Vienen otra vez las campañas políticas, y las mismas promesas y discursos, “vota por mí y por mi partido y tendrás solución a tus necesidades”, y así cada que se elige un presidente municipal, diputados y senadores, presidente de la República y hasta puestos menores como síndicos (la mayoría buenos para nada). El pueblo bien haría en analizar la realidad en que vive y la práctica de los políticos del sistema, y verá que todo es un engaño, que en realidad no hay la menor preocupación real y sincera de esos dizque “preocupados por su bienestar”, y por tanto, debe rechazar esa forma de hacer política, y en su lugar tomar en sus manos la lucha por mejorar su vida familiar y comunitaria.
Eso hemos hecho los antorchistas del país y de Sinaloa, llamar al pueblo a luchar por su derecho a una vida mejor, a participar en la construcción de un país más justo para las generaciones actuales y futuras. Organizar, formar la conciencia de lucha contra la injusticia y contra la explotación y marginación no ha sido, no es ni será fácil, pero si se persiste una y mil veces se logra, por eso el lema del antorchismo “Unión, fraternidad y lucha”, refleja el motor, que debe guiar al pueblo para la conquista de mejores condiciones de vida. Los que ya estamos organizados no bajemos la guardia, sigamos cada día aumentando nuestro compromiso y espíritu, que las dificultades de la lucha no nos venzan, al contrario, nos hagan crecer y aumentar nuestro ánimo y voluntad y los que todavía no están organizados, invitarlos a que se sumen a la única organización que siempre ha defendido los intereses de los trabajadores y sus familias.
Despertar la conciencia de lucha de ese pueblo dormido (el gigante dormido) es tarea del antorchismo y lo lograremos tarde o temprano, pues, la realidad económica y social que vive el pueblo trabajador, cada día nos da la razón, la política asistencial vía programas, no es más que un calmante, un mejoralito para apagar el reclamo justo y verdadero de una mejor distribución de la riqueza, vía empleo para todos, mejores salarios que cubran a plenitud el costo de la canasta básica (hoy alrededor de 75O pesos diarios), que el pago de impuestos sea progresivo (que pague más quien gana más y menos quien gana menos).
Que se invierta lo suficiente en infraestructura social: agua potable, drenaje sanitario, buen servicio eléctrico con tarifas justas, buen sistema de educativo, de salud, pavimentación de nuestras calles, de nuestras carreteras, apoyo verdadero a la agricultura, pesca, el acceso a la verdadera cultura y no la política cultural de enajenación y manipulación de la niñez y juventud que los lleva a la drogadicción y prostitución
Este es el modelo económico y social que nos debe convocar a todos los mexicanos bien nacidos a unirnos, organizarnos y no descansar hasta lograrlo. Organízate y lucha, esa es la verdadera consigna del momento para el pueblo trabajador, no la demagogia electorera. Un pueblo unido y organizado exige sus derechos ante cualquier gobernante del signo político que sea, y no se conforma a ser lamebotas de los poderosos en turno. Adelante compañeros antorchistas, trabajemos sin descanso por un mundo mejor.
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