MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Normalización del desastre: ¿acostumbrarse?

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La tercera ola de la pandemia por covid-19 que actualmente vivimos en México ha vuelto a hacer víctimas a los mexicanos de mucho sufrimiento no solamente en su salud por el ataque del virus, sino también en su economía por los daños colaterales de la agudización de los contagios entre la población. El gobierno mexicano, así como los gobiernos de los estados se han limitado en los últimos meses a administrar a cuentagotas las vacunas a la población, así como a anunciar imprecisos colores para el semáforo epidemiológico. Esto último es, de hecho, una simple voz de alarma, el banderazo para implantar o levantar unas cuantas medidas coercitivas que pretenden la disminución de los contagios, pero que son muy poco útiles o cuando menos muy limitadas; no son una ayuda real de quienes llevan las riendas del país, hacia su población. Por eso, conviene que, ahora que se vino nuevamente la crisis de salud y demás, nos replanteemos una vez más el problema de ¿cómo controlar la pandemia? ¿Qué se debe hacer para proteger a la población? ¿Cuáles son las medidas que en el mundo han resultado exitosas?

Tomemos el caso más emblemático del mundo en cuanto a control de la pandemia, del país en el que, curiosamente, se enfrentó la situación más compleja de todo el orbe, pues cuando lo golpeó la pandemia no se sabía, literalmente, nada de la covid-19. "…las acciones decisivas de China con confinamientos, pruebas, rastreo y cuarentenas controlaron la propagación de la epidemia y dieron como resultado una tasa de mortalidad notablemente baja y una rápida reanudación de la actividad económica", dice el portal de internet www.bbc.com, 31 de marzo de 2021. “El gobierno chino ha usado herramientas tecnológicas innovadoras y polémicas, como el rastreo de teléfonos. Y otros países empiezan a mirar a soluciones similares. Hay robots repartiendo la comida en los hospitales, cámaras de reconocimiento facial que controlan la temperatura de las personas, y hasta drones que vigilan que la gente cumpla con la cuarentena.” Dice el mismo portal, pero en nota del 20 de abril de 2021. El portal www.lavozdegalicia.es dice en nota del 7 de marzo de 2021 “La receta de Pekín ha sido control estricto sobre la población y la movilidad, acompañado de test masivos y rastreos. El Gobierno actúa de forma selectiva confinando barrios o ciudades cada vez que se detectan nuevos brotes. Y no le tiembla la mano a la hora de paralizar la economía, como ha hecho con el sector turístico durante las fiestas del Año Nuevo Lunar.”

Durante el último brote de contagios en el gigante asiático, documenta www.animalpolítico.com, 2 de agosto de 2021: “En las grandes ciudades, incluida Pekín, se testeó a millones de residentes, se acordonaron residencias y se pusieron en cuarentena a contactos cercanos de personas contagiadas. Las autoridades de la capital se reunieron y acordaron “aumentar la vigilancia, tomar estrictas precauciones y defender hasta la muerte, sin escatimar gastos”, indicó el gobierno de Pekín.”

 

Ahora que en México hay una comedia entre las autoridades del gobierno por la fijación de los colores del semáforos epidemiológico, nos hemos olvidado de volver a las bases del control de la pandemia, mientras que China, con un exitoso control de la misma, sigue basádose en lo que desde el principio le ha dado resultado, aquí se mantienen en el olvido total las medidas esenciales para el control de los contagios. ¿Confinamiento? Nunca ha existido de manera seria, y solo se aplicó tímidamente a inicios de 2020; ¿Pruebas diagnósticas masivas de covid-19? Hasta la fecha esto se deja al libre albedrío de los gobiernos locales, sin que el Gobierno central haya hecho nada parecido a los chinos por aplicar pruebas a millones,  ni siquiera a cientos de miles de sus habitantes; la gente que quiera hacerse una prueba debe pagarla de su bolsillo o tener la suerte de hallar un lugar en las interminables filas de los centros de aplicación gratuita de pruebas; ¿Rastreo? Inexistente; solo se le indica al portador del virus que avise a las personas con las que tuvo contacto cercano que se aíslen; ¿aplicaciones móviles; uso de robots, drones y cualquier herramienta tecnológica para controlar contagios? De esto mejor ni hablamos.

En México, pues, no se está haciendo lo más mínimo por revertir el curso de la pandemia, fuera de la lenta aplicación de las vacunas que hoy nos tiene con menos del 30 por ciento de la población mexicana inmunizada. Y aunque fuera mayor el porcentaje, la experiencia del mundo dice que ante la variante Delta del Covid-19 no basta con la inmunización a través de las vacunas existentes, pues mucha gente se está contagiando aun estando vacunada. En México no se hace un manejo de la pandemia al estilo chino, exitoso, pues no se quiere gastar en la población, aquí sí se escatima el gasto en la salud pública y se prefiere que la pandemia siga su curso y que se muera quien se tenga que morir; y esa es la razón de que nada se haga y los resultados están a la vista. Los mexicanos todos debemos organizarnos y exigir un control humano de la pandemia, urge que lo hagamos porque esto va para largo.

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