiento Antorchista el que luche por que los jóvenes tengan educación y acceso a la cultura, sino que será todo el pueblo, y para todos los hijos del pueblo, que se conquiste este triunfo.

Así como en las escuelas que impulsa esta organización hay una preocupación constante por fomentar y difundir la cultura, así será en cada rincón del país. Y de esta manera, los jóvenes se formarán de una manera diferente: más nobles, más humanos y más sensibles ante las peripecias que viven sus hermanos de clase.

Los jóvenes sí son el futuro de México, pero será así hasta que haya ese cambio que los catapulte a una vida diferente, lejos de las drogas, de la delincuencia, de la explotación laboral, y los acerque a la cultura, a la educación, a la ciencia y, sobre todo, cuando sean conscientes de que este país necesita que el mismo pueblo organizado y educado lo gobierne.

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