Ya pasamos las fiestas decembrinas, donde la mayoría de los mexicanos hacemos hasta lo imposible para tener, a pesar de las carencias, un buen fin de año. La gran mayoría festeja con gran entusiasmo y alegría las fiestas, ya que, en la medida de lo posible, permiten estar con la familia, con los seres queridos, darse buenas vibras y desearse lo mejor para el próximo año.
Pero con las fiestas vienen los gastos por las cenas de Navidad y de Año Nuevo, los regalos, las posadas, las bolsas de dulces, las piñatas y todos los adornos de las casas. Para eso las familias tienen que echar mano de su salario, aguinaldo (quienes lo reciben), de préstamos y de echarse más deudas al costal; ir pagando el año que viene con abonos chiquitos, con tal de festejar humildemente. Para otros muchísimos son días normales, ya que no tienen con qué comer y menos celebrar.
Ante esta triste realidad, nuestro presidente sigue dando sus “otros datos”, donde todos somos felices y estamos agradecidos con su Gobierno, pues según él, todo va bien, todo es “abrazos, no balazos”, y que el pueblo bueno y sabio está más que feliz.
En el mes de agosto de 2023, el presidente Andrés Manuel López Obrador celebraba con bombo y platillo que la pobreza en el país había disminuido ya que, de acuerdo con el informe que presentó el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), la pobreza en México disminuyó del año 2020 al año 2022.
El estudio presentado indica la cifra de 46.8 millones de pobres, dato al que se le deben sumar 9.1 millones de mexicanos en pobreza extrema, dando un resultado de nada menos que 55.9 millones de mexicanos pobres, en un país de 126 millones 14 mil 24 mexicanos.
Recordemos que al inicio del mes de diciembre, nuestro presidente celebró con dos propósitos: el primero fue aplaudir sus ya cinco años de “cuarta transformación”, y el otro fue el aumento del 20 % al salario mínimo, que quedaría de la siguiente manera: subirá de 207.44 pesos (2023) a 249 pesos diarios para 2024, lo equivalente a 7 mil 508 pesos mensuales.
El salario mínimo sube pero no baja la canasta básica sino al contrario: los precios están muy elevados, y con el mínimo no va a alcanzar.
En la zona libre, el salario pasará de 312 pesos (2023) a 375 pesos diarios a partir de 2024, es decir, de 9 mil 372 a 11 mil 403 pesos mensuales. Ambos salarios serían efectivos a partir del primero de enero de 2024.
Como se puede ver y verificar, el salario mínimo sube pero no baja la canasta básica sino al contrario: los precios están muy elevados y con el salario mínimo que ganarán los trabajadores a partir del primero de enero de 2024 no va a alcanzar para comprar la canasta básica mínima.
El mismo Coneval hizo un estudio en el mes de septiembre, donde menciona que el costo de la canasta básica mínima para la zona urbana es de 2 mil 243 pesos por persona al mes y para la zona rural de mil 721 pesos por persona al mes.
Si multiplicamos tales costos por cuatro, número de personas que por lo regular integran las familias mexicanas, estas deberán tener ingresos superiores a los 8 mil 972 pesos al mes en la zona urbana.
Con un salario mínimo al mes de 7 mil 508 pesos, está claro que no alcanza, mucho menos cuando se suman renta, educación, salud, transporte, pago de agua, de energía eléctrica, etcétera. Si a eso le sumamos las fiestas decembrinas, los mexicanos ya no saben para dónde hacerse o a qué virgen o santo rezarle.
Urge que el pueblo mexicano se organice y luche para que haya una justa repartición de la renta nacional y se disminuya la brecha entre los que tienen y los que no.
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