Por este medio declaro que soy actor político desde que llegué a la mayoría de edad, que he tomado decisiones políticas de las que se pueden declarar víctimas aquellos por los que no voté en todas las elecciones en las que participé. Y pregunto: ¿Cuáles “acciones pertinentes” va a tomar el gobierno de AMLO para esclarecer que mis decisiones no dañaron a nadie ni atropellaron la justicia? Ya sé que mi accionar en política es minúsculo, comparado con el de cualquier funcionario de alto nivel ejecutivo, pero no se puede negar que también soy actor político, igual que cada uno de los millones de mexicanos que tomaron decisiones políticas en el pasado. ¿Y también se les va a investigar y aplicar las “acciones pertinentes” a tooodos ellos? Este planteamiento, por su obligada respuesta irracional, ya merecería por sí solo que la población, que usted, amigo lector, no se prestara para participar en la farsa de consulta nacional que se avecina. La pregunta que hará la clase en el poder en dicha consulta está planteada tan en general, que prácticamente a todos los mexicanos se nos tendría que aplicar la “pertinencia” -que no es otra cosa que la dictadura de los morenistas que controlan hoy los mecanismos de las “acciones pertinentes”, el poder, pues-, porque todos hemos actuado, incluso no votando: más de 50 millones de posibles votantes en 2012 seríamos reos del mismo delito. Pero entonces, si quisiéramos ser consecuentes con el “sí” como posible respuesta ganadora, tendríamos que pasar siglos aplicándonos las “acciones pertinentes”, que, para acabarla de amolar, ni se sabe en qué consisten. Sólo se dice que serán “con apego al marco constitucional y legal”. Nomás que nos lo afirman así quienes menos se han apegado a dicho marco -cuando no vestían camiseta morenista y más ahora que la llevan puesta-, y lo están haciendo trizas, aprobando “leyes” que le dan en la torre al Estado de Derecho. Nos hacen la pregunta quienes mienten miles de veces por semana y violan de manera sistemática las propias leyes, según han denunciado durante tres años los más entendidos y serios opinadores de prácticamente todos los medios de comunicación. Entonces, ¿para qué preguntar?
Así pues, como no hay razón para pasarnos siglos auto juzgándonos, debemos entender que la consulta debe servir para algo que no es lo que en sí está preguntando, pues en política no hay casualidades. Incluso las cantinfladas llevan una clara intención, encubierta por un lenguaje aparentemente desordenado, “allí está el detalle”.
Por tanto, ¿para qué quiere AMLO un poder extraordinario, extra judicial en los hechos? Si es imposible que la 4T se pase eternidades juzgando a millones de mexicanos, ¿a quién sí le va a aplicar sus “acciones pertinentes”? ¿Permitirá el alto empresariado que AMLO las aplique a los más importantes miembros de su clase social, que son quienes para él han gobernado y le han protegido? Pues a lo mejor sacrifique a uno que otro chivo para darle pan y circo a las masas, mucho eso sí, ya sabemos que le son ajenas las finezas de la lealtad, pero no permitirá más que eso.
Así pues, solo nos quedan, como objetivo real de la consulta, todos los actores políticos que pretendan competirle el poder a AMLO y a Morena. No hay otra posible explicación. Desde el punto de vista de la lógica del poder, dejarse ir con todo contra el opositor, disfrazando la agresión de “acciones pertinentes en el marco de la ley”, y pedir para ello la aprobación del pueblo, aunque no haya comprendido a carta cabal las consecuencias de lo que apruebe, pedírsela de manera apriorística, es decir, antes de que sepa en concreto en qué consisten las “acciones pertinentes”, pedirle así la aprobación, repito, implica pedir su autorización para saltarse la propia ley. Significa pedirle al pueblo que le dé un tiro de gracia a sus propias leyes y apruebe que se juzgue sumariamente a los adversarios del decadente partido Morena, a su gusto y necesidad. El dictador, pues, con un lenguaje impreciso a propósito, que interpretará a su conveniencia, de acuerdo con sus propios “otros datos”, pretende manipular la voluntad popular para que le autorice aventar fregadazos a diestra y siniestra, y que nadie pueda reclamarle ni castigarle después de que cometa los más arteros crímenes contra el Estado de Derecho, contra la Constitución y el marco legal. El dictador y su progenie morenista pretenden tener vía libre para aplastar toda oposición política, para violar impunemente todos los derechos políticos de quienes osen competir contra ellos en las siguientes elecciones, para someter a juicios injustos y a modo a quienes tengan posibilidades electorales de ganarles. Esa, y no otra, es la verdadera intención de la consabida consulta. No nos confundamos. La dictadura morenista pretende confundir al pueblo trabajador y lo presionará empezando por los que reciben el dinero que les “regala” su cabecita de cebolla. Ya han echado a andar una maquinaria de acarreos que ni el PRI soñó tener, para que los deslumbrados con su propio brillo, con la riqueza que su propia clase social trabajadora ha generado, convaliden las nefastas intenciones dictatoriales.
