Mucho se alardea que México vive una etapa de transformación, dicho por el propio presidente Andrés Manuel López Obrador, la cuarta que ha vivido el país. A decir de él, desde su triunfo en las elecciones presidenciales del 1 de julio de 2018 se está suscitando en México una transición hacia un nuevo régimen, una de esas transformaciones radicales, encabezadas por las masas populares y de las cuales ellas han sido las protagonistas y han sido bendecidas por el triunfo de las mismas; igualándola al mismo nivel de los otros tres momentos clave de la historia: la Independencia, con la Constitución de 1824; la Reforma, con la de 1857; y la Revolución, con la de 1917.
Y así se caracterizan y autonombran los gobiernos emanados del partido político Morena, en cada uno de los municipios o estados de la república donde han ganado las elecciones; y precisamente con ese slogan es que han ganado elecciones, convenciendo a la gente que es Morena quien representa la transformación de su situación de marginación, a una donde los pobres serán los primeros en la atención de sus problemas.
Sin embargo, como dijo un analista, el tiempo ha pasado y la realidad empieza a dar su veredicto: ¿es cierto, que México y ahí donde Morena ha tocado con su varita mágica, la realidad del pueblo y de los pobres se ha transformado? Veamos, un ejemplo cercano, de la Ciudad de la Esperanza, gobernada por otra morenista, Claudia Sheinbaum: Xochimilco.
Morena arribó al poder en Xochimilco el 1 de octubre de 2015, con el finado Avelino Méndez Rangel, le siguieron tres años de José Carlos Acosta Ruíz y le esperan otros dos años de éste último, pues se reeligió. A siete años del gobierno morenista ¿cuál ha sido la transformación para los habitantes?
De acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en estos años de gobierno morenista aumentó la pobreza y la pobreza extrema en Xochimilco: pasó de 40.5% de pobreza en 2015 (187,111 habitantes) a 48.2% en el año 2020 (210,781 habitantes); y en pobreza extrema, pasó de 2.4 % en 2015 (11080 habitantes) a 9.3% en 2020 (40,693 habitantes). Basta dar una visita por las zonas altas de Xochimilco para darse cuenta de la carencia de servicios elementales como electrificación de calidad, de red de agua potable, pues un alto porcentaje de la población recibe agua mediante tandeo de pipas; de la falta de red de drenaje, de alumbrado público, etc. y más etc.
Esta carencia de lo elemental va aparejado con otro dato importante, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública y Urbana (ENSU), durante el último trimestre de 2022, el 77% de los habitantes de Xochimilco se sintió inseguro viviendo en su alcaldía, es decir siete de cada 10 habitantes no realiza sus actividades diarias con la confianza que su entorno, que su hogar es seguro para él y para sus hijos.
La misma encuesta afirma que solo el 20% de los xochimilcas considera efectivo el gobierno de su alcalde. Esto último lo verifica la encuesta sobre alcaldes de México realizada por Mitofsky en diciembre de 2022, donde de 150 alcaldes evaluados, el morenista Jose Carlos Acosta Ruíz se colocó dentro de los cinco alcaldes peor evaluados, con el 29.6 % de aprobación.
Tal vez, el combate a la pobreza requiere más que eso, sin embargo el presupuesto que recibe la alcaldía pasó de 2015 de $1,377,451, 210 millones de pesos a $2,229,033,281 en 2023, un incremento de $851,582,071 millones de pesos; además del presupuesto participativo, que año con año ejerce y que este año 2023 será de $89,161,331 millones de pesos; además del FAIS del que también puede disponer para obras en zonas de pobreza extrema. Ante estos datos, ¿la alcaldía, en verdad, no cuenta con recursos para el alumbrado público, por ejemplo, y que con esa acción mínima la población pueda percibir menos inseguridad? No es que no puedan hacerlo, no quieren hacerlo, y no quieren hacerlo porque no es cierto que gobiernen pensando en los intereses de los más pobres.
La Cuarta Transformación en Xochimilco ha fabricado más pobres, el rezago social ha aumentado, pues la gente carece de lo elemental, además en 2022 la respuesta a la protesta pública fue reprimida por granaderos, desde el mismo gobierno central.
Ante esta realidad, el pueblo de Xochimilco debe aprender la lección: no son los cantos de sirena, que prometen el paraíso en la tierra, la solución a los problemas; es su organización y su participación activa en la solución de los mismos, es su educación política para discernir quienes son sus verdaderos representantes y el camino correcto.
Desde esta tribuna, el Movimiento Antorchista invita a los habitantes de Xochimilco a conocernos, a trabajar juntos, a luchar organizadamente y a analizar los problemas del país y del mundo y a destacar de sus entrañas a sus gobernantes, a sus representantes de clase, que hagan, ellos sí, la transformación tan anhelada.
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