El ambiente político en nuestro país cada día se enrarece más por la práctica cotidiana del primer mandatario, que no se ha conformado con tensar y polarizar los ánimos, sino que crea culpables acusándolos sin más fundamento que su palabra.Como es costumbre se ceba en las voces críticas que cuestionan las decisiones y omisiones de su administración.A continuación, les presentamos un caso más.
En su edición del 30 de agosto, el medio Animal Político publicó: "Decenas de organizaciones sociales exigieron al presidente Andrés Manuel López Obrador detener los discursos que "estigmatizan y criminalizan" la labor de las personas defensoras de derechos humanos y periodistas, y disculparse públicamente por la acusación de que al menos 8 organizaciones civiles y el medio Animal Político reciben financiamiento de fundaciones extranjeras para criticar y oponerse a la obra del Tren Maya, lo cual es falso."
Por nuestra parte, felicitamos a los autores de la denuncia pública, porque las organizaciones firmantes no solo están defendiendo sus intereses particulares, sino el supremo interés de la nación, de detener estas prácticas ilegítimas y abusivas.Vemos muy lejana la posibilidad de que el presidente escuche y corrija, hasta el momento no lo ha hecho, a pesar de que somos centenares de voces que nos hemos alzado exigiéndoselo.
Continuamos con el texto en comento: "Desde que Andrés Manuel López Obrador asumió la administración federal en diciembre de 2018, apuntaron las OSC, al menos 14 periodistas y 26 personas defensoras de derechos humanos han sido asesinadas.Además, la organización internacional Global Witness colocó a México este año como el cuarto país más peligroso en el mundo para las personas defensoras del medio ambiente."
Al señalar la cantidad de luchadores y periodistas asesinados, indican claramente que son conscientes de lo peligroso que se ha convertido en nuestro país expresar una protesta.Es decir, que la garantía constitucional de libertad de expresión ya es papel remojado y, por ello, con justa razón, temen por su vida y, no obstante, perseveran en su denuncia.
Como el texto no tiene desperdicio reproducimos un tercer fragmento: "Bajo este contexto, enfatizamos que las declaraciones emitidas por el Ejecutivo Federal, no protegen, respetan, ni garantizan los derechos a defender derechos humanos y a la libertad de expresión, derechos consagrados en instrumentos y tratados internacionales de los que México es parte.De igual forma, la narrativa que deslegitima la labor de defensa de derechos humanos y el ejercicio periodístico, proveniente del más alto nivel, genera un efecto multiplicador que permite y legitima la actuación de otros actores estatales y no estatales, en perjuicio de las personas defensoras y periodistas, debilitando aún más el Estado de Derecho en nuestro país".
Aplaudimos y reconocemos su valentía al denunciar: a) que el primer mandatario, lejos de cumplir con su deber de respetar y garantizar la libertad de expresión, y la lucha de los defensores de derechos humanos, los estigmatiza y criminaliza; b) con ello da pie al linchamiento mediático de los acusados sin fundamento y legitima que otros actores atenten contra su integridad física; c) el resultado final es que López Obrador conscientemente debilita aún más el Estado de Derecho en nuestro país.
Muy bien dicho, desde la alta tribuna presidencial se dinamita el Estado de Derecho, y los mexicanos conscientes no podemos dejar de alertar a toda la ciudadanía sobre los peligros que ello implica.La persecución política en México, haciendo un uso pervertido y faccioso de la ley, se está volviendo una práctica de gobierno cada vez más extendida y desembozada.Todos los ciudadanos mexicanos no afectos a la 4T, que nos atrevemos a manifestar nuestra disidencia vemos vulnerados nuestros derechos y, algunos como es el caso del Movimiento Antorchista, estamos en un peligro inminente de ir a parar con nuestros huesos a una mazmorra, acusados de delitos prefabricados y graves que ameriten muchos años de cárcel.
Es hora de parar la obra destructiva de la 4T, de unificar a todos los perjudicados, ofendidos y atropellados por el autoritarismo y las políticas desacertadas de la 4T, para iniciar una lucha conjunta en defensa de la ley y del Estado de derecho y para demandar, además, acciones eficaces contra las tres grandes plagas del momento: el desastre económico, el descontrol absoluto de la pandemia y la inseguridad rampante que amenaza la vida y la seguridad de todos.A eso invitamos a todas las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) que hoy realizan tan valiente denuncia.
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