Después de múltiples gestiones y movilizaciones, el grupo de solicitantes de un pequeño lote para construir una vivienda propia, obtuvieron por fin su lote. Fueron meses y meses de lucha, reuniones semanales, acudir al Instituto Municipal de Vivienda (INMUVI), para escuchar promesas de solución y hasta agresiones cuando se arreció la exigencia de solución, la autoridad aplico todo el arsenal burocrático para desalentar a los peticionarios, quienes se mantuvieron firmes hasta en lo más álgido de la lucha.
Desgraciadamente la historia se repite, nos encontramos con autoridades que no están al servicio de los que más lo necesitan, en este viacrucis nos encontramos con varias trabas; negar el permiso de factibilidad de agua, el argumento que manejaron fue que la pasada administración otorgó permisos sin ton ni son a constructoras de vivienda y este abuso provocó que el agua potable disponible para la población del oriente de la ciudad de Durango, no fuera suficiente por lo cual autorizar el nuevo asentamiento que se solicitaba era inviable, lo cierto es que si proliferan los fraccionamientos por esa zona de la ciudad, este "argumento" comprueba el contubernio de algunos funcionarios y las inmobiliarias. En estos tiempos la construcción de vivienda popular, se le ha entregado a las grandes constructoras, no para beneficio de las familias proletarias, si no para que se enriquezcan a costillas de ellas, exprimiendo su miserable salario, obligando al trabajador y a su familia a privarse de una buena alimentación, del descanso necesario, dejando solos a sus hijos porque la madre tiene que trabajar.
Hasta 30 años se ve obligado un trabajador para pagar una pequeña casa, prácticamente toda su vida útil, lo mas de las veces mal construida y con muchos defectos, supongamos que a la edad de 25 años un obrero se engancha con un crédito para comprar su casa, supongamos también que no tenga atrasos en los pagos, que no se enferme y conserve su empleo, hasta la edad de 55 años tendrá su casa propia, trabaja para el patrón y lo acaba de "trasquilar" la empresa inmobiliaria, negocio redondo para los ricos.
Segunda traba, INMUVI, juraba que no podía comprar el terreno de 4 hectáreas para luego fraccionarlo en los 213 lotes para el mismo número de familias, esto es, que el instituto de la vivienda no puede ayudar a la gente humilde a adquirir un terreno para vivienda, una verdadera tragedia para los pobres. Quien también estaba en la mira era el dueño del predio, dilatar la solución los más posible para que retire su oferta y desactivar al grupo, afortunadamente el dueño tuvo la suficiente paciencia para esperar lo necesario.
Al final, fue la Comisión Estatal de Suelo y Vivienda de Durango ( COESVI ) quien retoma el asunto, recibe los ahorros de los solicitantes, acuerda con el dueño y los peticionarios los términos del convenio, enganche y pagos mensuales en cantidades adecuadas para que no afecten la economía de las familias y lo mejor, no se aplican intereses al precio pactado un apoyo verdadero de la institución, se firma el contrato de compra-venta ante notario público y el pasado viernes 23 de agosto se inicia la entrega de terrenos.
La historia no termina aquí, más bien apenas empieza, viene la lucha por los servicios básicos, agua potable, drenaje y alcantarillado, energía eléctrica, pavimento y cordonería, alumbrado público, servicios educativos, servicio de transporte, servicio de limpia, etc. Todas las colonias antorchistas están equipadas, esta es la octava colonia que forma el Movimiento Antorchista en Durango, son ya miles de duranguenses que se han beneficiado con vivienda barata al alcance de familias trabajadoras, la organización de los pobres de México seguirá adelante con su lucha tenaz por reivindicar al pueblo, organizando y educando, luchando y estudiando. La lucha de Antorcha es la lucha del pueblo que se ha decidido a rebelarse del triste destino que le espera si no se organiza con sus hermanos de clase.
¿Porque se ganó esta lucha?, por dos razones, porque la demanda es legítima, verdadera, son familias proletarias con necesidad de vivienda, son familias que sufren todo tipo de carencias y una de sus necesidades más apremiantes, es tener un pedacito de patria, donde el trabajador pueda brindarle a su familia seguridad y la segunda, que el grupo de solicitantes se sostuvo ante viento y marea, no se desanimó y entendió que su fuerza radica en su unidad en su organización, y sin exagerar esta es la lección más valiosa de esta jornada de lucha.
Vivimos tiempos difíciles, porque desde el gobierno federal, se ataca el derecho constitucional de los mexicanos a organizarse, la razón es muy evidente, despojar al pueblo de su arma política más preciada, sin la posibilidad de una defensa exitosa ante los abusos de los poderosos, por eso hoy más que nunca es una necesidad luchar por este derecho. Adelante compañeros, a construir un futuro mejor, el camino esta trazado, a fortalecer la vanguardia de los pobres de México.
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