La catástrofe económica, sanitaria, de seguridad, educativa, etc. que azota al país, se va imponiendo lentamente en la conciencia del pueblo, generando una inconformidad soterrada que va creciendo poco a poco y que se está transformando en un repudio generalizado contra los candidatos de Morena y la 4T.
En el cuartel general lopezobradorista ya se percataron de que a pesar de las encuestas cuchareadas que ponen a López Obrador con niveles altísimos de aceptación, la gente no se traga el engaño. Ellos sí saben que la popularidad del presidente va a la baja y no saben cómo frenarla. Están preocupados porque a pesar de las ocurrencias de las mañaneras, el presidente no levanta.
Tan alarmados están que obligaron al presidente a salir a declarar la reducción de la edad de 68 a 65 años, para tener acceso al programa de transferencias directas a los adultos mayores, prometiendo doblar para después de las elecciones el monto del apoyo.
En el Estado de Puebla, basta observar a los candidatos que Morena designó para participar en las elecciones que se avecinan, para darse cuenta que no son de la 4T, pertenecen a otros partidos y no tienen posibilidades de ganar. Los demás partidos le prestaron candidatos a Morena para poder competir con alguna posibilidad en las elecciones de junio.
Y en el municipio de Puebla, el gobernador Barbosa Huerta prefirió no arriesgar a su delfín Biestro Medinilla, porque sabe que sus calificaciones reprobatorias, que lo ubican como el peor gobernador del país, hacen polvo el prestigio de Morena en su conjunto.
De poco sirvió que el mandatario estatal amenazara con el garrote de la ley a los candidatos opositores en los diferentes municipios y distritos; Morena se desfonda y nadie puede evitarlo.
Sin embargo, el pueblo pobre que está sufriendo la pérdida de sus empleos, padeciendo hambre y miseria de todo tipo, no debe descansar hasta ver derrotado al proyecto que provocó la crisis económica en México.
Los mexicanos que han sufrido la muerte de algunos de sus familiares por la pandemia descontrolada y mal atendida del Coronavirus, deben prepararse para descargar sobre Morena todo el peso de su repudio el próximo 6 de junio, votando en las urnas contra todos los candidatos de la 4T.
Todavía estamos a tiempo de cambiar el rumbo del país; es el momento de quitarle el control del Congreso federal a Morena, para evitar que siga destruyendo a nuestra patria.
Debemos de redoblar esfuerzos para organizar y educar al pueblo de México, para que el próximo 6 de junio vote por los candidatos antorchistas a las diputaciones federales, locales y presidencias municipales.
Pero también, para que el pueblo pobre se decida a luchar por la transformación económica, política y social del país. Sólo así lograremos erradicar las enormes injusticias sociales que se cometen contra la mayoría de la población.
Mientras tanto, les recordamos la consigna para las elecciones que se aproximan: en las elecciones del 6 de junio, ¡Morena tiene que ser derrotada!
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