Hermosillo, Son.- Es muy lamentable que se haya atacado a los trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad al salir a cumplir con su deber y dos de ellos hayan sido asesinados en la carretera Hermosillo-Yécora; la política de López Obrador ha fallado una vez más, dijo Luis Miguel López Alanís, vocero del Movimiento Antorchista de Sonora.
Decir la verdad no significa politizar las desgracias; más bien son las desgracias que ocurren en la realidad las que cuestionan las políticas, agregó: “La realidad es naturalmente rebelde, pone en entredicho al mal entendimiento de los hombres y no hay prisión preventiva oficiosa que la detenga”.
Nadie debe hacerse justicia por su propia mano ni imponer criterios de justicia más que los que ya están determinados por las leyes que nos rigen, aseveró, y por ello no podemos estar de acuerdo con ninguna agresión violenta. Sin embargo, las consecuencias de este ataque han sido funestas pues nos involucran en una espiral de violencia que sigue creciendo en Sonora.
La exigencia de los trabajadores de ser escoltados para ir a laborar en las sierras más alejadas de Sonora cuando tengan que salir es justa, pero no teníamos como sociedad ninguna necesidad de llegar a este punto. Esta medida es obligada porque la sociedad está enferma y el remedio prometido falló: en lugar de disminuir, la inseguridad ha aumentado con el gobierno de López Obrador.
Deseamos que la necesidad de custodiar a los trabajadores no trascienda más allá de esa zona de Sonora, y que se acabe pronto, pues de lo contrario en poco tiempo tendremos que poner escoltas a todos los trabajadores de todas las ramas de la producción en toda Sonora y ese no es el futuro que queremos para nuestros hijos, eso significaría vivir en un estado de terror constante, un retroceso en nuestro desarrollo como nación democrática y pacífica.
Pero la política obradorista de no hacer nada, de abrazar al crimen, nos está conduciendo rápidamente a ese estado, un despeñadero donde impere la barbarie y la ley del más fuerte.
Nosotros creemos que basta con aplicar bien las leyes que ya tenemos para contener a la delincuencia dentro de límites razonables y por ello no exigimos más sangre ni muerte, sino simplemente el debido castigo a quien violente nuestra paz y tranquilidad, explicó López Alanís. Por ello exigimos a este gobierno federal que, sin militarizar nuestra vida civil ni poner en riesgo nuestro estado de Derecho, se aplique a cumplir con esta encomienda que le dio la nació
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