El ser humano, a diferencia de los animales, posee la capacidad de relacionarse con otros seres humanos para organizarse y alcanzar objetivos comunes. A esta actividad Aristóteles la denominó como “política”, y al ser humano, por tanto, como “animal político” (zoon politikón). La RAE, en una de sus acepciones, define la política como la “actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su opinión, con su voto, o de cualquier otro modo”.
Con estas nociones como base podemos pasar a lo siguiente. Joseph de Maistre, un reconocido ideólogo reaccionario italiano, opuesto a la Revolución francesa y sus ideales, ha trascendido, entre otras cosas, por su conocida frase de “los pueblos tienen los gobiernos que se merecen”, haciendo referencia a que los malos gobernantes, de los que continuamente se quejan los gobernados, brotaron de la misma actividad política de esos pueblos. Si esto es así, como parece que lo es, entonces el desarrollo de los pueblos sólo puede ser fruto del desarrollo político del mismo pueblo.
En un acto de congruencia con sus ideales, el Movimiento Antorchista Nacional (organización a la que orgullosamente pertenezco), desde hace más de 47 años se ha consagrado a educar y organizar al pueblo. Muchos esfuerzos, gestiones y luchas hemos llevado a cabo con el fin de que las clases trabajadoras del país comprendan el funcionamiento de la sociedad en la que vivimos, el origen de los males que padecemos y, por tanto, encontremos la solución a corto, mediano y largo plazo. En esta lucha, llevada a cabo de la mano del pueblo, contra los cacicazgos y opresores de toda índole, hemos tenido muchas victorias y, por tanto, nos hemos granjeado la animadversión de poderosos enemigos, quienes han orquestado desde nuestro nacimiento a la vida política del país, esa campaña negra que muchos conocen.
Con la llegada de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), Morena y la 4T al poder, nuestro país ha sufrido un grave retroceso en su desarrollo político. Mediante la desaparición de los ramos 23 y 33 se ha pretendido aniquilar a todos los actores políticos que de alguna manera podían hacer contrapeso a la política oficial. Algunos analistas señalaron en su momento que estas acciones constituían un ataque al federalismo, pues se trataba (y así lo hemos constatado hasta el día de hoy) de cerrar todas las llaves del presupuesto para concentrar el poder en las manos del presidente y su partido.
Esta concentración absurda del recurso de todos los mexicanos y a disposición del señor presidente se ha podido lograr debido a que Morena conquistó, a raíz del proceso electoral del 2018, no sólo la presidencia de la República sino la mayoría del Congreso de la Unión.
La pandemia “nos vino como anillo al dedo” dijo el presidente hace cerca de un año y estoy seguro que sigue pensando lo mismo. Me pregunto qué pensarán todas las personas que han padecido el deceso de algún ser querido a causa de la covid 19. Es una verdad demostrada que el gobierno de la 4T es el principal responsable del desastre sanitario que vivimos (ya casi 200 mil muertes, las reconocidas). No cabe duda que los golpes de la realidad son más duros y aleccionadores que cualquier doctrina. ¿Habremos aprendido la lección? ¿Estaremos listos para corregir el rumbo? ¿O seguiremos creyendo en el mesías trasnochado?
Estimado lector, vayamos a hacer política, hablemos con nuestros familiares, amigos y conocidos. Votemos por los candidatos de la oposición, hoy nuestro país vive uno de los peores momentos en el terreno económico, sanitario, educativo, laboral, en todos los aspectos, y es gracias a la 4T. Con nuestro voto podemos corregir el rumbo.
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