Actualmente, en la capital del país, hay muchas personas que carecen de vivienda propia, que se encuentran pagando rentas demasiado caras o viven en situación de calle.
La situación en la capital es alarmante, padecemos de muchos problemas, la vivienda es hoy nuestro gran faltante. Ya el simple hecho de vivir en la ciudad es demasiado costoso con la llegada de los nómadas digitales (extranjeros que realizan su trabajo desde una computadora y llegan al país, pues al cobrar en otra moneda la forma de vida en el país se les facilita y les sale más barato) la renta se encareció para los capitalinos, pues a la llegada de extranjeros no pueden competir con los precios que se manejan para estos.
La Constitución de la Ciudad de México obliga al gobierno a dar protección y atención a las personas vulnerables (dentro de las cuales entran las personas sin hogar), esto dice el artículo 11: “Esta Constitución protege a las personas que habitan y sobreviven en las calles. Las autoridades adoptarán medidas para garantizar todos sus derechos, impidiéndole acciones de reclusión, desplazamiento forzado, tratamiento de rehabilitación, internamiento en instituciones o cualquier otra, sin su autorización. Se implementarán medidas destinadas a superar su situación de calle”.
Nuestra carta magna es ignorada desde la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum hasta los alcaldes de esta ciudad, pues ninguno de ellos hace nada por ayudar a estas personas y prefieren recurrir a la fuerza policiaca para quitar a las personas en situación de calle ¿con qué finalidad? Para no dar mal aspecto a los extranjeros en el país.
No existe un interés real en garantizar el derecho a una vivienda digna como lo dice la Constitución mexicana, para los que llevan las riendas de esta ciudad es más importante quedar bien con extranjeros, con empresas inmobiliarias que, con el pueblo, se ponen muchos peros a la hora en que se les pide hacer viviendas de interés social a un precio accesible, no se les pide las regalen únicamente se les pide un precio no tan elevado y lo pueda cubrir una persona que gana el salario mínimo.
Si nuestras autoridades siguen dando prioridad a los que únicamente ven la vivienda como un negocio y no como una necesidad básica para el hombre, seguirá incrementándose el número de personas desplazadas y sin oportunidad de una vivienda digna, muchos tendrán que decidir si comen o pagan las elevadas rentas pues el salario no alcanzará para cubrir las dos.
La gente debe pedir se garantice su derecho, si sigue pensando que a ella no le afecta llegará el día que el próximo desplazado será ella y no podrá hacer mucho por defender este derecho, aún estamos a tiempo para evitar se nos desplace y se nos violente nuestro derecho, para eso tenemos que organizarnos y pedir se nos respete y mejore la vivienda.
Mientras eso no se haga por parte de las autoridades la vivienda seguirá siendo un gran faltante para muchos capitalinos.
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