A unos días de haber presentado su Cuarto Informe de Gobierno, infinidad de comentarios se han escuchado desde el humilde ciudadano con la inquietud de expresar su opinión, hasta los que son parte de quienes tienen la obligación de presentar resultados de su trabajo en la administración pública.
Las opiniones, aunque diversas, toman solo dos direcciones; quienes están a favor y defienden las ocurrencias del presidente, y quienes, hasta la fecha, señalan puntualmente cada uno de los errores que ha cometido Andrés Manuel López Obrador junto con Morena, y que les ha costado, sobre todo, al bienestar del pueblo en general.
Entre las comunidades es notoria la desilusión de quienes esperaban otros resultados. A medida que transcurre el tiempo para López Obrador, se acumulan los desatinos de su administración, algunos de los cuales evidencian el despilfarro de recursos económicos en detrimento de los sectores más desprotegidos.
Con el fin de que no se nos olvide y tengamos siempre presente lo que se dice y hace en nombre de los pobres, pero que tienen el fin de ser pingües negocios para los de siempre. Recordemos lo que en su momento fue la noticia del día por ser ocurrencia presidencial:
La cancelación del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México la justificó López Obrador porque, decía, era producto de la corrupción, fue tema en sus discursos de campaña y ya como presidente simplemente canceló su construcción, y en su lugar construyó otro, el Aeropuerto Felipe Ángeles (AIFA), en una base militar. Ya está en operación, pero no funciona como estaba proyectado.
Junto con el AIFA iniciaron otras obras emblemáticas para la administración morenista: la refinería Dos Bocas en Tabasco y el Tren Maya en estados del sureste mexicano. Lo que hay que señalar sobre la construcción de estas mega obras del presente sexenio, es que para pagar su costo el Gobierno federal tuvo que concentrar en el Poder Ejecutivo el dinero que estas obras necesitaban para su construcción, solo así podría disponer de ese dinero público, según sus muy particulares intereses.
Los resultados de esta decisión están a la vista de todos. Fueron cancelados los programas sociales como Prospera, escuela digna, apoyo a la vivienda y al campo, se cancelaron fideicomisos estratégicos como el Fonden. Sumar a esta lista las reducciones que cada año se aplican a programas sociales que no fueron desaparecidos pero que ya no cuentan con recursos para operar eficientemente. Programas con carácter humanitario como lo es la atención de la salud, es el día que la gente sigue padeciendo la falta de este servicio eficiente y con calidad, siendo los pacientes con cáncer, por el alto costo de los medicamentos, el sector más perjudicado.
Hace unos días, conocimos la última ocurrencia que se aplicó a los fallidos sistemas de salud que promueve el presidente: IMSS-Bienestar. Ningún resultado favorable se espera, pero para fines mediáticos sí le sirve a la 4T.
Ya se cumplió un año en que se anunció la creación de una compañía gasera como la solución a los altos costos de este combustible, indispensable en los hogares mexicanos. La malograda compañía estatal no tiene una diferencia significativa con el resto de las compañías dedicadas a ese giro comercial. Las gasolinas ya no incrementan su precio cada inicio de mes, como antes; ahora se incrementan diariamente y ya está alcanzando los 25 pesos el precio por litro de la variedad más económica.
Nos preguntamos: ¿Por qué si se cancelaron programas y obras que se nos informó, eran producto de la corrupción, no hay ningún funcionario responsable de esos programas en la cárcel?
A la gente educada políticamente, le queda claro que todo lo que escucha como explicación cuando se cancelaron obras, se recortaron presupuestos para programas sociales y se desaparecieron fideicomisos, era solo la manera de justificar la concentración de recursos y aprovechar para dejar estos jugosos negocios, ahí donde los había, en manos de empresarios afines a su marca política o incondicionales, dispuestos a hacer el trabajo sucio del presidente.
Aunque mucha gente se sorprende de los malos resultados presentados, la gente organizada y politizada como los antorchistas, para nada nos sorprende esta situación. Es lo que se tenía previsto que pasaría. No es que seamos adivinos, solo es que contamos con una de las direcciones políticas más lúcidas de nuestro tiempo: nuestra dirección nacional, con más de 70 integrantes a la cabeza de la cual está Aquiles Córdova Morán, secretario general del Movimiento Antorchista. No es un iluminado quien dirige esta gran organización social, sino todo un colectivo lo suficientemente preparado para estudiar y conocer la historia y explicarla a todo mexicano que tenga disposición de educarse políticamente y que en realidad quiera participar activamente en la solución de los problemas que a diario le aquejan.
Estamos en el camino correcto y tenemos la firme convicción de que a México le puede ir mucho mejor si el pueblo se politiza y organiza. Esa es nuestra tarea y a esto se dedica nuestra organización: Educar políticamente al pueblo y organizarlo para la defensa de sus derechos e intereses.
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