Es cierto que los mexicanos anhelamos un país diferente, desarrollado, con oportunidades para todos, con buenos salarios, con seguridad, buena educación, sin desaparecidos, sin corrupción de nuestros dirigentes políticos. Sí, ese es el sueño de muchos, pero desgraciadamente el pueblo sigue votando por los mismos personajes, ahora en diferente partido, pero con las mismas mañas de siempre.
Seguimos arrastrando los problemas del pasado, seguimos estancados en el sistema de salud, en la infraestructura, en educación, destruyendo los bosques para construir los caprichos del gobierno.
Morena, el actual partido en el poder, se ha dedicado a reclutar a todo lo desechable de otros partidos, a todos los políticos que tanto daño le han hecho al país y que, en algunos casos, enfrentan denuncias por el mal manejo de los recursos públicos o por el tráfico de influencias que han beneficiado a sus familiares y amigos. Pero esto no ha detenido a los dirigentes de ese partido para aceptarlos en sus filas y darles puestos en la actual y pasada administración.
Bien dicen que lo que empieza mal, acaba mal, y es que las cosas en el país no andan nada bien. Seguimos arrastrando los problemas del pasado, seguimos estancados en el sistema de salud, en la infraestructura, en educación, destruyendo los bosques para construir los caprichos del gobierno. En fin, esto no se va a acabar si seguimos eligiendo como nuestros representantes a los mismos de siempre, solo que ahora como morenistas.
Como claro ejemplo tenemos al exgobernador de Chihuahua, Javier Corral Jurado, quien se dedicó en su mandato a perseguir al expriista César Duarte y a los funcionarios del entonces gobierno estatal, por cierto, priista. No hizo obra pública, se dedicó a pasear y a jugar golf, mientras su estado pasaba por una ola de inseguridad.
Recordemos que, en el marco en el que se impidió su detención, la noche del miércoles catorce de agosto, mientras se encontraba dentro de un restaurante ubicado en la capital mexicana, Luis Abelardo Valenzuela Holguín, quien funge como fiscal anticorrupción de Chihuahua, dio a conocer que la orden de aprehensión se debe a que el exgobernador es acusado por perjudicar al erario por la cantidad de 98 millones de pesos.
En ese momento, el funcionario anticorrupción detalló que el entonces gobernador causó tal perjuicio a través de la simulación de un contrato con una empresa que presuntamente se encargaría de dar asesoría para con ello poder reestructurar la deuda pública del estado, de los cuales no se han presentado comprobantes.
Y ¿qué creen, amigos lectores? En ese acto de detención fue salvado por autoridades de la Ciudad de México, hecho que causó molestia en los chihuahuenses y que ahora el mismo Gerardo Fernández Noroña, presidente de la mesa directiva del Senado, reconoce que fue salvado por Morena y que el funcionario se ha comportado como un malagradecido al no respaldar la desaparición de organismos autónomos.
Pues de esas finas y honradas personas se conforman las filas de Morena. A esta lista se suma Alejandro Armenta Mier, hombre de extensa trayectoria en el PRI, partido en el que inició su participación en los ochenta, vinculado al grupo político del exgobernador Mario Marín y, en las elecciones del 2024, candidato de Morena por el estado de Puebla. Ignacio Mier, el líder de la bancada de Morena en la Cámara de Diputados, es otro hombre procedente también del PRI.
En Yucatán, la postulación fue para Joaquín Díaz Mena, quien como militante del PAN fue alcalde de San Felipe y dos veces diputado federal.
Y como los casos anteriores, se tienen muchos más hombres y mujeres con trayectorias políticas cuestionables. Morena los ha reclutado, perdonado y los ha posicionado en cargos públicos, sólo que con la consigna de que deben aprobar todo lo dicho por el partido en el poder sin cuestionar.
Así las cosas con los militantes de Morena: nada nuevo, nada creíble, pues ese partido está lleno de expriistas y expanistas, viejos lobos ya con mañas y que, en definitiva, no harán el cambio que México necesita. Simplemente seguirán viviendo del erario público haciendo negocios que los beneficien a ellos y sus allegados.
De no entender lo que está pasando en la política nacional, el pueblo de México seguirá sufriendo, seguirá secuestrado por el crimen, seguirá sin medicamentos, sin una buena educación, sin servicios; solo tendrá un circo en la Cámara de Diputados y Senadores.
Es urgente desechar a la vieja política para darle cabida a algo nuevo. México necesita un partido auténtico, y miles ya están organizándolo.
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