MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Nuestra hermandad y solidaridad es permanente

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Hemos escuchado en innumerables ocasiones los insistentes llamados a quedarnos en casa por parte de nuestras autoridades; desde que iniciamos la segunda etapa de la cuarentena, escuchamos al subsecretario, Hugo López Gatell que hacía el llamado de QuedateEnCasa a todos los mexicanos.

Las consecuencias de la pandemia del Covid-19 en todo el mundo, está afectando sobre todo a las clases trabajadoras, porque no está atentando únicamente y de manera directa contra la salud y la vida misma de todos los seres humanos, sino que los estragos que ha ocasionado son terribles, sobre todo porque la situación económica se agrava día con día en virtud de que la actividad productiva se detuvo y miles de trabajadores fueron enviados a su casa, algunos con medio sueldo y muchos otros sin nada.

Por ello, millones de familias trabajadoras en todo el mundo no puedan resolver sus necesidades mínimas de alimentación y mucho menos de salud.

En México, la situación con la pandemia no puede ser diferente, al día de ayer las cifras oficiales reportan un acumulado de 5,847 contagios y un total de 449 muertes por el coronavirus; las autoridades federales responsables de prevenir y atender la enfermedad no hicieron el mínimo esfuerzo por actuar con prontitud y no pusieron la seriedad que el caso ameritaba.

Todos fuimos testigos de cómo el presidente de la república no solo no preparó con anticipación al sistema nacional de salud, sabiendo perfectamente las consecuencias que podía causar la pandemia, sino que hasta se burlaba de la situación, llamando a todos los mexicanos a hacer su vida normal y a no preocuparse por la enfermedad. Hoy por hoy, los hechos lo han rebasado, ahora se lamenta y culpa a otros de su propia negligencia.

Es nuestra obligación y la de todos aquellos que observamos cómo empeora la situación del pueblo trabajador conforme pasan los días, elevar la voz junto a la de millones de mexicanos preocupados por la sobrevivencia de todos.

En México, el 43.7 por ciento de la población está ocupada en empleos formales, esto significa, que sólo este porcentaje tiene garantizados sus derechos laborales, es decir, tiene derecho a vacaciones, aguinaldo y acceso a las instituciones de salud. Pero también hay 14 millones 859 mil 875 personas trabajando informalmente, es decir, son el sector de los que trabajan bajo condiciones vulnerables, y los trabajadores informales son quienes más contribuyen económicamente al país; sin embargo, existen 52 millones 425 mil 887 personas en situación de pobreza, según el Coneval. Y todos ellos viven al día; algunos, si bien les va, tienen una comida al día, su vivienda está en pésimas condiciones y ni siquiera se dan el lujo de pensar en acudir a las unidades médicas del sector Salud, donde no cuentan con cubre-bocas para los médicos que arriesgan su vida atendiendo al enfermo, y menos habrá material para tratar a pacientes con el mal antes mencionado.

Quédate en casa y mantén la sana distancia, está bien, es correcto, podemos hasta decir que es tal vez la única protección que están al alcance de las grandes mayorías para no contagiarse de la enfermedad, pero para que eso suceda, es necesario que el gobierno federal implemente con urgencia un programa alimenticio nacional dirigido a todos estos trabajadores sin ingresos fijos y que tampoco reciben alguna ayuda del gobierno.

Hoy que la pandemia está causando estragos en todo el país, los discursos deben dejarse atrás y pasar a la acción; López Obrador debe frenar la construcción de sus obras faraónicas y destinar recursos para quienes están en la primera línea de batalla, que son los médicos y enfermeras, pero también no olvidarse de quienes hoy luchan una doble batalla, contra la enfermedad y contra el hambre, que son las grandes mayorías del pueblo trabajador.

Urge que se destinen los recursos necesarios para la salud, pero también un programa alimenticio para la población desprotegida, esto debe hacerse de manera urgente y sin distinciones, cabe aclarar que nosotros no queremos ninguna participación en lo que pedimos; debe hacerse ya, si no se hace así, el país seguirá caminando rumbo a un irremediable estallido social que nadie quiere.

Llamamos a todos los mexicanos a unirse y exigir atención, es necesario hacerse oír. Los antorchistas estaremos a su lado tendiendo nuestra mano fraterna, no nos importan los gritos de quienes nos acusan de aprovecharnos de la situación; quienes nos conocen, saben que nuestra hermandad y solidaridad es permanente con los humildes y hoy no será la excepción.

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