Partimos esta exposición manifestando que la explotación del trabajo del hombre ha existido desde hace ya varios siglos, siendo más evidente durante el esclavismo, una época en que los hombres los que servían como esclavos, a quienes no los consideraban como humanos, sino como animales, según la clasificación que hacían, eran animales parlantes, que no tenían, ni voz ni voto. Quiero connotar esta etapa de la vida del hombre en esta época por lo siguiente: primero, ya existía la explotación del trabajo del hombre y segundo, los mismos hombres explotaban a otros. En este contexto, es evidente como los que se hacían con el poder aborrecían a los esclavos, de tal forma que no tenían parte en las decisiones de su entorno.
Aparentemente la sociedad ha evolucionado con una serie de postulados que le han permitido al capitalismo pregonar las banderas de libertad del individuo, donde hombres y mujeres pueden hacer lo que les plazca, pero en apariencia, esta filosofía capitalista, vende la idea de ser el único modelo económico que permite que el hombre, pueda viajar por todo el mudo si así lo desea, pueda hacerse rico si se esfuerza mucho, pueda divertirse sin tener que rendir cuentas a nadie. Lo importante aquí es identificar la falsedad que se encuentra dentro de la palabra libertad en este régimen.
Al respecto, mencionamos que México se caracteriza por ser un país con un modelo económico neoliberal, que cuenta con 32 Estados y una población que ronda los 127 millones de habitantes, población que según datos del Coneval, vive en condiciones de pobreza un estimado de 55.7 millones, en contraparte existe una exagerada acumulación de la riqueza encabezada por las siguientes personas: Carlos Slim, quién representa al poderoso GRUPO CARSO, Sara Mota de Larrea, de GRUPO MÉXICO y Ricardo Salinas Pliego de GRUPO SALINAS, entre otros. En total estás personas juntas tiene un patrimonio de 94.4 mil millones de dólares, lo que lo vuelve totalmente contrastante con lo que un trabajador promedio gana, pues esta gente exacerbadamente rica se han dedicado a llenar sus bolsillos a costa del trabajo de los hombres de México, sin bridarles un salario acorde a los ingresos de las empresas de estos magnates.
No se reconoce, pero los obreros de nuestro país y de muchas partes del mundo siguen siendo esclavos contemporáneos, porque tienen que venderse al mejor postor, trabajar bajo las condiciones inhumanas del patrón, en este esquema de una falacia de la libertad, eres libre de morir de hambre, de morir de frio y de las demás injusticias que se viven.
A todas luces es clara la inequitativa distribución de la riqueza favoreciendo a la propiedad privada concentrando los medios de producción en las manos de unos pocos que prevalece en el capitalismo que vivimos en México y las pésimas condiciones de vida de la gran masa de trabajadores que la producimos, pero ¿quiénes son los encargados de regular esto, de evitar el crimen, de disminuir la pobreza? aquí no hay más, el gobierno de México tiene la facultad y el deber de regular a las empresas, cobrándole los impuestos que deberían pagar, aplicando leyes que ayuden a que los trabajadores tengan las prestaciones de ley que les corresponde y por su puesto, trabajos bien pagados; lamentablemente eso no así, cada gobernante se vende al mejor postor, al mejor inversionista, por eso una vez postrados en la silla, lo que interesa no es resolver los problemas de quien son mayoría, de quienes tienen más necesidad, lo que interesa es devolver el favor de quien ayudó con dinero e influencias para llegar el poder.
Finalizaré mi análisis con algunas cuestiones muy concretas de Quintana Roo, en este sentido una de las características de este estado es que el 75 porciento de su población viven en zona urbana, y el resto en zona rural, pero la mayoría de su población se encuentra en la zona norte del estado, así mismo la actividad económica mayor se encuentra de ese lado, preponderando la actividad principal en la gran zona hotelera. Aquí lo interesa es que el turismo extranjero esté cómodo y que los habitantes trabajadores para mantener dicha comodidad, no interesan, tan solo Avenida Tulum, que es el acceso principal a Cancún está en condiciones deplorables, llena de enormes baches, que en ocasiones la hace intransitable, pero para el Gobierno del estado eso no importa, porque por esa carretera, solo ingresa en un 80 porciento gente local y en un 20 porciento turistas, pues existe una carretera que da acceso del aeropuerto hasta la zona hotelera, que es la que importante para el gobierno y las empresas hoteleras, la que sí está muy bien arreglada.
A pesar de las críticas que ha sumado en su contra el gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González, se ha hecho de oídos sordos, pues cuando el pueblo le habla simplemente no lo escucha. Hago un doble llamado a la conciencia, primero al gobierno del Estado, a que resuelva las principales necesidades de la gente, que no solo resuelvan los intereses de los grupos de poder en el Estado, sino también de los grupos de colonos, campesinos y estudiantes, finalmente son el pueblo y son la mayoría, el llamado también a los ciudadanos a que comprendan la necesidad de estar unidos y de exigir a los gobernantes que hagan su trabajo. Si el pueblo no alza la voz, el gobierno se hace el ciego.
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