Para desgracia de millones de mexicanos, nuestra economía capitalista, donde se privilegia la mercancía antes que el factor humano que la produce, genera ese mal tan espantoso que se llama pobreza y todas sus consecuencias, que sin duda alguna la padecen más de 60 millones de ciudadanos.
Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (Coneval), una persona se encuentra en situación de pobreza cuando tiene al menos un carencia social (en los seis indicadores de rezago educativo, acceso a servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, servicios básicos en la vivienda y acceso a la alimentación) y su ingreso es insuficiente para adquirir los bienes y servicios que requiere para satisfacer sus necesidades alimentarias y no alimentarias.
La pobreza afecta la existencia del que la padece al grado de desvalorizarse a sí mismo, situación altamente preocupante, por lo menos en algunos aspectos de su vida, pues se sabe privado de derechos tan básicos como la educación, buena salud, alimentación necesaria y esperanzas de un futuro mejor. Esto afecta su vida diaria, impidiendo que se realice con plenitud, reduciendo su productividad, sus capacidades, su potencial.
Aunque se escucha decir a los funcionarios de todos los niveles que en el combate a la pobreza vamos ganando, la realidad es que no sólo no se ha disminuido, sino que en la actual administración del partido Morena, que encabeza Andrés Manuel López Obrador (AMLO), la pobreza ha vuelto a remontar, haciendo que los ciudadanos tengan una vida de sufrimiento, pues la pobreza trae consigo mala salud, desnutrición y analfabetismo.
Los gobiernos crean programas para combatir el problema, pero no se han obtenido los resultados adecuados, pues la pobreza se ataca por el lado del ingreso, y por otro lado, se consideran elementos adicionales, pero aún son incompletos para medir estas variables y dar una solución eficiente en el combate a la pobreza.
Con AMLO la pobreza remontó, haciendo que los ciudadanos tengan una vida de sufrimiento, pues aquella trae consigo mala salud, desnutrición y analfabetismo.
Sin embargo, existe una razón que es más de fondo: se toman los programas de combate a la pobreza como solución, cuando en realidad son un paliativo, un mero recurso para calmar los malestares de la pobreza sin extirparlo de raíz. Lo preocupante es que quienes implementan estos programas saben que no se está atacando el problema en serio, muchas veces lo hacen sólo para tomarse la foto y aparentar ser los salvadores del pueblo.
Aunado a lo anterior, nuestra nación ha tenido que enfrentar severas crisis económicas, tales como la crisis de la deuda de 1982, la crisis cambiaria y financiera de 1995 y la crisis financiera internacional de 2008-2009. Estas crisis afectan toda la actividad económica, provocando un mal desempeño de la economía, pero sus resultados no son exclusivos de las crisis, pues fuera de estas el ambiente económico ha sido poco satisfactorio y el país se encuentra muy lejos de alcanzar el bienestar y altos niveles de vida para la población, a pesar de las distintas reformas que se aplicaron en la década de los 80 y mediados de los 90.
Es difícil esperar mejores resultados en el bienestar de la población cuando se aplica más de lo mismo, especialmente para los segmentos de la población que presentan mayor marginación y que por décadas han esperado se cumplan las promesas de una vida digna que tantos gobiernos han hecho.
Recordemos que los grandes cambios en la vida de los mexicanos han sido resultado de la lucha del pueblo; todo lo logrado hasta ahora es producto de la valentía de quienes se han atrevido a exigir resultados, dejando de lado las migajas que se les reparten en forma de apoyos económicos para realmente hacer una transformación.
Considero que es tiempo de que el pueblo se decida a dar una verdadera lucha por una vida mejor, para lo que es necesario que se organice, se eduque políticamente y forme un verdadero partido que nazca de las entrañas de la sociedad; un verdadero partido de obreros, campesinos, amas de casa, deportistas, estudiantes, jornaleros, y se forme un verdadero plan, con conocimiento científico y aprovechando la rica historia mundial que en verdad nos lleve a una sociedad más justa y equitativa para todos.
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