MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Regresa el teatro revolucionario

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Para el Movimiento Antorchista, el educar y organizar al pueblo de México no es una tarea que deba darse exclusivamente en el ámbito político, sino por el contrario, debe ser una formación integral y completa, abarcadora, lo que implica una ingente cantidad de trabajo en la formación del hombre para transformarlo en un ser nuevo, más humano, solidario y fraterno con sus semejantes. Ese es el tipo de hombres que forma Antorcha y que aglutina en sus filas.

Para ello, a parte de la lucha política en la que los encabeza para lograr mejores condiciones materiales de vida como agua potable, drenaje, pavimentación, apoyo a la vivienda, apoyo alimentario, entre muchos otros, también tiene un proyecto educativo que, además de la formación académica, enfatiza el desarrollo en el aspecto deportivo, cultural y científico, para que los niños y jóvenes que se forman, crezcan con una visión integral.

Antorcha sostiene que, para que el teatro sea verdaderamente útil, educativo y transformador, debe ser no sólo un espejo de la vida del hombre, sino un verdadero análisis de la problemática que aborda.

Pero la formación deportiva y cultural no se limita a las aulas, también la llevan a las colonias y pueblos más alejados y olvidados, para que todas las personas tengan acceso a este tipo de actividades y, en la mayoría de los casos, no sólo como espectadores, sino como parte actuante, es decir, colonos, campesinos, obreros, amas de casa, estudiantes y profesionistas, muchas de las veces acuden a estas tareas como participantes, ya sea en los juegos deportivos o en las diferentes disciplinas culturales, como el canto, bailables, declamación o teatro.

En este contexto, el Movimiento Antorchista Nacional -a través de su Comisión Cultural, encabezada por el Ing. Juan Manuel Celis y la Dra. Soraya Córdova-, anunció la vigésima tercera edición del Encuentro Nacional de Teatro, misma que se realizará del 22 al 24 de noviembre en San Luis Potosí, con la presentación de 32 puestas en escena y más de 500 actores en las categorías semi profesional y amateur, teniendo como sede el Teatro de La Paz, el Centro de Difusión Cultural “Raúl Gamboa” del Instituto Potosino de Bellas Artes (IPBA) y el Teatro Polivalente del Centro de las Artes.

El teatro, nació de los ritos religiosos en las culturas más antiguas como Mesopotamia, aunque su forma más acabada surge en Grecia; nace de las entrañas del pueblo, de las danzas desenfrenadas dedicadas al dios Dionisos, que eran expresiones, no solo de alegría, sino también, de sentimientos reprimidos, inconformidades y descontento.

Así, la tragedia griega, fue la forma primitiva del teatro. El teatro griego empieza a desarrollarse cuando quien gobernaba era Pisístrato, posteriormente Clístenes y tuvo mucho auge con Pericles, quién logró la grandeza griega de aquellos tiempos. Es imposible obviar a los tres grandes de la tragedia griega: Sófocles, Eurípides y Esquilo. 

Desde entonces, el teatro se convirtió en una forma de difusión de las ideas de la clase dominante, para someter a las clases dominadas y conservar el poder, por eso Antorcha sostiene que, para que el teatro sea verdaderamente útil, educativo y transformador, este debe ser no sólo un espejo de la vida del hombre, sino un verdadero análisis de la problemática que aborda.

En el teatro podemos apreciar nuestra vida cotidiana en situaciones dramáticas, alegres, tristes, pero hay que profundizar, ver la imagen interior, lo que hay dentro de él, es decir, al igual que los grandes dramaturgos, hacer un análisis del hombre, de su sociedad y ver lo profundo de ella porque sólo así va a ser un teatro que eduque y transforme al hombre. 

Por eso, este tipo de actividades que impulsa Antorcha a nivel nacional cobran gran relevancia -no sólo por la particularidad de ser eventos gratuitos-, sino por llevar teatro de calidad a la clase trabajadora que, en otras circunstancias, no tendría la oportunidad de ver alguna puesta en escena, es decir, se hace como parte de esa labor de educar al pueblo trabajador.

Estas producciones teatrales de alta calidad son obras pensadas para que el espectador pueda disfrutarlas a plenitud, entendiéndolas, asimilándolas y haciéndolas suyas en sus deseos de transformación material y espiritual por el impacto emocional y pedagógico que provocan. Por tanto, quien tenga la oportunidad de apreciar alguna de las puestas en escena de este XXIII Encuentro Nacional de Teatro, debería aprovecharla porque se trata de un teatro revolucionario.

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