Durante la pandemia, los mexicanos perdieron en promedio aprendizajes equivalentes a dos años de escolaridad y más de 86 mil estudiantes de poblanos dejaron la escuela; en el nivel primaria, secundaria, medio superior y superior se registró una disminución entre el ciclo escolar 2019-2020 y el 2020-2021, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Educación Pública (SEP) federal.
México es uno de los países con mayor rezago educativo y académico. Según especialistas, el promedio de años que estudiaba un mexicano antes de la pandemia era de tercero de secundaria, ahora es de primer grado de esta. Este tema debería de ser unos de los más importantes para nuestro gobierno, ya que ante esta situación miles de mexicanos están siendo afectados porque uno de los principales problemas de la deserción escolar es que ante la pobreza que se está posicionando con mayor velocidad que años anteriores, gran cantidad de jóvenes prefieren dejar de estudiar para buscar un sustento para su familia o, en los peores de los casos, se inclinan por el camino de las drogas y de la delincuencia.
Ahora bien, a los alumnos que aún continúan con sus estudios la Secretaría de Educación Pública (SEP) los condena al atraso al acreditarlos de un grado a otro con calificación mínima de seis; en junio de 2021, la SEP publicó un ordenamiento que prohíbe reprobar a estudiantes debido a la pandemia de covid-19, es cierto que el alumnado se vio afectado al estar tomando clases a distancia por diferentes condiciones que les impedían que sus clases fueran más fáciles, como cuando era de manera presencial, pero ante esta situación no se planteó una estrategia para que los maestros mejoraran el aprendizaje de los estudiantes.
En este contexto, la solución que el ingenioso equipo de la dependencia que dirige Delfina Gómez, especialistas en educación, entre ellas Patricia Gane, vocera de Educación con Rumbo, fue que “durante la pandemia, los docentes han realizado valoraciones y observaciones superficiales, además de generar mecanismos para no reprobar a ningún estudiante de educación básica. Con todo esto, hay una disminución tremenda de aprendizaje. Muchos niños no saben ni leer, no ubican ideas principales en un texto, ni mucho menos hacer operaciones matemáticas. Entonces, lo que procede a hacer el maestro es a valorar los trabajos, la asistencia y el esfuerzo de los estudiantes para pasarlos de año”.
La cantidad de personas en rezago educativo representa el 29.1 por ciento de la población mayor de 15 años del país, afectando mayormente mujeres. En cuanto esta problemática se empezó a agudizar, la UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) advirtió que el 80 por ciento de niños latinoamericanos no podrán concluir un texto simple al concluir la primaria; antes de la pandemia los mexicanos alcanzaban en promedio aprendizajes correspondientes a tercero de secundaria, hoy su conocimiento llegará solo al equivalente a primero de secundaria, causa del rezago, y aprobar con una mínima calificación no ayudará a frenar este mal que aqueja a los ciudadanos considerados como el futuro de México.
Es importante subrayar que un país con una población que tiene menos habilidades enfrenta dos tipos de costos económicos. A nivel individual, los trabajadores tendrán menor acceso a empleos mejor pagados. De acuerdo con el Banco Mundial, esto hará que el estudiante promedio pierda el 8 por ciento de su ingreso anual futuro, lo que equivale a un mes de salario al año por el resto de su vida productiva, esto implica que la economía de miles de mexicanos se verá mayormente afectada y, al otro mal del país, que es la pobreza, no se le encontrará un fin. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) estima que en los próximos 80 años este fenómeno le podría costar a México un monto acumulado de hasta 136 por ciento del PIB de 2019. Esto implicaría que nuestro país dejaría de producir hasta 1.7 por ciento del PIB cada año o un monto similar al gasto total ejercido por la Secretaría de Educación Pública (SEP) en 2019.
La estrategia de la SEP es tendenciosa y retrasa el desarrollo educativo en México, lo cierto es que los datos demuestran que esta administración es pésima y la realidad le dará una cachetada con guante blanco a la ignorante de Delfina Gómez y, de no tomar medidas contundentes, las pérdidas de aprendizajes pondrán en riesgo el futuro de una generación completa de estudiantes.
El hombre tiene que ser científico, artista, maestro, investigador, dialéctico, histórico, etc. Todas y todos sabemos que la educación es uno de los factores imprescindibles para una sociedad más cohesionada y tolerante, una sociedad en paz, pluralista y respetuosa de la diversidad y una sociedad que busca el mejoramiento continúo, tanto material como espiritual, como está plasmado en la constitución mexicana.
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