Ya es algo muy conocido que en Manzanillo se encuentra el principal Puerto Comercial de nuestro país, y el tercero en importancia en América Latina.Los manzanillenses nos sentimos orgullosos cuando escuchamos eso, pero desgraciadamente el orgullo no satisface las necesidades básicas de un ser humano.
La semana pasada, todos los habitantes del puerto estuvimos atentos a la tan sonada visita del Presidente de la República, esperando buenas noticias que nos dieran esperanzas en temas de bienestar, de justicia, de protección, seguridad, y de desarrollo social para todos.Pero sobre esto no se mencionó nada.Hay cosas que se dijeron que nos merecen un juicio, pero hay otras que, aunque no se digan, se pueden distinguir en un discurso oculto.Y de eso quiero hablar.
En el anuncio que hizo el presidente sobre la visita, dejó claro que vino a los estados más violentos e inseguros del país, es decir, Guanajuato, Jalisco y Colima, que son, casualmente, gobiernos estatales contrarios a su partido; por otro lado, también es conocida la controversia que existe en esas relaciones políticas, recordemos, por ejemplo, que estos estados se aliaron para solicitar apoyo económico al gobierno federal para gastos ocasionados por la pandemia, cosa que no cayó en gracia al presidente, ¡ya ven ustedes que mal le caen las alianzas! Al escuchar el mensaje presidencial, pude darme cuenta que solo se trató de una estrategia de control, un golpe de autoridad, de una marcación de territorio, y también de una marcación personal; como cuando el león muestra los filosos colmillos a las razas inferiores a él, para evidenciar su poder.
La teoría del presidente es, que por el Puerto entran ingentes cantidades de dinero y mercancías que son la causa de la corrupción y de la inseguridad en nuestro estado, para ello, propuso que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Secretaría de Marina (Semar), se hagan cargo de administrar y de vigilar, además de procurar la seguridad en los puertos de todo el país.Lo que no me parece tan mal, pero en Manzanillo hay problemas sociales mucho más graves que no veo se atienda con seriedad, por ejemplo: 1) diariamente mueren de dos a tres personas por homicidios, 2) casi a diario hay un accidente en carretera debido al tráfico de camiones con carga en contenedores, 3) la contaminación de la termoeléctrica es constante 4) los empleos informales van en aumento, y los formales siguen con los mismos bajos salarios de hace años, y 5) la infraestructura de nuestra ciudad es pésima ( hay obras inconclusas desde hace nueve años y nadie se hace responsable).Estos problemas dejan claro que el crecimiento económico, no es igual al desarrollo social, y nuestro municipio es un claro ejemplo de esto. Que se produzca dinero, mucho dinero en el Puerto, no les garantiza nada a los que lo producen, solo el honor de tener un empleo.
Pero entre la ciudadanía eso poco se advierte, los comentarios locales referían a que el presidente venía a regañar al Gobernador por sus malos manejos en el Puerto, por no parar la inseguridad, y por endeudarse con los 750 millones.Los partidarios de uno u otro partido, solo especulaban sobre quién iba a dar el mayor golpe, si el presidente, por contar con todo el poder federal, o el gobernador, por salirse con la suya y obtener el préstamo solicitado, logrando convencer a los opositores locales morenistas.Creo que ambos partidarios, perdidos en su afición, no les fue posible dilucidar correctamente el problema real.Se sigue cayendo en la campaña electoral eterna del presidente, se sigue pensando en el combate a la corrupción como el origen único de todos los males.Considero que es bueno luchar contra la corrupción, pues sí que es mala, muy mala diría; pero no es ese el origen fundamental de todos los problemas, sino la injusta repartición de la riqueza, es decir, la pobreza y pobreza extrema. Y el ejemplo de Manzanillo nos sirve nuevamente, pensemos: qué tal que, si de esos miles y miles de pesos que se producen diariamente en el Puerto, se invirtiera tan sólo un poco en el bienestar de la sociedad manzanillense, misma que ayuda a producirla, por cierto ¿Qué tal que si con esa ingente cantidad de dinero se pudiera mejorar la infraestructura municipal (carreteras, alumbrado público, unidades deportivas, escuelas, bibliotecas, hospitales, etc.)? ¿Qué tal si se invirtiera cuando menos un poco en cultura, y se hiciera un teatro digno de todos los manzanillenses? ¿O que se invirtiera más en deporte? Creo que otra cosa sería, estoy muy segura que la corrupción no sería igual, si los empleados tuvieran mejores condiciones laborales y mejores condiciones de vida.
Yo creo que luchar verdaderamente contra la corrupción, es atender estas y otras tantas necesidades, es atacar el fondo del problema, es querer generar un cambio y no solo simularlo, es decir, es luchar verdaderamente contra la pobreza.
Pero esto no es así, nuestro Puerto es visto sólo como un paraíso para los inversionistas, donde nuestra gente puede ser explotada y no lo percibe.Sufrimos todas las consecuencias del crecimiento económico, pero no gozamos de ninguna ventaja.Tenemos contaminación visual, auditiva, del aire, del tráfico mortal, de la seguridad, sufrimos el deterioro de las reservas naturales, etc.Y sin embargo no gozamos de los beneficios económicos prometidos, de las ventajas anunciadas; no hay inversión, no hay desarrollo social, no hay mejoras que inciden directamente en el bienestar de las familias manzanillenses.Sólo hay lo que al neoliberalismo conviene: "amplia liberalización de la economía", "libre comercio en general", una "drástica reducción del gasto público" y la "intervención del Estado en la economía en favor del sector privado".¿Qué acaso no declaró el presidente López Obrador muerto y enterrado al neoliberalismo? ¡Pues la realidad grita otra cosa!
Por todo esto, yo hago un atento y respetuoso llamado a todos los manzanillenses, que somos víctimas de un sistema que nos explota día con día, para que nos unamos por mejores condiciones laborales y de vida, para que sumemos nuestras fuerzas y exijamos lo que por ley nos corresponde.Para que transformemos nuestro Manzanillo en algo mucho mejor, que un peligroso patio de contenedores.
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