En marzo de 2020 en Ciudad Victoria se dio a conocer, a través de los medios de comunicación y redes sociales, que ya estaba presente la ola de contagios del virus Sars-CoV-2 que provoca la enfermedad pandémica de covid-19. Todavía recuerdo que era día festivo, por lo que no iba a ver a mis alumnos hasta el martes, nos despedimos y nos deseamos feliz puente, pero en lugar de no verlos solo por 4 días, el periodo se convirtió en un año.
Así fue como inició la pandemia que dio lugar a las clases en línea. Fue muy difícil acoplarse a ese nuevo estilo, ya que la mayoría de los jóvenes son de bajos recursos y no contaban ni con internet ni con dinero para poner recargas telefónicas diarias para conectarse a las clases en línea, por lo que la escuela optó por trabajar en grupos de WhatsApp, clases por Meet, y los jóvenes que no podían trabajar por ninguna de esas aplicaciones eran recibidos en pequeños grupos para revisión de tareas.
Nos costó mucho trabajo acoplarnos a esta nueva forma de trabajar, pero con el esfuerzo de los docentes, padres de familia y, sobre todo, de alumnos pudimos trabajar y sacar adelante cada semestre. Fueron dos largos años de pandemia que nos costó trabajo retomar, aunque es cierto que aún tenemos que estar alertas y seguir las medidas recomendadas por la Secretaría de Salud para prevenir los contagios, además de alentar a los jóvenes a vacunarse.
El pasado 29 de agosto, después de dos años de pandemia, regresamos a clases, pero ya de manera presencial el 100 por ciento de estudiantes de educación básica, media superior y superior. En esos días se podía apreciar el gusto y la alegría de los niños y jóvenes por tan anhelado regreso a clases y ver a sus compañeros y maestros, también la alegría de tener ya una clase presencial, aprender, distraerse, salir de sus casas.
No se dejaron esperar las compras de los útiles escolares, sin embargo, es necesario mencionar que hoy los padres de familia se enfrentaron a la cruda realidad de los altos precios.
El Cobat 23 “Dr. Rodolfo Torre Cantú”, una escuela gestionada por el Movimiento Antorchista, logró que este año aumentara su matrícula, pero debido a los bajos apoyos por parte de los gobiernos y en especial del Gobierno federal, este año tampoco logró la construcción de las aulas de cómputo, mucho menos cubrir todas las necesidades que, a simple vista, son evidentes.
Son preocupantes las condiciones en las que se encuentra este bachillerato, pues debido al aumento de alumnos no cuenta con suficientes aulas, por ello un grupo de 30 jóvenes toma clases bajo un árbol, sin considerar que ya se acerca la época de lluvias y frío, por lo que es necesario que los gobiernos pongan atención a las demandas y resuelvan este problema en materia educativa.
Algunos especialistas en temas de educación coinciden en que existe una relación positiva entre la calidad de la infraestructura, pues hay mayor aprendizaje de los estudiantes y varios estudios han encontrado que la infraestructura tiene un efecto motivacional en el proceso de aprendizaje, el tener un ambiente más agradable puede creare que entre los alumnos y docentes tengan un mejor desempeño.
Muchas escuelas de México, entre ellas la nuestra, no cuentan con las condiciones necesarias de infraestructura para ofrecer una educación de calidad. Es por eso que los padres de familia, maestros y alumnos piden al Gobierno federal, estatal y municipal que apoyen con más infraestructura a esta escuela para que los jóvenes regresen a clases con ánimo de estudiar y tengan una escuela digna y de calidad para terminar su preparación académica.
Jóvenes, docentes y padres de familia, sigamos luchando para una educación democrática, crítica, científica y popular, y para tener una escuela de calidad con las condiciones necesarias. Sigamos adelante. ¡Hasta la victoria Siempre!
0 Comentarios:
Dejar un Comentario