MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Otros datos contra falsos discursos

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En su columna titulada Cómo se logró reducir la pobreza en México, la columnista Viri Ríos afirma que “siguiendo el mecanismo oficial de medición de la pobreza que actualmente existe en México, calculé de manera preliminar cómo ha cambiado la pobreza durante el sexenio. El resultado es asombroso. De 2018 a 2022, el porcentaje de población en situación de pobreza se redujo de 41.9% a 36.3% (-5.6 puntos), la caída más pronunciada en 22 años. De confirmarse mis datos, 5.1 millones de personas habrán dejado la pobreza, un mexicano cada 25 segundos. Vaya dato” (¡?).

Suma y sigue. “Así, en México, eliminar carencias es muy poco efectivo para reducir la pobreza. De hecho, si ningún mexicano tuviera carencias de ningún tipo, la población en pobreza solo se reduciría en 19%. Es decir, el 29% de la población mexicana continuaría siendo pobre porque tendría ingresos demasiado bajos. La única forma verdaderamente sostenible de disminuir la pobreza es aumentar los ingresos y eso es, precisamente, lo que sucedió en este sexenio. El ingreso corriente de las personas de ingresos bajos aumentó en 12.7%. Esto está relacionado con aumentos salariales, programas sociales y remesas. La reducción en la pobreza parece explicarse por ello”.

Es decir, basta la suma de estas tres variables: aumentos salariales, programas sociales (de transferencia monetaria directa) y remesas, para que no haya pobres en nuestro país, sin embargo, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2022 los hogares más ricos de México recibieron el triple de los programas sociales que recibieron los hogares pobres, a pesar de tener un ingreso 15 veces superior (Encuesta de Ingreso y Gasto de los Hogares).

A pesar de incrementar la cobertura de los “programas de bienestar” que impulsa el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), sólo la Pensión para Adultos Mayores y las becas Benito Juárez se han incrementado en el presupuesto; el programa Prospera que alcanzaba una cobertura de 52 por ciento de los hogares hasta 2018, no ha sido superado por los nuevos programas sociales de AMLO en cuanto a alcance y beneficio.

En otra de sus columnas ¿Trabajas y no te alcanza?, la misma autora sostiene que en México hay 12.3 millones de jefes de familia que se encuentran en “pobreza laboral”, es decir cuyos ingresos laborales no les alcanzan para alimentar a su familia. Agrega que la mayoría de los jefes de familia a los que no les alcanza para alimentarse son empleados, jefes de familia, pero se dedican al trabajo doméstico y trabajadores por cuenta propia.

Hablar de las remesas, para cualquier gobierno, es darse un tiro en el pie. De acuerdo con los datos del Banco de México (Banxico) en mayo repuntaron al anotar un crecimiento de 10.7 por ciento anual, desde 6.3 por ciento de abril, y conseguir un máximo histórico de 5 mil 693 millones de dólares; el récord previo se había registrado en octubre de 2022, cuando en ese mes las remesas fueron de 5 mil 361 millones de dólares. Pero ¿ese dinero no es generado por los mexicanos que legal o ilegalmente se ven obligados a trabajar en otro país porque aquí no encuentran las condiciones para poder hacerlo? A mi parecer, no es logro, para ningún gobierno, que los mexicanos sigan emigrando en busca de mejores oportunidades económicas.

Dicho esto, vemos que en este sexenio no han aumentado verdaderamente los ingresos de las familias, por lo menos no los de las más pobres y que esta variable no es la única que se debe modificar para sacar a la gente de la pobreza

Dicho esto, vemos que en este sexenio no han aumentado verdaderamente los ingresos de las familias, por lo menos no los de las más pobres y que esta variable no es la única que se debe modificar para sacar a la gente de la pobreza. Suponiendo que hubiera un ingreso per cápita idóneo (mediante un salario justo), sin tomar en cuenta las otras variables que considera el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) para medir la pobreza (rezago educativo; acceso a los servicios de salud; acceso a la seguridad social; calidad y espacios de la vivienda; acceso a los servicios básicos en la vivienda; acceso a la alimentación; grado de cohesión social y grado de accesibilidad a carretera pavimentada), ¿el salario bastaría para satisfacer todos estos indicadores? Claro que no, se acabaría el salario y no alcanzaría para satisfacer la mayoría de ellos.

Pese a esto, en su informe Medición de Pobreza 2022, el Coneval informó que de 2020 a 2022, la pobreza a nivel general se redujo de 43.9 por ciento a 36.3 por ciento, es decir, la población en situación de pobreza pasó de 55.7 a 46.8 millones, lo que, a simple vista y de forma muy superficial, reafirma la triunfalista tesis inicial.

Pero -y aquí viene la navaja en el pan-, a pesar de que el promedio del ingreso corriente trimestral por hogar aumentó 11 por ciento respecto a 2020, llegando este año a 63 mil 695 pesos, se trata de un cálculo matemático global que se obtiene dividiendo los ingresos totales que recibieron los hogares, entre el número de hogares.

Los “otros datos”, los reales se obtienen, como lo señala el propio Inegi, cuando la población se divide en diez partes (deciles), según el grado de ingresos de las familias y se calcula cuánto le tocó de ingresos promedio a cada familia de ese decil. “Al dividir los hogares por deciles de ingreso corriente total, el primero registro? un ingreso promedio trimestral de 13 mil 411 pesos. En los hogares del de?cimo decil, el ingreso corriente promedio trimestral fue de 200 mil 696 pesos”, lo que implica que a cada familia de las más pobres le correspondió un ingreso promedio diario de 149 pesos y a cada familia de mayores ingresos le correspondió un promedio 2 mil 230 pesos diarios.

De acuerdo con el profesor e investigador de El Colegio de México Julio Boltvinik, quien se ha especializado desde hace 28 años en pobreza, necesidades básicas y políticas sociales, la incidencia de la pobreza bajó de 78.8 por ciento de la población en 2016 a 75.8 por ciento en 2022, sólo tres puntos porcentuales (pp) en seis años.

A ese ritmo de descenso, medio pp por año, la pobreza se eliminaría en 150 años, lo que pone de relieve la insuficiencia de la dinámica social y en particular de las políticas de combate a la pobreza. Aún peor, el número absoluto de personas en pobreza se mantuvo casi igual en casi 98 millones en todo el periodo”.

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