MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La política fiscal debe servir a quien genera la riqueza

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La política fiscal está en manos del gobierno en turno y es en palabras llanas a quién (al obrero, al comerciante, al industrial, etc.), se le cobra impuestos y en qué monto se hace.La otra cara de la moneda es en que se gastan y aplican (en los PEF de cada año).Esto habla del carácter de un gobierno, de sí este defiende a los más pobres o sigue, por el contrario, abriendo más y más la brecha entre pobres y ricos.Lo que es un hecho es que los impuestos saldrán en su mayor parte formalmente y realmente de la gran base gravable: la población humilde trabajadora.A los dueños del dinero, el actual gobierno, no se les quiere tocar ni con un pétalo de una rosa.Esa es la verdad.

La gran pregunta es: ¿de dónde provienen los impuestos? Necesitamos ahondar más, explicarnos de dónde provienen, en última instancia, los impuestos que pagan los millones de trabajadores, las clases medias, y finalmente el que paga la clase del dinero.Empecemos diciendo que el dinero (con que el que compramos medios de vida y pagamos, entre otras cosas, impuestos, ya sea IVA, IEPS, ISR, etc.) no es otra cosa que la medida general de valor, en que expresan, por tanto, su valor todas las demás mercancías, es el equivalente general, y con él podemos comprar todas las demás mercancías que tengan la misma magnitud de valor.Al pagar un impuesto estoy entregando, pues, un valor que se produjo en alguna parte, pues no pudo surgir de la nada."Nada surge de la nada", decían ya los filósofos en la antigüedad.

Veamos como los impuestos, tanto los que paga el obrero como el empresario, tienen igualmente la misma y única fuente: el trabajo del hombre.Dice la teoría económica científica que solamente el trabajo es fuente de valor; el valor no es más que la materialización del trabajo; la magnitud del valor de una mercancía se determina por la cantidad de trabajo socialmente encerrado en ella.Ahora bien, nos dice también esta misma teoría científica que la fuerza de trabajo, en el régimen económico en que vivimos, es una mercancía (como los es el azúcar, un pantalón, una pluma) que el trabajador vende al dueño de los medios de producción, y esta peculiar mercancía tiene la virtud de crear un valor superior al que ella misma encierra, crea más valor que el que representa, en el caso del régimen actual, el salario, con el que éste compra los medios de subsistencia (tortillas, frijol, aceite, una dura cama donde descansar, etc.), necesarios para reponer su fuerza de trabajo después de una jornada.La plusvalía (valor no pagado al obrero) es apropiada en forma de ganancia por el dueño del capital, por el empresario.Cuando un empresario dispone de dinero con el que compra materia prima, por ejemplo, acero, compra maquinaria y herramienta, y compra fuerza de trabajo (paga salarios).Ya con todos los elementos para el proceso de producción, con el trabajo del hombre, que maneja el torno, la fresadora, la prensa, se convierte en tornillos, tuercas, rondanas, etc.Una vez que termina el proceso de producción, el empresario tiene mercancías en su almacén que debe realizar en el mercado, debe vender, y una vez logrado, resultará que tendrá, además de su dinero original, D, un nuevo dinero con incremento, D´.¿De dónde sale ese incremento de dinero (plusvalía), pues inició con C y ahora tiene C´? Sale de trabajo no pagado al trabajador, pues, como ya dijimos más arriba, la fuerza de trabajo tiene la virtud de crear un valor mayor que ella misma encierra.

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Si partimos que tanto la ganancia del empresario como el salario que se le paga al obrero, son el valor creado por este último.Esto quiere decir que si el SAT, al exigir el pago del ISR (Impuesto Sobre la Renta), por ejemplo, grava, tanto las utilidades, del empresario como el salario del obrero, en última instancia, quien aporta ese impuesto, es el trabajador, pues es quien crea con su trabajo todos los valores.Y lo mismo podemos decir del IVA y del IEPS con que se gravan muchos productos.El obrero lo paga con su mísero salario y el empresario con sus jugosas utilidades, para uno es buena parte de su ingreso, de su salario; para otro, es como se dice vulgarmente, "un pelo de gato".

Qué pasaría si con esos impuestos, y aplicando una política del que gane más contribuya con más impuestos, como sucede en algunos países de libre mercado, se impulsará la actividad productiva con empresas estatales eficientes y con ello, creando empleos.Entonces resultaría que esos impuestos se aplicarían de manera productiva y no de manera improductiva.Alguien dirá que el que se dé dinero fortalece el mercado interno, pues este se fortalece por dos vías, ya sea que el número de compradores aumente o por que aumente la capacidad adquisitiva de los consumidores.Este parecería ser el caso de los apoyos monetarios directos.Si bien es cierto, algo se estimulará la producción, pero esta será efímera y débil.Por lo contrario, invirtiendo directamente en actividades productivas, la creación de más bienes o valores de uso, sería ampliada, permanente y se pudiera direccionar.De aquí se desprenden tres medidas que serían, económica y socialmente correctas: 1) que los dueños del dinero paguen más impuestos, es decir, una política fiscal progresiva, en el que más gana más pague, 2) empleo para toda la población en edad de trabajar, y 2) se incrementen sustancialmente los salarios de los trabajadores.Las medidas anteriores las ha propuesto el Movimiento Antorchista Nacional.

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