MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Semana de asueto, oportunidad para reflexionar

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A estas alturas es inocultable que el país está peor que antes de la 4T, pues lo padecemos todos los días para adquirir lo poco que nos alcanza de la canasta básica, al no poder acceder a las medicinas o a un sistema de salud pública mínimamente eficiente y eficaz; con la caída en la calidad y cantidad de la educación para niños y jóvenes, con la falta de empleos suficientes y bien pagados, salarios dignos que retribuyan el trabajo y alcancen a satisfacer las necesidades de la familia de los trabajadores, con la falta de apoyo suficiente al campo hasta hacerlo productivo que nos vuelva una nación autosuficiente en la producción alimentaria.

 

Es necesario que los pueblos se eduquen, se unan en torno a sus legítimos intereses y tomen posición para conquistar, por la vía democrática, el poder político y hacer los cambios necesarios en favor del pueblo.

Desde mi punto de vista, esta semana “santa” en la que muchos mexicanos por asueto o por devoción aprovechan para reflexionar sobre la vida, la sociedad, la economía, la política, la religión etcétera, parece propicia la ocasión para tratar de encontrarle el hilo a la hebra, muy oculto y enredado por cierto, con todo el propósito de que así sea, pues, hasta la religión, que, en general, nació de la intención ingenua de los pueblos primitivos por hacerse propicios a los dioses que suponían encarnación de poderes detrás de los elementos y fuerzas naturales que lo rodeaban e influían decisivamente en su existencia pero que no alcanzaba a explicarse y menos dominar, (así se explica el hecho de que todas las religiones primitivas fueran politeístas), con el tiempo y la mejora de las herramientas para trabajar, evolucionó a formas más complejas la organización de la producción y de la sociedad, hasta emerger el plusproducto o excedente económico de la ganadería y la agricultura, que ocasionó la división de la sociedad en clases sociales, y pasó así la religión, a partir de entonces, a jugar el papel de herramienta hegemónica en la tarea de consolidación del estado de cosas existente, ya con unas clases dominantes que vivían y viven a expensas del trabajo de los demás, a santificar la desigualdad social, en cuyo lado de los pobres sólo queda el consuelo y la esperanza (en su papel de sedante) de la convicción de una vida ultraterrena feliz en el paraíso para vivirla eternamente colmado de dichas, lo que le ayuda, y mucho, a soportar y sobrellevar las penurias de este mundo.

Aparece después la filosofía propiamente dicha (en el tiempo que no existían las ciencias, a los hombres que más sabían se les llamaba amantes de la sabiduría o filósofos), la cual pasó de su primera etapa naturalista, materialista, de los milesios, (determinada por la necesidad de encontrar explicación racional y solución a problemas concretos de la existencia de su ciudad, pues Mileto era punto estratégico para el comercio marítimo o terrestre, y el desarrollo de la producción de ese tiempo, que le dio la posibilidad de “sintetizar” siglos de desarrollo cultural de antiguas civilizaciones como la india, china, mesopotámica y egipcia) pasando luego por el importantísimo aporte del dialéctico de Éfeso, Heráclito, quién posteriormente cayó en desuso y el olvido ante la consolidación de una sociedad esclavista que requería otra concepción del mundo, quedando el campo propicio para el florecimiento del idealismo y el método metafísico entendido como la negación del movimiento, evolución y desarrollo de los fenómenos, cultivado en las ciudades de la magna Grecia, con Parménides, y Zenón de Elea, fundamentalmente, cuya escuela (la de los eleatas) niega el movimiento, y refuta las sensaciones como meras ilusiones de los sentidos que no reflejan la realidad.

Por ventura, con posterioridad aparecen y se desarrollan las ciencias, la técnica y la tecnología, conforme avanzan los sistemas de producción de la sociedad, hasta que se llegó a la puesta en práctica de la implementación del socialismo, o primera fase de la sociedad comunista, que se caracteriza entre otras cosas por el alto grado de desarrollo de las fuerzas productivas, pero sobre todo por ser la encarnación de la auténtica democracia donde la inmensa mayoría de la sociedad en su conjunto es decir las grandes masas otro tiempo despojadas y desposeídas de todo, ahora son las dueñas y receptoras de todo lo realizado con su propio trabajo, al desaparecer la propiedad privada de los medios con qué se produce y puestos en manos de esa sociedad, a través, en un primer momento, de su representante genuino que no es sino el nuevo estado socialista, donde los niveles de vida mejoran considerablemente para todos, y el cual se sigue construyendo y consolidando, implementado en su momento, primero, por la extinta Unión Soviética y ahora en China y otros países.

Ahora se sabe perfectamente que el mundo, el universo, no es estático, que entre sentidos y cerebro no hay una lucha sino una colaboración, que los problemas, por tanto, en cualquier terreno que se presenten, no son y no pueden ser eternos, ni siquiera el sufrimiento del pueblo, de las grandes masas trabajadoras son eternos. El Materialismo Histórico que comprueba científicamente que toda la serie de relaciones establecidas entre los hombres, parten o tienen su origen precisamente en la forma en que se organiza para producir la sociedad derivada del desarrollo de los medios con que se trabaja, vino a probar también que la dialéctica, la teoría del desarrollo, es no sólo correcta, sino también verdaderamente científica.

De aquí se desprende que necesitan los pueblos conocer la realidad, educarse, hacer suyos los avances culturales, unirse en torno a sus legítimos intereses, organizarse tomando posición por un mundo mejor, y emprender el camino de conquistar, por la vía democrática, el poder político del país, para desde ese puesto hacer los cambios pertinentes y necesarios, pues la situación reclama un cambio urgente en favor del pueblo. Y en ese sentido la religión puede también jugar un papel importante que empuje a la sociedad hacia una verdadera igualdad, solidaridad y hermandad del género humano donde todos vivamos bien ¡TODOS!

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