Es terrible lo que vive nuestra patria, como si fuera una película de terror, más de 4,882 asesinatos en el primer bimestre del año, en promedio de 83 por día, sí, por día. Y más terrible aún, que los funcionarios del Gobierno federal, festejen al informar que, según sus datos estadísticos, aparece una tendencia de 4 homicidios menos.
Pero aún más terrible, que los representantes populares, léase LXV Legislatura del Congreso de la Unión que pueden y deben llamar a cuentas a los responsables, no pierdan el tiempo en esto, pues están muy ocupados, en continuar con su tarea de sepultureros de instituciones y del marco de derecho que contra viento y marea se venía construyendo.
Informan, con bombo y platillo, que hay una disminución de la violencia de 7.4 por ciento y (como ya dije antes) la tendencia de la medición es de cuatro homicidios menos. Sin embargo, el país se desangra y prácticamente, no hay estado que se salve:
Sonora cuenta con el municipio más peligroso de México, Guaymas que pasó de 135 homicidios, –de marzo 2020 a abril 2022– a 244 en el mismo periodo –abril 2022 a marzo del 2023– 109 homicidios más. Recordemos que el estado es gobernado por Alfonso Durazo Montaño, primer secretario de seguridad del actual presidente de la república, y aun así, ocupa este “honroso lugar”.
Sigue el estado de Baja California, su capital, el municipio de Tijuana, presentó en el mismo periodo –abril 2021– marzo 2022– un incremento a 1,706 asesinatos y en el siguiente año –abril 2022–marzo 2023–, se incrementaron a 1,809 los asesinatos, un incremento de 106 fallecimientos. En agosto (2022) el municipio llegó a los 170 asesinatos. Tuvo Tijuana, el segundo lugar entre los municipios del país con más asesinatos.
Enseguida, es el estado de Chihuahua, en el municipio de Chihuahua, también su capital, quien ocupa el tercer lugar en el número de asesinatos; los cuales pasaron de 313 a 382, un incremento de 69. Y el municipio de Cuauhtémoc, de 94 a 105, incremento de 11. Aquí hay que agregar que, por si faltara, a esta cifra de la muerte, se suman los 39 migrantes que perdieron la vida en Ciudad Juárez, en el brutal atropello a la vida de estos seres humanos por quienes deben garantizarla, así como su estancia en el país, las autoridades migratorias. Las cuales siguen sin castigo.
El sur del país, no se queda atrás y en el estado de Quintana Roo, en su municipio de Benito Juárez, quien pasó de 317 muertos a 380, con un incremento en el período de un año que veníamos examinando (abril–marzo), de 69 muertos, ocupando el cuarto lugar. El quinto lugar le corresponde al estado de Guanajuato a su municipio de Salamanca que pasa de 141 a 190, con un incremento de 49 asesinatos.
Hay otro municipio de Guanajuato en esta lista de la muerte; Irapuato, con un incremento de 222 a 246, de 24, sumados ambos el incremento en el estado es de 73.
Otros cuatro estados tuvieron incrementos de más de 30 asesinatos: San Luis Potosí en el municipio de San Luis Potosí, su capital de 216 a 253, de 37; Morelos, también en su capital Cuernavaca, de 170 a 203, de 33; en el estado de Jalisco, en el municipio de Tlajomulco de Zúñiga pasó de 240–273, de 33; en el Estado de México, destacan 4 municipios: Chimalhuacán de 106 a 136, de 30. Naucalpan pasó de 139 a 168, un incremento de 29 asesinatos y Ecatepec de 208 a 217, de 9. Son estos los municipios más violentos del país. Donde la violencia registró un incremento de 14.2 por ciento en el número de homicidios dolosos. (Héctor de Mauleón, El Universal, 24 abril 2023).
Si a este recuento sumamos los eventos que todos conocimos a través de los noticieros: la muerte de la estudiante Norma Lizeth Ramos, provocada por golpes producto de una riña con su compañera de escuela. O el más reciente donde una adolescente asesina a otra estudiante por no haber aceptado ser su novia. Son datos, hechos, sucesos que nos muestran la realidad cruenta de nuestro país y la incongruencia de las autoridades que festejan supuestos datos de reducción de los asesinatos.
Por ello, que cae como bocanada de aire fresco, la información de la realización de la XXI Espartaqueada Deportiva Nacional del Movimiento Antorchista, que nuevamente se realiza, después de casi 3 años por la pandemia, de manera presencial, en el municipio de Tecomatlán, Puebla “Atenas de la Mixteca Poblana”.
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