De acuerdo con los datos de la Organización de las Naciones Unidas Contra las Drogas y el Delito, tres homicidios por cada 100,000 habitantes serían un indicador mesurado, sin embargo, en México actualmente andamos en 28 homicidios por cada 100,000 habitantes, cabe señalar que en el sexenio de Vicente Fox eran solo ocho homicidios, según los registros para finales de diciembre de 2022 eran 28, es decir, más del triple de periodo del presidente Fox.
La violencia en los últimos años no cede, tenemos las mayores cifras de extorsión que nunca, el mayor número de secuestros, los mayores niveles de narcomenudeo y las cifras más altas de trata de blancas.
En el gobierno de Andrés Manuel López Obrador se habla de que son ya más de 108,000 personas que han sido reportadas como desaparecidas, está muy próximo a llegar al número registrado por Enrique Peña Nieto (109,250) en todo el sexenio, pero aún nos faltan 18 meses del gobierno federal actual, y es muy probable que esta cifra sea superada con creces.
La misma situación se registra en número de feminicidios, pues, mientras en el sexenio anterior la cifra más alta en ese delito fue de 85 muertes por razones de género en un mes, con el gobierno actual, se registró un récord, solo en 2023 se registraron 231; en febrero, 180; y en marzo 263, en total 674.
Pero la situación es más grave. A los homicidios hay que sumar los desaparecidos, que del 1 de diciembre de 2018 al 31 de marzo de 2023 se tienen registradas 41 mil personas desaparecidas y no localizadas, esto sin contar las miles de fosas clandestinas que las madres buscadoras han encontrado. Pero, además, según datos de la Red por los Derechos de la Infancia en México, durante los primeros tres años y nueve meses de la presente administración fueron alrededor de cuatro mil 485 casos de niños y adolescentes asesinados, de enero de 2019 a septiembre de 2022.
Por su parte Save the Children, una organización independiente, líder en la promoción y defensa de los derechos de niñas, niños y adolescentes, señala que, de acuerdo con datos oficiales, en 2021 cada día siete niños o adolescentes fueron asesinados y 37 sufrieron violencia física, sin contar los múltiples casos que no son identificados ni denunciados.
Como podemos ver, con todos estos datos la violencia se campea a sus anchas en nuestro país, solo para redondear la idea, señaló que en los últimos cuatro años han sido asesinados 47 periodistas y 94 defensores de derechos humanos o luchadores sociales, según registros el 90 por ciento de los casos de periodistas asesinados prevalece en la impunidad y el 99 por ciento de los asesinatos de los activistas sociales, esto quiere decir, que a las autoridades no les interesa buscar a los culpables, hacer valer los derechos humanos.
Ante esta situación que prevalece en nuestro país, el asesinato de dos luchadores sociales del Movimiento Antorchista, Conrado y Mercedes, junto con su pequeño hijo, en el estado de Guerrero, resulta a todas luces un desgarrador acontecimiento, pues, los asesinos no se tentaron el corazón al quitarle la vida también a un ser indefenso, con una gran vida por delante.
Los mismos datos demuestran que muchos de los asesinatos que ocurren en México jamás se aclaran y por lo mismo los asesinos se sienten libres de seguir cometiendo delitos, libres de arrebatarles la vida a cuantas personas les resulten un obstáculo para sus planes, aunque muchos de ellos como es el caso de nuestros compañeros.
No permitiremos que queden en el olvido, seguiremos insistiendo una y otra vez para que se encuentren a los culpables y se haga justicia ante este horrendo crimen, y se detenga y castigue a quienes le arrebataron la vida a toda esta familia, cuyo único delito fue el de dedicar su vida a luchar por los que menos tienen, a prestarles su voz a los campesinos y familias humildes que viven en la miseria; les arrebataron la vida porque compartieron su vida con ellos, y les crearon conciencia de que tienen derechos, de que quienes generan la riqueza del país son los obreros, los trabajadores y que este país no existiría sin los humildes campesinos que día a día doblan el lomo en los campos para producir los alimentos de todos los mexicanos. Como dijo Emiliano Zapata “Si no hay justicia para el pueblo, que no haya paz para el gobierno”.
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