Esta intentona se da en un ambiente de acoso sistemático a la prensa disidente, de calumnias presidenciales al Instituto Nacional Electoral, de acusaciones e intentos de juzgar a políticos y ciudadanos sin pruebas, de persecuciones fiscales sin fundamento y órdenes de retención o congelamiento de cuentas bancarias sin razones válidas, de acusaciones de corrupción a organizaciones populares sin comprobarles absolutamente nada, de gigantescas campañas por redes sociales para desprestigiar e infundir miedo a los adversarios de los morenistas; se da la “consulta” en un ambiente mañanero de mentiras y descalificaciones cotidianas sin pudor alguno, en que las propiedades de los así perseguidos pueden pasar a ser propiedad del Estado incluso sin que haya juicio de por medio, sino que baste la sospecha del agente del Ministerio Público para que, en los hechos, se les arrebaten sus bienes y dejarlos en la indefensión económica, etcétera. Nomás que para estas decisiones políticas, AMLO y los morenistas no se aplicarán sus acciones pertinentes, ¡ni Dios lo mande!
Crece, pues, hasta ahora de manera incontenible, un monstruo social al amparo de Morena y de su falsa lucha contra la corrupción y ahora pide, desvergonzado, que usted le autorice sus fechorías. Y se lo pide a usted y a mí aprovechándose de nuestro deseo común de justicia, de que a menudo lo confundimos con venganza irracional y desquite infructuoso, porque ¿de veras cree usted que si meten a los últimos cinco ex presidentes de la república a la cárcel, ya por eso le van a pagar digno y mejor salario, que tendrá mejor salud, medicinas accesibles en tiempo y forma, mejor educación sus hijos y atención sus discapacitados y viejos, servicios municipales eficaces y eficientes, más empleos, o que sus deudas e hipotecas y la inseguridad van a desaparecer? ¡Pero si AMLO y sus diputados morenistas recortaron todos los programas sociales, redujeron los presupuestos para todo tipo de gasto social y acabaron con los fideicomisos y hasta con el mismísimo Fonden! ¡Ya no estamos para cuentos de hadas! Esa no es la solución a nuestros males.
Aquí tiene usted la pregunta cantinflesca: “¿Esta?s de acuerdo con que se lleven a cabo las acciones pertinentes, con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los an?os pasados por los actores poli?ticos, encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles vi?ctimas”. Ya muchos han dicho hasta la saciedad y con buenas razones que ni AMLO ni ninguna autoridad competente necesitan pedir autorización para aplicar las leyes que ya existen para castigar o multar a quienquiera que haya cometido ilícitos, independientemente de lo que haya sido en el pasado. Pero el dictador insiste y juega con nuestras bajas pasiones. Debemos madurar y actuar más conscientemente. El monstruo debe encontrar un gigante organizado, bondadoso y progresista que le impida llevar a cabo sus perversos fines. ¡Demos la espalda a la farsa! ¡Unión, fraternidad y lucha!
ETQTS: Sonora, Luis Miguel López Alanís, consulta, Cantinflas, dictadura, AMLO, Morena, 4T, Estado de Derecho, Constitución.
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