MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Mucha tarjetita y nada de bienestar

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Para toda la ciudadanía medianamente informada, es bien sabido que el gobierno federal, en manos de Morena, le ha apostado a los programas de transferencia monetaria directa, dejando de lado la inversión pública en sectores muy importantes para el desarrollo del país y la integridad del pueblo de México, de quienes dicen defender sus intereses. 

El pueblo pobre, la clase trabajadora, a la que pertenecemos más de 100 millones de mexicanos, debe organizarse en un todo; sólo así será capaz de lograr enrumbar el destino de nuestra patria.

Que si la “Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores”, la “Pensión para el Bienestar de las Mujeres”, que si la “Beca para el Bienestar Benito Juárez” o “Rita Cetina”, que si el “Programa para el Bienestar de Niñas y Niños, Hijos de Madres Trabajadoras”, que si “Salud Casa por Casa”, “Sembrando Vida”, “Producción para el Bienestar”, hasta programas para las “Tandas para el Bienestar”, y algunos otros programas más.

Sin embargo, ¿en qué ha beneficiado a las familias mexicanas estos programas? ¿Ahora la gente tiene un sueldo remunerador? ¿Los desempleados cuentan con un ingreso seguro?

¿Los sectores sociales más vulnerables reciben la atención adecuada? ¿Ha mejorado la salud, la educación, la vivienda, los servicios básicos, la infraestructura? No. Nada de eso ha pasado porque a nada de eso se le invierte.

Morena y sus representantes, en todos los niveles, tienen como única preocupación que la gente en edad de votar reciba, si es que recibe, dichas transferencias monetarias, arguyendo que así mejorará su calidad de vida, pero no le dicen que la dejarán sin seguridad pública, sin fuentes de empleo, sin salud, sin educación, sin servicios básicos. 

Si bien es cierto que todos esos sectores estaban mal en el tiempo de “los conservadores”, algo había que, más o menos, venía funcionando (no digo que sea lo correcto, suficiente o lo necesario), pero algo había, y ese “algo” fue arrasado de un plumazo por Morena sin proponer nada nuevo que fuera mejor, que superara lo existente; por el contrario, despojaron al pueblo de lo poco que tenía.

Ahora, a lo más que puede aspirar el pueblo mexicano, ante el abandono de un gobierno que se dice de izquierda, pero ha resultado más corrosivo que los de derecha, es a ser beneficiario de alguno de estos programas, cuya única función es amordazar al pueblo trabajador para que no exija resultados concretos ante la creciente ola de necesidades a la que se enfrenta día a día, bajo el argumento de recibir un apoyo para atender sus demandas.

Pero, por muchos programas y más tarjetas que repartan, no resolverán el problema de la pobreza y menos mejorarán la calidad de vida material de los mexicanos.

¿Qué se debe hacer entonces ante esta realidad? La respuesta, aunque pareciera sencilla, conlleva cierto grado de complejidad, pero no imposible de realizar. El pueblo pobre, la clase trabajadora, a la que pertenecemos más de 100 millones de mexicanos, debe organizarse en un todo; sólo así, con un pueblo organizado que trabaje de manera conjunta, anteponiendo los intereses colectivos a los individuales, será capaz de lograr enrumbar el destino de nuestra patria y, entre otras cosas, cambiar a la actual clase gobernante que rinde cuentas a los dueños del dinero y no a quienes los llevaron al poder.

Para muestra, un botón. En la junta auxiliar de Olomatlán, perteneciente a Tecomatlán, en días recientes fue beneficiada con dos obras muy importantes que contribuyen significativamente al desarrollo de infraestructura de la misma y, por tanto, también permiten elevar la calidad de vida de los olomatecos, como fruto del trabajo del Movimiento Antorchista, a pesar de que las autoridades locales son afines a Morena. Ellos mismos, y sus familias, también disfrutarán de estas importantes obras.

Se trata, en primer lugar, de la pavimentación con concreto hidráulico de la segunda etapa de la calle Llano Largo, la cual tuvo una inversión superior a los 2.5 millones de pesos, a la cual ninguna autoridad contribuyó con ni un solo centavo; cada peso fue puesto por el apoyo desinteresado de los hombres y mujeres buenos y honrados que militan en las filas del Movimiento Antorchista Nacional, quienes, con sus colectas y trabajo tesonero, lograron reunir los recursos necesarios para esta magna obra que responde a una necesidad importante del pueblo de Olomatlán.

Si los olomatecos tienen ahora esa pavimentación, que los beneficiará por generaciones, es gracias al trabajo colectivo de todo el antorchismo nacional.

Segundo. La administración municipal de Tecomatlán, encabezada por el maestro Avelino Rivera Campos, hizo entrega de la rehabilitación de la clínica, la cual no se podía utilizar luego de que colapsara tras los sismos de 2017 y 2019. 

En esta obra, el gobierno antorchista destinó más de 3.5 millones de pesos, a pesar de los constantes recortes a su presupuesto, de los cuales han sido víctimas los municipios, en manos del gobierno federal morenista.

Esto demuestra que, para los gobiernos antorchistas, la prioridad es atender las demandas más urgentes del pueblo, a pesar de no contar con recursos suficientes, y buscar el apoyo de las autoridades estatales y federales a través de diversas gestiones, a las cuales, por la vía de los hechos, la respuesta siempre fue negativa.

Esto pone de relieve la importancia de que el pueblo trabaje y luche conjuntamente para transformar su realidad; para ello se requiere de una condición inexpugnable: estar organizado; de lo contrario, su fuerza se desvanecerá en el viento como polvo humano y continuará sin impulsar los cambios sociales que tanto requiere nuestra patria para la construcción de una sociedad más justa y equitativa.

Otro aspecto que no puede ni debe pasarse por alto es que, por más tarjetas de bienestar que reciba el pueblo, no serán suficientes para poder atender las necesidades del pueblo humilde; muestra de ello es que, durante estos años, no han realizado, ni de lejos, acción alguna similar a la entrega de estas obras impulsadas por el trabajo colectivo del Movimiento Antorchista.

El pueblo de Olomatlán, y los hombres honrados y bien nacidos, harían bien en reflexionar qué ruta seguir para el desarrollo de su comunidad y bienestar de sus familias. 

Durante 50 años el Movimiento Antorchista ha demostrado, con hechos concretos, de lo que es capaz el pueblo cuando se organiza; en cambio, en menos de dos sexenios, el país entero ha padecido las calamidades de quienes creyeron que bastaría un “mesías” para transformar la realidad de todos.

Los grandes cambios sociales sólo pueden ser fruto de las masas organizadas; la realidad lo ha demostrado.

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