En Sonora, como en otras entidades, hay graves contrariedades sociales que lastiman a la población y en particular a los sectores trabajadores. Al retomar algunos datos oficiales,104,900 personas padecen pobreza extrema, 885,000 viven en pobreza, 780,100 en pobreza moderada, 771,300 padece carencias sociales, 301,300 son vulnerables por ingresos, sus bajos salarios no les alcanza para adquirir la canasta básica; 1,656,300 con al menos una carencia social, 428,900 con tres carencias sociales, 461,000 sin acceso a los servicios de salud, 593,600 no cuentan con seguridad social, 1,006,100 no tienen vivienda o está en malas condiciones, 253,500 sin servicios básicos en sus hogares y 661,000 carecen de una alimentación suficiente y nutritiva (Coneval, 2020). Esta es la pobreza, el gran rezago y desigualdad social históricos que carcomen, lastiman, padecen, sufren cientos de miles de sonorenses todos los días en el campo y la ciudad, realidad que nadie puede negar, ocultar o maquillar, y la pregunta de a kilo es: ¿Qué hacer ante este mayúsculo problema, resultado de históricas y malas políticas públicas, implementadas por funcionarios que anteponían sus intereses personales y nunca tomaron en cuenta las necesidades de las mayorías? Ahí el reto para las autoridades actuales.
Durante décadas, en su mayoría los programas gubernamentales estuvieron sustentados en intereses de una pequeña elite que tenía el control político y económico de la entidad, mientras las mayorías las mantenían relegadas, patrón que se repitió en varias administraciones, cultivando una aguda y profunda desigualdad en la mayoría del territorio, generando una minoría empoderada y una inmensa población desposeída, heredando una gran deuda histórica con las etnias, pueblos, comunidades, ejidos y colonias populares. Hoy, las mayorías marginadas viven en las grandes ciudades donde se concentra más del 87% de la población sonorense, cientos de comunidades y colonias, no tienen agua de calidad, transitan por calles y caminos sin pavimentar, son acechadas diariamente por la inseguridad, sus viviendas se encuentran en pésimas condiciones infrahumanas, se alimentan a medias con alimentos de mala calidad, no alcanza para más, viven sin electricidad sorteando todos los días el calor del verano, viven sin drenaje y deben de soportar los fétidos olores provocados por las altas temperaturas, decenas de centros de salud sin medicamentos ni médicos los fines de semana, el incremento de la deserción escolar es grave principalmente en la población vulnerable, las familias que reciben un mísero salario no les alcanza para nada y ahora menos por la inflación, el desempleo afecta a un amplio sector de la población, impactando directamente en su forma de vida. Estos son los grandes pendientes por resolver, tarea nada fácil, pero no imposible. ¿Qué acciones gubernamentales de impacto se están implementando o implementarán para ayudarlas a salir del rezago social? Hasta ahora la moneda está en el aire, eso se percibe y manifiesta en las oficinas gubernamentales, mucha voluntad, pero sin recursos para poner manos a la acción y resolver.
Los comicios electorales de julio del año pasado donde se dio una alternancia de poder en nuestro estado, resultado de un hartazgo social, producto de ineficaces gobiernos anteriores, para ellos nunca fue su prioridad atender las necesidades de los sectores trabajadores, por ello el triunfo de junio provocó un sentimiento de esperanza a partir de septiembre a la llegada de las nuevas autoridades estatales, después de muchas décadas de abandono, vino aparentemente una bocanada de aire fresco con un nuevo gobierno emanado de diferente partido de oposición.
Por ello, en el mes de octubre del año pasado hicimos entrega de un pliego petitorio al ejecutivo estatal, fuimos recibidos amablemente por el Dr. Álvaro Bracamontes, momento en que hizo el compromiso de revisar, canalizar, atender y resolver las necesidades manifiestas en el pliego petitorio a través de la Subsecretaría de Concertación Social, con mesas de trabajo periódicas durante el año 2022. Después de un largo peregrinar e insistir con audiencia en las diferentes secretarías y direcciones, para poder plantear directamente a los titulares de cada una de las áreas las grandes y agudas necesidades sociales que corresponde atender en sus áreas -y así lo hicimos- hasta ahora se ha dado mínimo o nulo avance en la mayoría de los temas, la ilusión se tornó en decepción y hasta ahora ahí está. Las acciones gubernamentales deben materializarse en congruencia entre el decir y el hacer a favor de las grandes mayorías.
Se entregaron los pliegos de peticiones en las manos del respectivo secretario y directores, en las siguientes instituciones: Secretaría de Infraestructura y Desarrollo Urbano, Secretaría de Desarrollo Social, Sistema para Desarrollo Integral de la Familia, COVES, Secretaría de Salud, Secretaría de Educación y Cultura, Dirección de Cultura, Protección Civil y Dirección de Transporte. Después de varias reuniones con los titulares y personal técnico-operativo de estas áreas, en las que mostraron disposición y voluntad para atender y resolver los temas que se les plantearon, hasta ahora poco o nulo avance se ha visto, mucho ruido, pero pocas nueces, por ello nos vemos en la necesidad de pedir la intervención del Secretario General de Gobierno y para ello lo visitaremos en comisión en los próximos días.
Los antorchistas, como siempre, apelando a la sensibilidad, capacidad y disposición de las autoridades del gobierno del estado, asistirán una comisión de 300 compañeros el próximo 17 de agosto a las puertas de las oficinas de la Secretaría General de Gobierno para pedir la intervención de su titular y puedan ser resueltas las demandas de obras y servicios diversos planteados en el pliego petitorio de hace casi un año. No pedimos privilegios, ni concesiones y menos consideraciones especiales, solicitamos obras, servicios y programas que sirvan a las familias más necesitadas agremiadas a nuestro movimiento. Que así sea.
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