Millones de mexicanos se levantan con la luz del amanecer para estar a tiempo en sus empleos, muchos deben caminar calles y calles para llegar a una parada de transporte público, el cual se hace más de una hora y hasta tres para llegar a su lugar de trabajo, dónde son explotados, maltratados, y a veces hasta humillados, para poder ganar 73 pesos al día, sueldo que no alcanza para una alimentación sana, que no alcanza para llevar una cena a sus familias y mucho menos para pagar los gastos básicos: luz, agua, gas; regresan cuando la luz del día ya es escasa, atraviesan la misma distancia que en la mañana, pero ahora en plena obscuridad porque en su comunidad rural o urbana no hay servicio de energía eléctrica, y cansados apenas y cenan lo que haya y duermen para que al otro día repitan la jornada.
Es triste y alarmante y más que triste es bárbaro que más de la mitad de los mexicanos vivan en estas condiciones, apenas y sobreviviendo, trabajando para poder comer al día; con una despensa básica que ni siquiera incluye carne para todos los días pues el costo es elevado. Y ni hablar de antojos o jugos de frutas, cocteles, ensaladas que acompañen el guisado, en si para lo que alcanza es para medio alimentarse y sobrevivir.
Una alimentación sana consta de cinco comidas al día, tres comidas fuertes y dos colaciones, una dieta variada con cereales, proteínas, frutas y verduras; las personas que en México viven del salario mínimo no pueden mantener una alimentación sana, lo cual hace menos resistente el sistema inmune a las enfermedades, por lo tanto se enferman, y las atenciones en centros de salud ¿dónde están?, los médicos y medicamentos están escasos. Es un círculo vicioso que se vive todos los días en el país y en el que el que sufre es la clase pobre del país.
A esto Karla Rivera periodista de Mientras tanto en México, realizó hace unos meses un experimento dónde intentó vivir con el salario mínimo de una semana que equivale a 511 pesos durante seis días, demostró cómo vive el 60 por ciento de la población en México.
Karla Rivera mediante un video documenta como divide el salario semanal únicamente para pasajes y comida, y solo 100 pesos para emergencias. ¿El resultado? Desastroso, pues a mitad de semana tuvo que disminuir su ingesta de alimentos a solamente huevo, los últimos días solo consumió frijoles y al final tuvo que ir al trabajo caminando porque ya no tenía presupuesto para trasporte público, además lo único que tenía en casa era una lata de atún como reserva de alimentos y un plato de lentejas para cenar.
También afirmó sarcástica que si "deseas enfermarte puedes hacerlo en lunes que es cuando hay un 25% de descuento en medicamentos en farmacias similares".
Esta periodista hizo el experimento referido a una persona que vive sola, pero ¿qué pasa con las familias que cuentan con dos o más hijos? Es prácticamente imposible mantener una familia de cinco personas con un solo salario de $511 semanales. ¿Cómo sobreviven? Es cuando las madres de familia también deben buscar trabajo y así con dos salarios mínimos pueden más o menos alimentar a sus hijos.
Sin embargo, dos salarios mínimos en una familia de cinco personas sigue siendo una barbaridad pues no solamente hay que comer, también hay que vestir, hay que ir al doctor, al dentista, en sí, tener una vida más o menos digna, cosa que con 511 o 1022 pesos a la semana es imposible, deprimente y frustrante también, pues estas personas no gozan de condiciones de vida dignas, vivir para trabajar no trabajar para vivir; además sus viviendas es muy seguro que no cuenten con sistemas de agua potable, drenaje o luz, y por la falta de dinero no hay presupuesto para hacer arreglos o mejoras.
En una entrevista del portal SinEmbargo se exponen algunos casos de mexicanos que viven con el salario mínimo, y que son explotados al trabajar a veces más de 12 horas al día:
Rosa Blanca Ramírez, de 42 años, es costurera y gana de 140 a 200 pesos diarios, trabaja en un taller de costura de lunes a viernes de siete de la mañana a seis de la tarde, y cuando hay trabajo se queda más tiempo, termina cansada con dolor de espalada y con la vista muy cansada, lo que gana lo ocupa en la educación de sus hijos y la comida, afirma que no es justo lo que le pagan porque no le alcanza para vivir, pasa muchas carencias y afirma que no vive, sobrevive. Su casa está hipotecada, pues "o comían mis hijos o la pagaba" dice, Rosa Blanca que también lava ajeno o plancha, para sacar un poco más, también menciona que en el taller donde labora realizan vestidos de noche, los cuales venden en 3 mil 500 pesos, cantidad que alcanza para duplicar el sueldo de las trabajadoras, es una explotación e injusticia.
Julia Velázquez Pérez de 41 años reside en la Ciudad de México, es obrera y gana 66.66 pesos diarios, trabaja de ocho de la mañana a seis de la tarde, gana mil pesos a la quincena; lo que hace con su sueldo es ir al mercado y buscar que comer, después lo que haga falta, cuenta para SinEmbargo que su hija y su hermano dependen de ella, también vende dulces, chicharrones preparados y lo que se pueda afuera de su casa para poder completar lo de la quincena.
Raúl Uriarte de 33 años de Culiacán, Sinaloa cuenta que es comerciante y gana 85 pesos diarios, vende nieves de lo cual dependen tres hijos y su esposa que también trabaja pero ni así alcanza, menciona que no es justo lo que gana porque labora entre 10 y 12 horas al día, con lo que gana dice que se vive a medias "pues cada día hay más pobreza, todo sube y el sueldo no, entonces no alcanza" debe pagar pasajes y canasta básica de su familia. A veces labora de mesero de noche en fiestas y eventos, así medio alcanza, el sueldo fijo ideal para Raúl es de 200 pesos para poder sobrevivir para la vida que hay ahorita, pues en el transporte que ocupan se va parte del ingreso pues diariamente son dos camiones para sus hijos, dos para él y dos para su esposa, lo demás para el gasto familiar.
Estos ejemplos nos dicen claramente que no se puede vivir con uno, dos o hasta tres salarios mínimos, si tenemos la suerte de conseguir uno así. Lo que necesitan los mexicanos es que se realice un cambio estructural, un cambio en el que se reparta la riqueza social y, ese cambio lo propone Antorcha: las empresas y el gobierno deben de crear empleos; que éstos sean bien remunerados, es decir que alcancen para cubrir la canasta básica y el pago de los servicios; que se reoriente el gasto público a favor de las clases pobres; y que se le cobren impuestos a los que más ganan, ya que en México la mayoría de la empresas pagan muy poco o de plano no pagan impuestos. La solución está en el pueblo, puede y debe unirse para impulsar el cambio radical que necesita nuestro país.
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