MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Urgente atender de manera integral la migración

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El lunes 27 de junio, en San Antonio, Texas, fue hallado un tráiler con 67 migrantes mexicanos, hondureños, guatemaltecos y salvadoreños, en su mayoría muertos. La cifra oficial es de 53 fallecidos, 27 de ellos mexicanos, es decir, más del 50 por ciento y los únicos culpables son los gobiernos de sus respectivos países, que no les dieron trabajo ni opciones para tener una vida digna, encontrando la muerte -de manera espantosa- en su búsqueda del llamado sueño americano y dejando sueños truncados, desesperanza, dolor y aún más miseria en sus familias.

El conflicto, invisibilizado por muchos gobiernos, salió a la luz tras este lamentable hallazgo. La migración es producto de la desesperación y compromiso para que la familia esté en mejores condiciones, con esta idea, miles de personas de las siete regiones del estado de Guerrero (Montaña, Costa Grande, Costa Chica, Acapulco, Centro, Tierra Caliente y Norte) abandonan sus hogares, dejan familias y en muchas ocasiones pierden la vida en la travesía en busca del llamado sueño americano, que lamentablemente, sigue siendo la fantasía de jóvenes y la única opción de hombres y mujeres guerrerenses ante la falta de oportunidades, en este caso del gobierno encabezado por Evelyn Salgado Ocampo, también de la llamada Cuarta Transformación.

Pero, detrás de esta difícil situación hay un sinnúmero de circunstancias que orillaron a jóvenes, hombres y mujeres a tomar esta decisión y, en el caso de familias enteras que son desplazadas por la violencia, la situación se torna igual o más espinoso, al verse obligados a dejar sus tierras, sus animales, el patrimonio forjado a base de mucho esfuerzo y todas sus pertenencias, con el único fin de resguardar sus vidas. 

En el segundo caso, se trata de desplazamiento forzado, pero la migración en busca de mejores condiciones de vida también es forzada por el desempleo, la falta de apoyo para hacer producir las tierras, la carencia de vivienda, la falta de recursos económicos para vestido, comida, calzado, salud y educación de los hijos.

Cada año, aproximadamente 40 mil jornaleros salen de Guerrero a trabajar en campos del norte de México y de Estados Unidos, propiciando el desarraigo de sus tierras y de sus familias. La cifra abrumadora evidencia la falta de políticas públicas que generen el arraigo de las personas en sus lugares de origen, a través de empleos, también hace falta capacitación que promueva la reorientación del destino de sus ingresos.

En el país no existe un plan económico para salir de la crisis y elevar la calidad de vida de sus gobernados, urge pues, un gobierno popular con un plan que erradique la pobreza en el país y logre una vida digna para todos, sólo de esta manera la migración dejará de ser una necesidad, no el triunfo de ningún gobierno.

Las condiciones en que se trasladan, hacinados en camiones, tráileres; las condiciones de trabajo en que se desenvuelven, largas y arduas jornadas laborales, cansancio, lejos de su patria y de su familia, lejos de garantías y derechos económicos, sociales y culturales consagrados en la Constitución Mexicana.

En Guerrero, la migración tiene mayor incidencia en Tierra Caliente, Montaña y Costa Chica, aunque las demás regiones no están exentas de esta situación, y precisamente en la búsqueda de mejores condiciones de vida, una gran cantidad de migrantes pierden la vida, dejando familias desamparadas; otros logran enviar dinero a su familia y hacerse de un pequeño patrimonio, construir una vivienda o iniciar un negocio; unos más, regresan enfermos y sin dinero, a morir en sus humildes viviendas.

El año pasado, aproximadamente 10 mil 600 personas originarias de diversos pueblos nahua, na´savi y me´phaa de la región Montaña migraron para dedicarse a labores agrícolas. Entre los principales municipios expulsores de jornaleros agrícolas, están: Tlapa de Comonfort, Cochoapa el Grande, Metlatónoc, Copanatoyac, entre otros.

Son hombres, mujeres y niños, pues en ocasiones se van familias completas, que en su espinoso peregrinar que se enfrentan a la inestabilidad laboral, sin acceso a servicios públicos de salud ni educación, menos a apoyos gubernamentales, sólo tienen trabajo en precarias condiciones, pero con un raquítico sueldo, que en sus pueblos no tienen. 

En las mañaneras, es común escuchar al presidente de la república festejar las remesas que envían los mexicanos a su país, sin embargo, se van por falta de oportunidades laborales, violencia y pobreza, situación agravada por la pandemia y por las políticas fallidas del gobierno federal, pues según datos del Coneval, entre 2018 y 2020, el porcentaje de la población en situación de pobreza a nivel nacional, pasó a ser de 41.9 por ciento a 43.9 por ciento, cambio que representa un aumento de 3,9 millones de personas, al pasar de 51.9 a 55.7 millones de personas. Además, la pobreza pasó de 8.7 a 10.8 millones… pese a las remesas de las que habla López Obrador, la economía en el país sigue estancada.

¿Cuántos muertos más se necesitan para que el gobierno atienda de manera integral el tema de la migración? Que ha engrosado sus filas ante el incremento de la pobreza y la inseguridad, que son las causas reales de la migración de nuestros compatriotas.

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