El 2 de julio del año pasado se vivió unos de los procesos electorales más importantes en la historia moderna de México; los ciudadanos, cansados de la pobreza y marginación que la inmensa mayoría padece, decidieron probar suerte votando por un "nuevo partido". El Partido Revolucionario Institucional (PRI) perdió su ya por sí deteriorada credibilidad pues no dio resultados tangibles antes las necesidades del país; en los dos sexenios que le tocó gobernar, el Partido Acción Nacional (PAN) demostró su falta de capacidad para resolver los problemas del país. Ahora México es gobernado por Andrés Manuel López Obrador, quien fue postulado por el partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Morena fue creado por el hoy presidente de la república para poder participar en las elecciones de 2018. Y es que después de participar muchos años en el PRI, Andrés Manuel saltó al Partido de la Revolución Democrática (PRD), donde, participó dos veces de manera contínua, como candidato a la presidencia de la república. Cuando el PRD no le permitió participar como candidato presidencial por tercera ocasión, éste, decide salirse de sus filas y formar ese Frankenstein político que ahora conocemos como Morena.
El "nuevo partido" se conforma de viejos personajes que, como Andrés Manuel, militaron en el PRI, PAN, PRD y otros. Desde la superficie esto puede ser observado fácilmente por cualquier mexicano con un mínimo de cultura política. Se ve en la superficie, digo, porque en el entorno cercano del Presidente se encuentran viejísimos políticos que durante muchos años fueron destacados miembros del PRI. Los casos más notables son los de Manuel Bartlett Díaz y Porfirio Muñoz Ledo. El primero, hoy director de la Comisión Federal de Electricidad, hizo toda su carrera política como priista, bajo las siglas del tricolor fue Secretario General del partido, Secretario de Gobernación, Secretario de Educación Pública, Gobernador de Puebla y senador. Muñoz Ledo por su parte, fue Secretario del Trabajo y Previsión Social, Presidente del partido y Secretario de Educación Pública. Esto, por mencionar algunos ex priistas que hoy trabajan en el proyecto de Cuarta transformación de AMLO.
Del PAN también salieron Tatiana Clouthier, ex coordinadora de campaña de Andrés Manuel y ahora diputada federal por Morena. En 2005 Tatiana dejó las filas del Partido Acción Nacional y luego probó suerte como independiente. Otra panista de cepa que renunció al partido fue Gabriela Cuevas, quien se desempeñaba como senadora cuando anunció su decisión de apoyar el proyecto presidencial de López Obrador. El motivo de su salida del PAN es que el grupo de Ricardo Anaya se negó a darle una candidatura como diputada, cosa que sí hizo López Obrador, así que hoy, nuevamente está en el Congreso de la Unión, pero ahora representando a Morena.
Otro personaje, de los que López Obrador llamó fifí y tildó de pertenecer a la "mafia del poder", es Germán Martínez Cázares quien fue Secretario de la Función Pública en el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa y exdirigente nacional del PAN. Pero después de ser librado de todos sus males y purificado su pasado político, Martínez Cázares fue nombrado por el Presidente como Director General del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Pero el partido que más nutrió a Morena fue el PRD. Los propios fundadores de ese organismo político huyeron de la derrota que significaba la entonces contienda presidencial de 2018, y se refugiaron en Morena; entre ellos está Ifigenia Martínez y Dolores Padierna. La primera es hoy senadora de la República mientras que la segunda es legisladora en el Congreso de la Unión. Otro que abandonó el Sol Azteca fue Alejandro Encinas, ex jefe de Gobierno de la CDMX y a quien AMLO colocará como subsecretario de Derechos Humanos en la Secretaría de Gobernación. ítem mas, Pablo Gómez quien fue Senador de la república en 2006 por el PRD, ahora es diputado federal morenista. Como la lista es interminable, solo mencionaré a uno más; me refiero, a Félix Salgado Macedonio, exalcalde de Acapulco, que renunció al Partido de la Revolución Democrática, hoy es senador de la república por Morena.
Como podemos ver, este "nuevo partido" está compuesto por políticos de diferentes corrientes ideológicas, que, al no verse beneficiados en sus intereses personales, deciden abandonar sus "principios partidarios" para integrarse al hoy partido en el poder. A medio año de gobierno de López Obrador y su partido, compuesto por pedazos de aquí, de allá y de acullá, se ve a todas luces que no tienen brújula ideológica ni proyecto alguno que defender con las armas de la razón y de la inteligencia.
Por eso Morena, como los otros partidos políticos, es una opción política e históricamente rebasada y agotada, sin ningún verdadero atractivo que ofrecer a la gente. Nada los salvará de la ruina aunque empleen todos los recursos represivos de que siempre han echado mano los gobiernos y las clases decadentes a lo largo de la historia, contra sus opositores y contra el pueblo pobre de México, que hoy se manifiesta en las calles por sus pésimos resultados. Morena ha chocado de frente con la realidad. El pueblo que confió en este nuevo partido –formado con viejos políticos– se va desilusionando rápidamente con las acciones que no corresponden al discurso en campaña. Pronto llegará el tiempo en que corrijan el error que cometieron al votar por el Frankenstein de la política mexicana, pronto le retirarán su apoyo y le darán la espalda por completo. El tiempo, que nada perdona, nos dará la razón. Vale.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario