La XVI Cumbre de los Brics+, realizada en la ciudad rusa de Kazán del 22 al 24 de octubre, y que logró reunir a representantes de casi la mitad de la población mundial, puso de relieve ante los ojos del mundo la importancia e influencia de estos países, con Rusia y China a la cabeza; mismos que, obligados por la hostilidad de Occidente, buscan relaciones de igualdad y respeto mutuo con los demás países.
Resultaría inútil tratar de negar el impacto económico, científico, demográfico y político de los Brics en la palestra mundial. Muestra de ello es que al menos 34 países han manifestado su interés por adherirse, de los cuales 20 han presentado una solicitud formal de adhesión.
La multipolaridad surge como una esperanza de desarrollo equitativo y justicia en la distribución del poder mundial.
La exitosa realización de esta cumbre echó por tierra el argumento mediático de que el país ruso se encuentra aislado debido a las sanciones impuestas por Estados Unidos. Sin embargo, de acuerdo con expertos, el mensaje más claro de la decimosexta cumbre de los Brics+ es que “el mundo desea y, por lo tanto, se está moviendo hacia la multipolaridad” porque países como los que integran el Brics se oponen a la forma en que se ha distribuido el poder económico, financiero, político y militar en favor de los Estados Unidos.
El Brics ha presentado al mundo una opción de vida distinta a la que ha impuesto Estados Unidos y compañía al mundo. Por ejemplo, Rusia presentó la propuesta de crear una bolsa de cereales de los Brics, cuyo objetivo es garantizar la seguridad alimentaria en el mundo, particularmente en África.
También ofrecen medidas para reducir la dependencia del dólar con la creación de un sistema financiero independiente y, con esto, lograr que los países miembros puedan desarrollar su comercio internacional, además de superar las sanciones y embargos impuestos por Occidente.
De acuerdo con el diario chino Global Times, la respuesta positiva en torno al Brics es una clara muestra de que los países del denominado sur global perciben “impulso y esperanza” para un mejor futuro, además de que los consensos alcanzados en la cumbre son “prácticos y específicos”.
A decir del diario, el mecanismo de cooperación de los Brics se ha convertido en una fuerza clave para promover una transformación positiva en el sistema de gobernanza mundial, abordando eficazmente los déficits mundiales en materia de paz, desarrollo, seguridad y gobernanza. Agrega que innumerables prácticas demuestran que la “Gran Cooperación Brics” se sitúa en el lado correcto de la historia y contribuirá a construir una comunidad con un futuro compartido para la humanidad.
La declaración conjunta de la XVI Cumbre de los Brics, documento presentado por Vladímir Putin, define los puntos de referencia para la cooperación a largo plazo considerando “el surgimiento de nuevos centros de poder, toma de decisiones políticas y crecimiento económico, que pueden sentar las bases de un orden mundial multipolar más justo, democrático y equilibrado”.
También manifiesta su apoyo a una reforma integral de la ONU, incluido su Consejo de Seguridad, para hacerlo más democrático, representativo y eficaz.
Asimismo, se señala la preocupación por “el aumento de la violencia y los continuos conflictos armados en diferentes partes del mundo, incluidos aquellos que tienen un impacto significativo tanto a nivel regional como internacional” y, en lo referente a la economía, abogaron por una reforma de las instituciones de Bretton Woods, mejorando la contribución de los países en desarrollo a la economía mundial.
En este contexto, días antes de desarrollarse la decimosexta cumbre del Brics, en México, el secretario general del Movimiento Antorchista, Aquiles Córdova Morán, ofreció algunas entrevistas (publicadas en medios como Canal 6TV, Buzos de la Noticia y Foro 21), donde analiza la situación económica y política por la que atraviesa la nación, tomando como referencia el recién terminado sexenio de Andrés Manuel López Obrador.
A decir de Aquiles Córdova, cuando Antorcha nació, el problema fundamental del país era básicamente la desigual distribución de la riqueza nacional, que a su vez se traducía en pobreza y desigualdad, lo cual implícitamente se materializa en una serie de males que el pueblo mexicano padecía y padece en grado notable, elevado, como por ejemplo problemas educativos, de salud, alimentación, etcétera. Por esas razones nació el Movimiento Antorchista, tratando de luchar contra estos flagelos.
Sin embargo, ahora que termina el gobierno de López Obrador, “sigue habiendo, en esencia, el mismo problema: la riqueza se ha concentrado más. Y, de acuerdo con la opinión del Movimiento Antorchista, la desigualdad y la pobreza, y los males que la propia pobreza acarrea, no se han modificado en lo fundamental”.
Esto se debe al neoliberalismo, el cual “no es un problema exclusivo de México. Fue impuesto al Mundo Occidental, que, en esencia, pide reducir al mínimo las prestaciones de las masas obreras. (…) A fin de cuentas, el neoliberalismo termina siendo una redistribución de la riqueza al revés, pasar el dinero de los obreros y de las grandes masas populares a las clases altas. Ésa es la esencia del neoliberalismo”.
Y en el contexto internacional, marcado por una dependencia económica de México con Estados Unidos, nuestro país carece de soberanía para poder implementar las medidas políticas y económicas que verdaderamente beneficien a la clase trabajadora, situación que no hemos alcanzado porque “la soberanía de un país demanda una soberanía económica, política y, sobre todo, fundada en un poderío militar suficiente para garantizar la integridad territorial del país. México no reúne esas tres condiciones”.
Empato estos dos hechos —la XVI Cumbre de los Brics+ y la entrevista al dirigente nacional antorchista—, porque el discurso de Antorcha coincide con los hechos a nivel internacional: quitarnos el yugo del imperialismo a través de la organización del pueblo y la lucha colectiva.
El dirigente del antorchismo señaló que una parte importante del mundo no está de acuerdo con el neoliberalismo, causante de la concentración de la riqueza, tanto al interior de los países –como ocurre con México– como a nivel planetario.
La gran fuerza del llamado multipolarismo, como se ha llamado a este otro modelo de orden mundial —alternativa al unipolarismo que encabeza Estados Unidos—, se debe a que China y Rusia no son más que la cabeza, la punta de lanza de una rebelión mundial contra el imperialismo norteamericano. Todos los países del sur global, con excepciones, los apoyan para promover un desarrollo generalizado del mundo y un crecimiento de la riqueza.
Por eso, el ataque mediático en su contra es, de facto, una guerra contra los pueblos pobres del mundo, contra los del sur global, dentro de los cuales está México.
Ante esta disyuntiva, ¿qué camino debemos seguir: el unipolarismo, el imperialismo egoísta y dominante actual, o el multipolarismo que predican y encabezan China y Rusia, que pide un desarrollo equitativo para todos los países del mundo?
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