Estados Unidos (EE. UU.), país que desde hace años siente ser el mando único del mundo y al que con la Doctrina Monroe los presidentes de ese país defienden su hegemonía sobre América Latina y el Caribe, impuso a México integrarse a la América del Norte con el único fin de crear una zona de oposición contra el ascenso de China en contraposición al declive ya anunciado de la potencia del norte de América.
Desde 2005, Canadá, Estados Unidos y México crearon la ya conocida Cumbre de Líderes de América del Norte (CLAM), con el fin, según datos oficiales, de reforzar sus contactos políticos y de cooperación económica, de identificar prioridades comunes, acordar objetivos y definir líneas de acción específicas para alentar y facilitar las dinámicas positivas que están en marcha en las tres sociedades.
Arrancó ya la X edición de la CLAM, en la Ciudad de México, en la que participan el presidente de EE. UU., Joe Biden, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau y el mandatario nacional y anfitrión del evento, Andrés Manuel López Obrador. El fin de este encuentro de tres días es para discutir temas de política exterior, pero también, según expuso el mismo mandatario federal, un día previo a la reunión, se revisarían aspectos como la integración económica y el Plan Sonora, el cambio climático y el medio ambiente, la generación de energías limpias, el asunto de la migración y un plan de desarrollo para mitigarlo y, finalmente, la seguridad.
Según los medios de comunicación, que llevan el minuto a minuto del desarrollo de este evento, además del discurso de arranque y demás actos de bienvenida, se revisó el asunto del racismo que viven los tres países y el de la migración, específicamente de los países del sur hacia EE. UU.
Es este sentido, López Obrador expresó la necesidad de la aplicación de sus programas sociales como Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el futuro, con la justificación de que en otros países de Europa se tiene registrado un avance social gracias a la aplicación de programas semejantes.
Al respecto, la OXFAM ha manifestado, en distintos documentos basados en estudios de toda la región, que, en países subdesarrollados como el nuestro, en donde las oportunidades de empleo y buenos salarios son muy bajos o que están por debajo de la media internacional, la intervención de paliativos por parte del Estado, en aspectos socioeconómicos como los programas sociales y políticas internas, se vuelven indispensables para hacerle frente a estas deficiencias económicas.
Las características naturales del sistema económico capitalista deficiente, en el que nos tocó vivir, obliga a los gobiernos en cada país a generar políticas internas que protejan a sus habitantes de sufrir las crisis que genera el mismo sistema, pero al no lograrlo, los programas sociales se tornan necesarios e indispensables.
Esto es precisamente lo que no advierte el mandatario nacional al exponer sus teorías, y como hombre que ha demostrado su inexperiencia al frente del país, sus programas no están bien sustentados y como titular de estos vemos a puros improvisados, lo que genera que nuestros paisanos, al no tener la posibilidad de alimentar y mantener a sus familias, decidan abandonar el país y buscar nuevas oportunidades.
López Obrador no deja de insistir en que no cesará en la lucha por el desarrollo y bienestar de los pueblos de la nación, que su gobierno trabaja por procurarle a los mexicanos el bienestar social. Dijo que tenía un modelo para mitigar la migración y que expondría a Biden en este encuentro y que consiste en procurarle a los mexicanos oportunidades laborales y económicas que les permita sentirse felices en el país y no piensen en migrar al norte del continente, pero a un año para dejar de calentar la silla presidencial, no hay un ápice de muestra al respecto, por el contrario, las cifras de pobreza han aumentado y las condiciones de pobreza son, hoy por hoy, más lacerantes.
Todavía faltan dos días de este encuentro que, como se ha demostrado año con año, no será un punto de partida para empujar el desarrollo de nuestro país y el bienestar de los mexicanos.
Sabemos perfectamente el dominio que ejerce Estados Unidos sobre México y toda América Latina, sabemos que sus fines no son los de la paz mundial, ni la equidad, ni la independencia de cada país y tampoco la defensa de los derechos humanos, como lo manifestaron en el arranque de la X CLAM.
Desde el aterrizaje, pues, la breve información que dio AMLO al respecto de la platica amistosa con su “amigo humanista”, sus puntos a tratar, las frases de verdaderos luchadores sociales que pone en su boca y todos los buenos deseos, son, nuevamente, pan y circo para el pueblo.
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