El gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, sigue demostrando su incapacidad para gobernar un estado que sufre una terrible crisis de violencia y desempleo, y que a raíz del Covid-19 estos problemas se han magnificado. Según los números del Informe de Incidencia Delictiva del fuero común del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional De Seguridad con corte al 31 de mayo de 2021, Morelos es uno de los diez estados con la mayor tasa de incidencia delictiva de todo el país registrando a 131 habitantes por cada 100 mil y con esto crecen las cifras de incidencia en comparación con 2020 en un 33%. De acuerdo con este mismo informe, Morelos es de los 10 estados con el mayor registro de homicidios dolosos y se encuentra entre los primeros cinco en la mayor tasa por cada cien mil habitantes. Lo mismo que en feminicidios, Morelos es el número 1.  No hay políticas públicas para la inversión en Seguridad Publica, los policías no ganan lo suficiente, mucho menos están capacitados y no cuentan con lo más elemental.

Por otro lado, el desempleo por el nuevo coronavirus colapsó la deteriorada economía de millones de familias que ya de por sí carecían de lo elemental y en Morelos la situación no fue menor. La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) ha registrado que, de los más de 890 mil habitantes (Población Económicamente Activa), el 54.2% no tiene trabajo y de los que sí lo tienen, más del 70% de ellos viven de la informalidad. En comparación con el gobierno de Graco Ramírez, Blanco Bravo es el peor gobernador en materia de generación de empleo.

Tampoco hay inversión pública para generar progreso y desarrollo en la entidad, no hay obra social de impacto, el gobierno solo se ha limitado a inaugurar algunas calles en la ciudad de Cuernavaca y un Centro de Desarrollo que no tiene las mínimas condiciones para llevar a cabo las actividades para lo que fue construido; no hay obra hidráulica, construcción de puentes ni carreteras nuevas, estamos frente al gobierno del “no hay”.

No hay una política autocrítica, todo lo contrario, el gobierno “Anfitrión del mundo” sigue destinando todos los recursos públicos para mejorar su imagen con propaganda, así como partidas presupuestales exorbitantes a las oficinas del gabinete estatal como lo demuestra el Presupuesto de Egresos del Gobierno de Morelos en 2021, que destina 150 millones a la Secretaría de la Gubernatura, cargo que ostenta un empresario español, así como 20 millones de pesos para la oficina de la Secretaria de Desarrollo Agropecuario, Katia Herrera Quevedo, por señalar tan solo a dos miembros del gabinetes estatal, pero hay más.

Y a pesar de que las aspiraciones políticas del grupo que rodea al gobernador fracasaron contundentemente, el gobernador todavía cree que le alcanza para una alcaldía en la CDMX con el amparo del partido en el poder. Así se las gasta la clase política afín a la 4T. 

Ante esto, es necesario, hoy más que nunca, que reflexionemos sobre la realidad de la patria nuestra y nos demos cuenta de que le hemos entregado el poder al “diablo”, una clase política que no está interesada en gobernar para las clases sociales mayoritarias, sino para ellos mismos, sus intereses económicos y políticos. Cuauhtémoc Blanco, hunde a Morelos, la primavera del mundo.