El presidente AMLO, ya convirtió en su deporte favorito la calumnia, la intimidación y represión, a quienes no piensan como él, a quienes no comparten su visión de país y critican los resultados de su administración.
Cuando inició su administración, y bajo la bandera de combatir la corrupción en la entrega de los apoyos de sus programas sociales, la emprendió contra las organizaciones sociales y civiles, argumentando que eran intermediarias entre el gobierno y los beneficiarios y que eso en su Gobiermo no se iba a permitir, que él entregaría dichos apoyos de manera directa, sin intermediarios, pues estos se quedaban con dichos apoyos y nunca llegaban o llegaban menguados a sus destinatarios.
Y bajo este panorama, un día sí y otro también, la emprendió contra el Movimiento Antorchista Nacional, sin presentar ninguna prueba ni denuncia en las instancias legales, fueron meses los que mexicanos organizados en Antorcha, tuvimos que aguantar a pie firme sus ataques viscerales, injustificados y sus calumnias. Como la respuesta no fue callarnos y sí exigir pruebas de sus dichos, y en no pocas veces exigirle directamente, sin agresiones, en sus eventos, respeto al derecho de organización y gestión.
Sin embargo, ante su incapacidad de respuesta puntual a los reclamos ciudadanos especialmente quienes han sufrido los embates de los fenómenos naturales recientes, como el huracán “Grace” y “Nora”, nuevamente sale a calumniar al antorchismo tal y como sucedió en Huachinango, Puebla, donde enfrentó fuertes reclamos de la desatención de su gobierno a los afectados.
Antorcha no convocó a sus agremiados a dicho evento, y sin embargo fuimos objeto de su diatriba, de su visceralismo, culpándonos de lo sucedido, el señor no se molesta en investigar los hechos, su odio irracional hacia todo lo que huela a organización independiente lo lleva actuar de manera deshonesta.
Antorchan no tiene la culpa de sus malos resultados, ni del mal actuar de sus Servidores de la Nación, que levantaron un censo de afectados por el huracán, de manera discrecional, dejando a miles sin apoyo.
En todo caso su ira debería de dirigirla a sus corruptos empleados que no sólo en este hecho cometieron atropellos, sino que los han cometido y siguen cometiendo a lo largo y ancho de todo el país, pruebas sobran.
Antorcha siempre se ha conducido con legalidad y respeto a las autoridades, canalizado sus peticiones por la vía institucional, siempre con firmeza y sin violentar el marco legal y, por eso mismo exigimos al presidente López Obrador el mismo trato, no más, pero no menos.
Y claro, nos solidarizamos con todos los ciudadanos afectados por los fenómenos naturales que no han recibido apoyo y siguen levantando la voz. Aquí en Sinaloa, el señor presidente vino una semana después del paso de “Nora”, que afectó a miles de familias sinaloenses, pero no crean amigos lectores, que hizo presencia en los lugares afectados para brindarles apoyo, nada de eso, vino únicamente a ofrecerle un nuevo puesto público, al gobernador Quirino Ordaz, por su buen cumplimiento en la jornada electoral, “dejar hacer, dejar pasar”.
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