MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Los “presidenciables” de Morena y la tarea del pueblo

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Ante la incapacidad de su gobierno para solucionar los graves problemas que enfrenta el país, y para crear un distractor mediático que le dure dos años, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha destapado a las principales figuras de Morena que pelearán por la candidatura a la presidencia de la República en el 2024. Faltan dos años para las presidenciales, pero López Obrador ha destapado ya a sus tres “corcholatas”: Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López y Marcelo Ebrard.

Los tres le deben la vida política. Vamos uno por uno. Claudia Sheinbaum fue parte de su gabinete en el año 2000, cuando AMLO fue Jefe de Gobierno, después la hizo jefa delegacional de Tlalpan y finalmente la convirtió en la jefa de gobierno de la capital, en donde no le ha ido muy bien: por falta de mantenimiento, el 3 de mayo de 2021 se le cayó la L12 del Metro, en donde murieron 26 personas y más de 100 resultaron heridas. Sheinbaum fue esposa de Carlos Imaz, un político cercano a AMLO evidenciado en los famosos videos publicados en marzo de 2003 en los que se ve que el empresario Carlos Ahumada le dio 35 mil dólares para hacer fraudes electorales en favor de López Obrador, igual que a Bejarano. Hace unos meses, se denunció que la hija del político Carlos Imaz y Claudia Sheinbaum fue beneficiada en 2019 y 2020 con un millón 12 mil pesos por concepto de Subsidios para Capacitación para Becas. No hay dinero para los deportistas olímpicos, pero sí para los hijos de los morenistas en el poder. Vean a los hijos de AMLO viviendo en Houston, Texas, la vida de lujo. 

Marcelo Ebrard fue priista, igual que López Obrador. Marcelo declinó en favor de López Obrador en la campaña por el gobierno de la Ciudad de México en el año 2000 y AMLO, agradecido, lo convirtió en su secretario de Seguridad y de Desarrollo Social entre el 2000 y 2006. Después, lo hizo su sucesor: Ebrard se convirtió en Jefe de Gobierno y fue el constructor de la famosa línea 12 del Metro, que en mayo pasado se cayó y provocó la muerte de 26 personas. En el año 2012, también declinó a favor de AMLO en la selección de candidato presidencial del PRD. Desde hace 22 años, Ebrard es un fiel seguidor de AMLO. Hace dos semanas, el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, presumió que en las negociaciones migratorias de 2019 “dobló” fácilmente a López Obrador, con la amenaza de impuestos arancelarios y que México accedió a poner “soldados gratis” para impedir el paso de migrantes. El mensajero de AMLO era Ebrard.

Adán Augusto López es un tabasqueño lopezobradorista. También fue priista de hueso colorado. Como dijo un columnista, “es su paisano, es su criatura -todos los cargos que ha ocupado: senador, gobernador y secretario de gobernación, se los debe a él- y es, además, otro López”. Adán Augusto es parte de la porra oficial del presidente y se le vio muy activo en las votaciones de revocación de mandato, en las que violó varias veces la ley. Sin embargo, parece que en su tierra natal no lo quieren, porque hace unos días cuando acompañó a su jefe a la Refinería de Dos Bocas, lo abuchearon cuando fue nombrado.

El otro… es Monreal. Pero si no le baja a su pleito con el presidente, Monreal está fuera de la jugada.

Pues bien. AMLO ya los aventó al juego y ellos se darán de topes para agradar a su jefe. Dos años para golpearse, dos años para sacarse los trapitos, dos años para que cada uno convenza al presidente de que le será un esbirro fiel. Cada día, en aumento conforme se acerque el día de las elecciones, ellos comenzarán a ser los nuevos dueños de las noticias y el país dejará de pensar en el pésimo gobierno de la 4T, que nos tiene sumidos en la pobreza, el desempleo, la inseguridad, la violencia, los asesinatos, el crimen organizado, la crisis sanitaria, la crisis social, la falta de obras y un largo etcétera, porque no hay en el país un gobierno que trabaje. AMLO no trabaja, pero sí habla mucho. ¿Qué esperan los mexicanos de sus alfiles presidenciables?

Morena se ha caracterizado por ser un partido lleno de rateros, corruptos y políticos flojos, que han logrado que los gobiernos extranjeros se burlen de nosotros. El común denominador de todos esos candidatos es que se trata de políticos integrantes de la clase política de siempre, que brincan de un puesto a otro, pero que de ahí no va a salir ningún mejor futuro para México. Por eso, los hijos del pueblo marginado y pobre tienen que entrarle a formar esa nueva clase política formada por gente que tome el poder y verdaderamente se proponga eliminar la desigualdad. México debe entender eso y formar, desde lo más profundo del pueblo, un partido que represente a los trabajadores y que los lleve, a esos trabajadores, a quitar a la basura política actual y a poner al pueblo a gobernar en serio a nuestro país. Se va llegando el momento y la historia comienza a llamar a la puerta. Trabajemos para ello.

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