Desde hace mßs de 50 dÝas, para ser exacto, desde el 1° de octubre, mßs de 302 mil tabasque±os estßn inundados, de acuerdo con las ·ltimas cifras oficiales; cifras que cÝnicamente cambi¾ a la baja el Gobierno federal, porque ellos mismos habÝan reportado mßs de 500 mil, y luego disminuyeron sin otro argumento mßs que las cifras altas estaban equivocadas.
S¾lo quien lo ha vivido sabe lo que significa vivir 50 dÝas fuera de su casa, en un lugar que le permitieron estar, en un albergue, o de plano en la calle bajo una lona o un nylon; o bien, la gente que no se quiso salir, por salvar sus animales o porque no le robaran las pocas cosas que logr¾ salvar, vivir 50 dÝas "en el agua", como dicen los oriundos: entrar y salir en cayucos a adquirir alimentos; ver c¾mo hacerle con la basura, con el agua para tomar, con las necesidades fisiol¾gicas y como combatir las nubes de mosquitos que se dan gusto al no haber electricidad en esos lugares y, por tanto, no disponer de ventiladores ni aires acondicionados.
El edÚn convertido en un infierno para los inundados.Las enfermedades abundan y no hay atenci¾n mÚdica, los conflictos intra e interfamiliares se multiplican, etc., etc.
El Gobierno federal (lo mismo que el estatal y los municipales), sin faltar a la verdad, podemos decir que no hicieron labores de rescate y salvamento.Renunciaron en los hechos a esta obligaci¾n.La gente se puso a salvo como pudo, utilizando su experiencia.Pero van 10 muertos.El ·ltimo, un adolescente de 14 a±os que se lo llev¾ el rio Mezcalapa en el municipio Centro.Para demostrar esta afirmaci¾n basta decir que hubo 35 lanchas del Gobierno para auxiliar a 300,000 personas.
Renunci¾ tambiÚn a apoyar a la gente en los momentos mßs crÝticos, es decir, a lo largo de estos mßs de 50 dÝas.Salvo 37,000 apoyos de 10,000 pesos que se dieron en la primera inundaci¾n, no ha habido mßs.La gente que sigue en el agua clama y grita que a su casa no ha llegado nadie del gobierno con una despensa, con medicina, con ropa o una cobija o colchoneta.Nada.
El apoyo decidi¾ dejarlo el Gobierno en manos de los particulares, de otros paÝses, de otros estados, de empresas privadas, y de la misma gente, que se auxilian unos con otros.Muchos hogares de tabasque±os sirven de refugios para una, dos, tres o mßs familias.Y parten su comida en dos o mßs.El Gobierno, actuando con astucia, concentra el apoyo que envÝan otros estados, paÝses y entidades diversas y lo distribuye mediante el ejÚrcito.
AquÝ, como en toda la actuaci¾n de Morena, se act·a con cßlculo polÝtico: se anunciaron apoyos de 8,000 pesos para limpieza, sanitizaci¾n y pintura de las viviendas afectadas (sin dar cifras, sino con la frase general "las que sean necesarias") y vales para enseres domÚsticos que serßn canjeables en casas comerciales (sin dar monto ni n·mero).Le apuestan a que los apoyos lleguen mßs cercanos a la elecci¾n y tengan el efecto de revertir la pÚsima imagen del gobierno federal que actualmente es pÚsima ante los tabasque±os.
Pero desde el dÝa uno de la inundaci¾n hasta el dÝa 76, el apoyo para las familias inundadas podemos decir que fue igual a cero o tendiente a cero.
En este contexto de necesidad, el Movimiento Antorchista, ademßs de haber realizado gestiones sin cuenta a las presidencias y a dependencias estatales y federales, que son labores de lucha irrenunciables, decidi¾ abrir centros de acopio, tanto en Tabasco, como en varios puntos del paÝs, gracias a lo cual pudieron recabarse productos y armar modestas alimentarias y distribuirlas en aquellos lugares en los que no ha llegado ning·n apoyo gubernamental, a contrapelo de lo que declara todos los dÝas el Presidente de la Rep·blica.AsÝ han sido apoyados vecinos de Torno Largo, Coquitos, Monal, El Camar¾n, Valle Verde, San JosÚ, Luis Donaldo Colosio, Ram¾n Grande, de los municipios Centro y Macuspana, y muchos mßs.
Hoy por hoy, son cientos los tabasque±os inundados (y serßn miles) los que han recibido la ayuda solidaria y humanitaria del Movimiento Antorchista Nacional, que demuestra, en los hechos, no con declaraciones ni palabras, que para los antorchistas la fraternidad no es, ni mucho menos una palabra vacÝa.
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