MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Reapertura de escuelas es con recursos, no con discursos

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El anuncio del regreso a clases presenciales previa evaluación de las condiciones en que se encuentran los planteles a 14 meses de la pandemia, ha causado opiniones encontradas en los diversos sectores de la sociedad, principalmente, entre los sectores afines al educativo; pues bien, luego de que Guerrero pasara a color verde en el Semáforo de Riesgo Epidemiológico (26 de junio) y consecuentemente a la reactivación de actividades económicas en las siete regiones del Estado, se prevé que regresar a las aulas será un desafío.

Por el confinamiento solicitado por autoridades de Salud, en Guerrero y en todo el país, las escuelas han permanecido cerradas por más de un año con el fin de frenar la pandemia, ocasionando que niños, niñas, adolescentes y jóvenes perdieran aprendizajes que difícilmente podrán recuperar, situación que representa una amenaza seria para el presente y futuro de los estudiantes.

Cierto que la interacción de los estudiantes con sus docentes y compañeros es buena para su desarrollo, aprendizaje e incluso para su salud mental, y que se debe pensar en la reapertura de los planteles escolares, pero debe hacerse con responsabilidad, con todas las condiciones de higiene y la vacunación correspondiente, es decir, planeando una estrategia que garantice su bienestar y no tomando decisiones “seguras políticamente”.

Y es que, hace más de un año dijeron “presente” en el último pase de lista, más de un año que bromearon y platicaron con sus compañeros de clase, más de un año que jugaron en el recreo y fortalecieron sus lazos de amistad, más de un año que realizaron ejercicios en su clase de Educación Física, lapso en el que han crecido, algunos acortando distancias a través de las pantallas en las que recibieron clases virtuales, a través de videollamadas, pero también lapso en el que un gran porcentaje de estudiantes abandonaron sus estudios al no tener el equipo para continuar sus clases, como teléfonos celulares, computadoras, Laptop, servicio de internet, entre otros. Además, muchos padres no pudieron apoyar a sus hijos en la tarea educativa, algunos por carecer de este equipo, otros más al no saber leer ni escribir. En Guerrero, en regiones como La Montaña, Costa Chica e incluso en las cabeceras de diversos municipios, entre ellos Chilpancingo, muchos alumnos carecen de equipo para las clases virtuales y llanamente abandonaron temporalmente el estudio. En pocas, palabras, las clases virtuales se toparon con realidad en Guerrero.

La reapertura de las escuelas y por consiguiente de las clases presenciales, se realizará con recursos, no con discursos políticos y se debe garantizar a los padres de familia que el ciclo escolar 2021-2022 será paulatinamente presencial y seguro; en este proceso debe haber protocolos, modificaciones en las aulas, hasta en el proceso de enseñanza- aprendizaje y en base a esto, brindar la autorización de abrir, ya que los estudiantes, docentes y padres de familia merecen ser prioridad para las autoridades.

Al respecto, Yobany Jiménez García, director del Telebachillerato de la comunidad Apalani, municipio de Acapulco y dirigente de Antorcha Magisterial en el estado de Guerrero, consideró apresurado el anuncio del regreso a clases presenciales porque representa un gran riesgo de contagio al no estar vacunados los alumnos, padres de familia y personas que los rodean. Es un riesgo muy alto para estudiantes, familiares y docentes, que, aunque están vacunados, no garantiza que estén inmunes a enfermarse de Covid-19.

Las autoridades Federales y Estatales deben buscar los mecanismos para que las escuelas sean seguras, se deben adecuar las aulas, sanitizar, rehabilitar y garantizar los servicios de agua potable y drenaje, fundamentales para disminuir riesgos por la pandemia que azotó al mundo entero. Por el momento no es viable el regreso a clases presenciales hasta que las escuelas sean un lugar seguro para alumnos, maestros y padres de familia.

El 40 por ciento de los estudiantes del Telebachillerato de Nueva Creación de la comunidad Apalani abandonaron sus estudios. La falta de recursos económicos generados por el desempleo, ocasionó que el 40 por ciento de los alumnos dejaran sus estudios y el otro 60 por ciento se mantuvo en clases virtuales, pero sin cumplir con sus actividades diarias por falta de equipo como computadoras, Laptop, Tabletas, teléfonos celulares y fichas de internet, que cuestan entre 10 y 15 pesos y duran una hora. Es complicado que los jóvenes realicen sus estudios porque al estar desempleados, los padres de familia no pueden adquirir fichas de internet compartido -que son necesarias tres diarias-, en ocasiones no hay recursos ni para comprar un cuaderno.

Para los padres de familia de la localidad, el regreso a clases presenciales sí sería viable, pero con las condiciones de salud necesarias porque no están dispuestos a arriesgar la vida de sus hijos.

La Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG), Reyna Bello de Jesús coincidió en que el regreso a clases presenciales representa un riesgo inminente de contagios porque los estudiantes y padres de familia no están vacunados, el magisterio sí fue vacunado pero habría mucho riesgo de infección, sobre todo en los compañeros con enfermedades crónico degenerativas. En el estado, la pandemia agudizó la deserción escolar y ocasionó aproximadamente 170 bajas en el sector magisterial, por eso el magisterio guerrerense dice sí al regreso a clases presenciales, siempre y cuando haya garantías para regresar a las aulas, como infraestructura, servicio de agua potable, un médico en cada escuela, botiquín de primeros auxilios, entre otras condiciones.

Muchas escuelas ya tenían problemas de infraestructura que se agravaron con el aislamiento de más de un año y obviamente tienen que rehabilitarse antes del inminente regreso a clases presenciales, además, se deben buscar estrategias para el proceso enseñanza- aprendizaje en esta nueva realidad. Ejemplo, en la Escuela Secundaria “Raymundo Abarca Alarcón” de Chilpancingo, hay 68 estudiantes hacinados en un aula, por lo que se deben buscar mecanismos para que reciban sus clases con la correspondiente distancia y de esta manera resguardar la salud del magisterio, estudiantes y padres de familia. 

Además, en el regreso a clases presenciales los docentes se enfrentarán a muchos problemas de salud mental ocasionados por el aislamiento y esa problemática no la ven las autoridades estatales y federales, sólo ven números que representan dinero y para un docente, los estudiantes son seres humanos con derechos, sí a estudiar, pero también a la salud. El magisterio guerrerense agrupado en la CETEG, en el Congreso 14º realizado en Chiapas, en el que participaron 36 secciones sindicales, acordaron decir sí a las clases presenciales, pero con las condiciones de salud e infraestructura requeridas y para eso se necesitan recursos, no discursos.

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