MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Primorosa, la Feria de Huitzilan: ¡Qué ganas de estar ahí!

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Las fiestas tradicionales son más que simples celebraciones: son el tejido que une a las comunidades, el reflejo de su identidad cultural y el resultado de una profunda cooperación y esfuerzo colectivo. En Huitzilan de Serdán, estas festividades no sólo revelan la riqueza cultural y el legado histórico de sus habitantes, sino que también destacan el valor de la planificación y la participación activa de los miembros de la comunidad.

Cuando se habla de feria, yo creo que muchos nos imaginamos cosas coloridas, como el algodón de azúcar, los juegos de canica, el jaripeo, los bailes, el papel picado que viste las calles y, por supuesto, los juegos mecánicos.

Las festividades ofrecen un respiro a las rutinas diarias, permitiendo a los individuos disfrutar de la compañía de amigos y familiares y participar en actividades que celebran el espíritu humano en su forma más genuina.

Pero a veces olvidamos algo interesante y a la par muy agradable: el sentido de cooperación de la gente, que ofrece sus mejores deseos, anhelos y propósitos a través de todas las actividades de las que nos sentimos bienvenidos.

Hay ferias que se apartan de este propósito, como las de las grandes capitales de los estados, que sólo son conciertos sin un sentido de cooperación, sólo un espectáculo para pasar el rato; de esos no interesa.

En Huitzilan de Serdán, una localidad enclavada en la Sierra Nororiental de Puebla, las festividades no son sólo un simple evento social, sino una demostración vibrante de cooperación y trabajo arduo.

Los habitantes de Huitzilan se unen en un esfuerzo común para garantizar que cada detalle, desde las decoraciones hasta la preparación de alimentos y la organización de eventos, se ejecute con precisión y pasión.

Esta cooperación no sólo fortalece los lazos comunitarios, sino que también asegura que las festividades sean una experiencia enriquecedora y memorable para todos. Se trata de la recreación de la gente, sanamente, como se suele decir, con seguridad y sin agravios a la vida. Eso que mucha gente aprueba y que yo desapruebo, de lo que dicen: “si no hubo un muerto, no estuvo bueno”.

La diversión, en este contexto, no es sólo una forma de escape, sino una manera de volver a las raíces y redescubrir el placer simple de estar juntos en comunidad. 

Las festividades ofrecen un respiro a las rutinas diarias, permitiendo a los individuos disfrutar de la compañía de amigos y familiares y participar en actividades que celebran el espíritu humano en su forma más genuina.

Las ferias son un asunto serio. Al final, la satisfacción queda en que la gente que llegó y se divirtió se va hablando bien. Yo tengo el infortunio de no haber ido nunca a la feria de Huitzilan, y a pesar de eso me consta lo que digo.

El Movimiento Antorchista Nacional ha tenido un papel significativo en la construcción y modernización del municipio. Ha sido indispensable en la mejora de la infraestructura básica de Huitzilan, lo que ha incluido la construcción de escuelas, centros deportivos, y la mejora de las vías de comunicación y servicios públicos, permitiendo que las festividades locales se desarrollen en un entorno más adecuado y atractivo.

Las nuevas instalaciones y la mejorada infraestructura han facilitado una mayor participación en las celebraciones y han elevado el perfil de los eventos tradicionales.

Esto lo pueden constatar en las publicaciones en redes sociales que ha hecho el comité de feria y el H. Ayuntamiento de Huitzilan. Ya vi las fotos del jaripeo, los torneos de baloncesto, los programas culturales, las competencias de ciclismo.

Pero no me dediqué a escribir esto para echar flores a ultranza, sino para demostrar una vez más que la organización es necesaria para que los proyectos funcionen. Ahora es ejemplo la feria de Huitzilan, pero el Movimiento Antorchista tiene innumerables éxitos en muchas áreas: administrativas, escolares, académicas, deportivas, culturales, etcétera.

También quiero decir que esto es lo que los pueblos necesitan y así se debe trabajar: junto a ellos, para dignificar su vida, contribuyendo incluso a su cosmovisión. Nadie tiene derecho a denostar la grandeza del pueblo huitzilteco, que ha derramado sangre de muchos de sus hijos para llegar a ser lo que es hoy: un pueblo unido y fraterno que camina de la mano con el Movimiento Antorchista, que del 10 al 15 de agosto celebró su feria en honor a la Virgen de la Asunción.

Huitzilan de Serdán continúa celebrando sus tradiciones con un renovado sentido de identidad y alegría. Ojalá anduviera por allá para bailar unos huapangos y comerme un plátano frito, o no sé, tal vez una miche en la mano mientras canto el querreque.

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