MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Más mexicanos sobreviven con un salario mínimo

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Los que tenemos abrazada la tarea de contribuir, con todas nuestras fuerzas, en liberar a las masas de sus cadenas, a través de la educación y organización colectiva para que participen en la solución de los grandes problemas nacionales, también conocemos los testimonios estremecedores de los trabajadores sobre lo que tienen que hacer para estirar lo que ganan y resolver algunas de las necesidades básicas de su familia, como el alimento. 

Esas voces confirman la necesidad y la justeza de continuar el llamado a los trabajadores para que se organicen y emprendan acciones encaminadas a un cambio social.

La situación de los que producen directamente con sus manos la riqueza de este país es cada vez más difícil. Importantes medios de comunicación, con base en estadísticas oficiales, dan cuenta que la fuerza laboral que percibe hasta un salario mínimo incrementó en 5.3 millones de personas, para llegar a un universo de más de 19 millones de personas, mientras el resto de los perfiles salariales perdieron puestos de trabajo. 

En enero de 2021, una cuarta parte de la población ocupada ganaba el mínimo, pero en enero de este año ya es un tercio de los trabajadores. El número de trabajadores mexicanos que ganan el salario mínimo aumentó de 13 millones 165 mil 956 a 19 millones 28 mil 666 en un año, de acuerdo con las cifras de ocupación publicadas por el INEGI. Con este incremento, el grupo de trabajadores que ganan un salario mínimo se convierte en el más amplio del país y representa el 34.26 por ciento de los 55 millones 534 mil 882 mexicanos empleados.

La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) registró que, mientras en enero de 2021, un poco más de una cuarta parte de la población ocupada ganaba el mínimo el 25.4 por ciento, pero en enero de este año más de un tercio de los trabajadores ganaban el salario mínimo, el 34.3 por ciento. Al mismo tiempo, cayó el número de trabajadores que ganan más de uno y hasta dos salarios mínimos de 18.5 a 17.9 millones. También se redujo el número de mexicanos que ganan más de dos y hasta tres salarios mínimos de 7.1 a 5.6 millones.

La ENOE también resalta que, en comparación con enero de 2021, la población desocupada se redujo en 418 mil personas y la Tasa de Desocupación fue menor en un punto porcentual, pero con empleo mal pagado. 

Es decir, que ahora hay más mexicanos que tienen que sobrevivir con un salario mínimo, también es necesario recordar que, aunque este mínimo tuvo un incremento del 22 por ciento, a inicios de este 2022, la inflación ya se comió este aumento “histórico”.  

Con respecto al nivel salarial, México sigue ubicado por debajo de 31 países de los 32 que forman parte de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).

Como se ve en nuestro país, son millones de personas las que, a pesar de soportar las jornadas más largas del mundo, apenas lograron cubrir sus necesidades durante 2021 y se sumaron otros millones a inicios de este 2022. Con sus bajos ingresos, no solo les resultó imposible adquirir todos los alimentos contemplados en la canasta básica, sino que también dejaron fuera otros bienes indispensables para las familias mexicanas como medicinas y vivienda. 

La lamentable precariedad laboral no puede seguir, urgen soluciones a fondo. La solución está en manos de los trabajadores quienes, mediante la lucha organizada, deben destacar a sus elementos más conscientes y lúcidos para conformar una vanguardia revolucionaria y juntos construir un modelo económico de nuevo tipo, capaz no solo de generar la riqueza que la sociedad necesita, sino también de repartirla equitativamente entre todos sus miembros. Hasta el momento, mientras la renta se acumula en pocas manos, no hay empleos suficientes y de calidad para los mexicanos que pueden y desean trabajar, los salarios son bajos y sin prestaciones laborales para los trabajadores, con lo cual se aleja cada vez más la posibilidad de mejorar el bienestar de la sociedad en su conjunto.

La salida no está a la vuelta de la esquina. En primer lugar, el pueblo de México necesita dejar de escuchar las mañaneras, sobre todo cuando el presidente, Andrés Manuel López Obrador, acaba de reconocer públicamente que sus interminables conferencias matutinas tienen la finalidad de adoctrinar, o sea, con sus narrativas busca adormecer las conciencias de las personas. 

La estrategia del Gobierno de la 4T es evidente, se trata de evitar a cualquier precio que los trabajadores se olviden de la precaria situación económica en que se encuentran, impedirles que lleguen a conocer las causas de la pobreza y no se revelen en contra de las injusticias.

López Obrador lleva semanas abocado en defender a su hijo mayor, José Ramon López Beltrán, por haber sido descubierto cuando vivió en una lujosa mansión en Houston, Texas, exigiendo que informen cuánto ganan los periodistas que denuncian el posible conflicto de interés, en tanto cada vez hay más mexicanos que sobreviven con un salario mínimo.  

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