Han pasado tres meses desde que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador decretó las clases presenciales, sin tomar en cuenta la falta de infraestructura de calidad, pues la que había fue saqueada de las instituciones, sumando así, poco más de 11 mil escuelas (dato de Mexicanos Primero), y a esto se suma las carencias ya existentes hasta antes de la pandemia como agua, electricidad y drenaje.
Lo menciona también el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), quien señaló que el 81 por ciento de las escuelas tenían condiciones sanitarias mínimas de sanidad y que el número de estudiantes, pasaba a la recomendada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), de 10 alumnos por profesor.
A modo de recordatorio; en 2 años, poco se avanzó en mejorar las condiciones de la infraestructura educativa, así lo dio a conocer en su momento el extinto Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), quien hizo referencia sobre las carencias con las que contaba el sistema de educación en el país, cuyos datos son alarmantes, pues dijo a grosso modo que el 29 por ciento de las escuelas tienen problemas estructurales; el dos por ciento presentan daños estructurales, y sólo el tres por ciento de las escuelas de nivel básico no tienen carencia alguna.
Además el INEE, habló sobre la falta de servicios en las escuelas, pues el 45 por ciento no cuentan con drenaje o fosas sépticas; 20 por ciento no tenían agua potable; y el cinco por ciento no brinda con el servicio de electricidad; a todos estos datos debemos integrar que después del receso forzado por la pandemia de la Covid-19, se vandalizaron miles de escuelas, quedando así, un regreso a clases muy peligroso, pues al no contar con agua potable, al no tener espacio en las aulas para tener sana distancia, así como la cantidad de docentes a fin de no tener sobrepoblación en las aulas.
Ante esto, el Gobierno federal sólo mostró su verdadero rostro, la nula importancia de la educación de los jóvenes. Hay que ver que en los últimos tres años el presupuesto federal para el rubro, lejos de aumentar en términos reales, fue disminuido; ahí vemos lo que está pasando con en el presupuesto para el 2022, donde se presupuesta 364 millones, un 4.1 por ciento más que en este año, pero el aumento sólo se debe para poder entregar más becas y no para mejorar la infraestructura educativa, pues en este 2021, el presupuesto para infraestructura tuvo un recorte real del 29.7 por ciento al de 2020.
Tenemos que identificar que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador no está viendo por la educación de los alumnos, sus carencias escolares, así como económicas, pues al sólo entregarles recursos monetarios, se deja de lado sus verdaderas demandas educativas.
No cabe duda que la educación es primordial para nuestra sociedad, por lo cual tenemos que tener los espacios dignos para aprovechar las horas estudiantiles, y cómo se hará, pues disminuyendo el presupuesto para las becas y canalizar los recursos para el mejoramiento de la infraestructura. Por eso ante ello, necesitamos ser vanguardia y unirnos.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario